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Análisis preliminar: por qué ganó Rivas y perdió Tuma

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 20 de junio de 2021 | Publicado a las: 12:07

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Datos pos por considerar: La participación a nivel regional varió de 39,4% en mayo (primera vuelta) a 14,06% en la segunda vuelta el 13 junio.

• Las comunas con menor participación en la segunda vuelta fueron Curacautín, Melipeuco, Curarrehue y Renaico con 7,37%, 7,44%, 8,52% y 9,45%, respectivamente (ver figura 1).

• La participación electoral cayó en todas las comunas de la región. Los casos más críticos son Melipeuco, Curarrehue y Renaico, en donde la participación se desplomó un 84,5%, 81,3% y 80,7%, respectivamente (ver figura 2).

• En primera vuelta, Eugenio Tuma ganó en 23 de las 32 comunas, y Luciano Rivas solo en seis de ellas (Angol, Gorbea, Los Sauces, Lumaco, Toltén, y Traiguén). En segunda vuelta, Tuma solo ganó en nueve comunas (Cholchol, Freire, Carahue, Loncohe, Nueva Imperial, Galvarino, Melipeuco, Lonquimay, y Perquenco), mientras Rivas lo consiguió en 23.

• Mientras Tuma perdió cerca de 40 mil sufragios entre primera y segunda vuelta, Rivas aumentó su votación en 10 mil aproximadamente.

• La comuna en que Rivas obtuvo la mayor votación fue Lumaco con 69.3% de las preferencias (ver figura 3), mientras que Tuma tuvo su mejor rendimiento en Perquenco (64,3%).

• Entre primera y segunda vuelta, Eugenio Tuma perdió votos en todas las comunas de La Araucanía, mientras Luciano Rivas aumentó su votación en 17 de las 32 (ver figura 4). Las mayores alzas para Rivas las tuvo en Temuco (6.004), Villarrica (1.441), y PLC (921).

Escribe: Dr. Christopher Martínez Nourdin, Profesor Asociado Ciencia Política, UC Temuco.

¿Cómo se explica el triunfo de Luciano Rivas en segunda vuelta?

-Una explicación sería el efecto de la Convención Constitucional en los resultados de primera vuelta de gobernadores en  la región. Es posible  que  la elección de convencionales constituyentes, un proyecto mucho más asociado a la centroizquierda e izquierda, haya desincentivado de ir a votar en primera vuelta a una parte del electorado de derecha. Asimismo, dado que el electorado de la elección de mayo podría ser más de izquierda, una parte de esos    votantes pudieron haber apoyado la candidatura de Tuma viéndolo como un “mal menor”. Sin embargo, ese electorado de derecha que no fue a votar en primera vuelta, el domingo sí lo hizo, mientras que aquellos que votaron por Tuma en primera vuelta, no estando muy convencidos, el domingo no se  sintieron comprometidos a hacerlo.

Participación y voto obligatorio

-Más allá de  los problemas que puede tener el voto obligatorio, este nunca debió haber sido eliminado en Chile. El voto voluntario introduce un sesgo de clase importante al proceso electoral, pues las personas con mayor nivel educacional y mejor situación socioeconómica, tienden a votar más. Lo mismo ocurre con las personas  de mayor edad y quienes sostienen posiciones políticas más radicales (vs. moderados). En ese sentido,            y en vista a la caída histórica de la participación a nivel nacional el domingo (19.6%), la discusión sobre el voto obligatorio se hace muchísimo más necesaria y relevante.

En Chile hay una distancia hacia la política electoral ya   casi consagrada. Es decir, creo que estamos alcanzando niveles establemente bajos de participación. Por una parte, ese escenario es preocupante y debieran introducirse medidas para aumentar  la participación (e.g., voto obligatorio, más información sobre los procesos electorales y su importancia).   Por otro lado, en la medida en que  esa baja participación se estabilice en algún punto, el sistema político podría seguir funcionando sin mucho               sobresalto en tiempos “normales”.

¿Quiénes son responsables de la baja participación?

-Hay responsabilidades compartidas. Por un lado, está el rol del gobierno de informar facilitar el proceso electoral para que las personas que tienen interés no duden y vayan a  votar. También el Estado,  a través del Servel, debiera tener campañas para incentivar la votación. Por otra parte,      los partidos tienen un rol para atraer a posibles votantes y  animarlos a ir a votar. Esto último es  uno de los puntos más débiles, precisamente, por la baja legitimidad que  disfrutan los partidos. Finalmente,  en cualquier democracia,  la ciudadanía no solo tiene el derecho a sufragar, sino un deber cívico al respecto. No se observa mucho  interés en participar, incluso al pensar  que la elección del domingo era simple: escoger solo entre dos opciones. En definitiva, tanto el gobierno, partidos y electorado contribuyen a que exista una baja participación en el país.

Baja participación y legitimidad del cargo de gobernador

-En términos de participación, la elección del domingo fue un fracaso. El porcentaje de participación (19,6%) es bajísimo aun para el contexto de pandemia. No obstante, la legitimidad de quienes resulten electos no se encuentra necesariamente cuestionada por eso. Quizás el único caso en  el que la legitimidad pudiera estar en duda se dio en la región de La Araucanía.  Esto pues Luciano  Rivas ganó en segunda  vuelta con 70.804 votos, mientras Eugenio Tuma obtuvo 92.083 en primera vuelta.  Si bien Rivas ganó legal y categóricamente en segunda vuelta,  el caudal de votos de Tuma en primera vuelta debilita la legitimidad del triunfo de Rivas.

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