Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 5 de julio de 2020 | Publicado a las: 22:58
Por Eduardo Sandoval Obando. Psicólogo e investigador Instituto de Estudios Sociales y Humanísticos (IDESH), U. Autónoma de Chile
Durante los últimos meses nos encontramos vivenciando una situación excepcionalmente compleja como consecuencia de la pandemia provocada por el COVID19 en Chile. Las medidas sanitarias implementadas trajeron consigo el teletrabajo y la educación a distancia, generando que miles de personas hayan tenido que modificar significativamente sus prácticas cotidianas para afrontar esta situación, con una importante sobrecarga de roles, tareas y funciones.
En dicho contexto, los procesos de enseñanza y aprendizaje han tenido que volcarse al uso de las TICs, en las que el profesorado está llamado a incorporar un conjunto de estrategias y herramientas digitales que favorezcan el aprendizaje en sus estudiantes, de manera remota (en forma sincrónica y asincrónica) cumpliendo con las directrices establecidas por el Ministerio de Educación.
Este proceso de cambio implica 3 dimensiones de análisis: un conjunto de obstáculos, desafíos y nuevos saberes para la práctica docente tradicional; generar un ambiente propicio para el aprendizaje que reconozca la diversidad del alumnado en términos sociales, culturales, económicos, cognitivos y emocionales; y concebir el aprendizaje como la creación de nuevas relaciones posibles en tiempos-espacios diversos en los que la creatividad, la autonomía, la libertad y la curiosidad asumen un rol fundamental en niños/as y jóvenes.
Para afrontar el desafío que enfrenta el profesorado en contexto de pandemia cobra sentido y relevancia el estudio de la generatividad como un recurso potencialmente beneficioso para todas aquellas profesiones que involucran un interés genuino por aportar al desarrollo de otros/as. Específicamente, se podría señalar que la generatividad sería un componente característico de la cultura docente, observable en el interés del educador/a por promover el bienestar de las futuras generaciones, configurando un legado que trascienda en el tiempo.
En la investigación FONDECYT de Iniciación Nº 11190028 (Sandoval-Obando, 2019) desarrollada en 3 regiones de Chile (IX, XIV y RM) estamos interesados en comprender la profesionalidad docente rural desde una perspectiva narrativa generativa, en donde los/as educadores están llamados a ser responsable de otros. Es decir, dicha práctica operaría como una profesión potencialmente generativa, en la que existe una alta implicación en el desarrollo de uno mismo y de los demás (particularmente, de los más jóvenes), así como una alta inclusividad en lo que respecta al desarrollo individual y colectivo de los sujetos y comunidades con los que éstos se relacionan, transformándose en un constructo particularmente relevante durante los procesos de crecimiento y maduración en la adultez.
Su importancia radica en el conjunto de prácticas, condiciones de vida y estrategias que orientan el quehacer profesional del educador/a, develando su impacto en los objetivos de aprendizaje y saberes que promueven, las dinámicas relacionales que establecen con el alumnado e incluso la perspectiva educativa a la que se adscriben.
Por consiguiente, se podría inferir que la profesionalidad docente enfrenta nuevas demandas y tareas de acuerdo con el contexto imperante, con el propósito de integrar y valorar las particularidades de cada educando, dentro de un espacio-tiempo repleto de significados históricos-culturales, políticos o socio-comunitarios. Sin embargo, aún persiste una mirada fragmentaria y homogeneizadora en las reformas escolares, que tiende a invisibilizar las complejidades y transformaciones vividas por las personas y las comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional. Así, adquiere pertinencia el desarrollo de estudios que aporten en la caracterización socio-histórica de la profesionalidad docente, ante la escasa investigación y literatura disponible desde la psicología del ciclo vital y las posibilidades socioeducativas de la perspectiva narrativa generativa.
Finalmente, este enfoque prometedor nos permitirá vincular las experiencias personales y profesionales del profesorado rural con las múltiples vicisitudes que surgen durante la transición de la adultez media a la vejez, constituyéndose en un grupo de interés que aporte a la mejora de la educación rural en lo particular, y la educación en general durante la compleja realidad socio-sanitaria actual, visualizándose como una de las estrategias educativas que favorecerían un aprendizaje sentido y con sentido para nuestros niños/as y jóvenes.