A medida que envejecemos, varios factores pueden hacer que sea más difícil adelgazar. Uno de los principales es la disminución del metabolismo basal, que es la cantidad de calorías que el cuerpo necesita en reposo para mantener funciones vitales como la respiración y la circulación.
Con la edad, este metabolismo tiende a disminuir, lo que significa que quemamos menos calorías en reposo.
Además, con el envejecimiento, es común perder masa muscular y ganar grasa, lo que también puede contribuir a una disminución en la tasa metabólica. La pérdida de masa muscular reduce la cantidad de calorías que quemamos durante la actividad física y en reposo.
Otros factores que pueden dificultar la pérdida de peso con la edad incluyen cambios hormonales, como la disminución de la hormona del crecimiento y la testosterona en los hombres, y la menopausia en las mujeres, que pueden afectar el metabolismo y la distribución de la grasa corporal.
Para ayudar a contrarrestar estos cambios, es importante ajustar la dieta con la edad. Esto significa priorizar alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, y limitar el consumo de alimentos procesados y ricos en calorías vacías.
Esto puede incluir consumir menos calorías si la tasa metabólica ha disminuido, pero asegurándose de obtener suficientes nutrientes esenciales para mantener la salud.
También es importante mantenerse activo físicamente para preservar la masa muscular y mantener un peso saludable.
Consultar con un profesional de la salud o nutricionista puede ser útil para obtener recomendaciones específicas para cada persona.