Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 21 de abril de 2016 | Publicado a las: 18:25
Paz Serra Freire, decana de la Facultad de Arquitectura e Ingeniería en Construcción, Universidad Autónoma de Chile.
Desgraciadamente, el Mercado Municipal ha sufrido la misma suerte que muchos otros edificios patrimoniales en la historia de nuestra ciudad. Pasó con la antigua Intendencia, con la municipalidad y con la catedral. Todas han sido arrasadas por la llamas, ocasionando una pérdida enorme en la identidad de nuestra ciudad. Y cuando digo identidad, no sólo me refiero al valor de sus fachadas como patrimonio arquitectónico, sino también al inmenso valor intangible de todas las cosas y actividades que ocurrían dentro del Mercado, como las cocinerías, los platos típicos, la artesanía, los instrumentos musicales, el acto de vender y mucho más.
Además era un destino turístico tremendamente importante que hoy perdemos y que necesita ser reconstruido de manera más inteligente y creativa, porque la idea es que en 10 años más no tengamos que lamentar esta reconstrucción. Por eso, lo importante es que la apuesta sea al proyecto adecuado, sin improvisación y mucho menos por encargo directo sin participación de la comunidad de arquitectos y constructores.
Creo que tenemos que darnos el tiempo para que esto se convierta en un concurso público que pueda idealmente ser liderado por las facultades de Arquitectura presentes en la Región y pensando siempre en combinar de manera el patrimonio y la seguridad.
La actual fachada es de albañilería reforzada, que a diferencia de la estructura interior – era metálica-, pudo resistir el fuego. En otras palabras, la fachada es perfectamente recuperable y lo que ahora corresponde es poder apuntalarlo para su conservación sin riesgos al peatón. Eso es algo fácil de hacer y de hecho se ha hecho con todas las edificaciones que han tenido esta suerte y que no son pocas, no solamente en Temuco, sino también en Santiago donde hay fachadas de albañilería apuntaladas esperando su reconstrucción al interior de la manzana.
Este mercado -antiguo mercado de abastos- es suelo público. Eso quiere decir que es un proyecto que debe ser reconstruido con recursos también públicos y dentro del marco de una Ley de Transparencia. Tiene que corresponder a una licitación y considerar idealmente la participación de toda la comunidad.
Estoy convencida que las escuelas de Arquitectura y Construcción tienen bastante que aportar a recuperar este hito de identidad regional e histórica.
El Mercado, construido en 1928 y remodelado en 1987, tenía deficiencias constructivas, que sería una oportunidad enmendar. Maravilloso seria conservar y restaurar las fachadas perimetrales y modernizar los sistemas de ventilación de cocinerías, sistema eléctrico, calefacción, estructura resistente al fuego, anchos de pasillo, y sistema de evacuación de emergencias, eficiencia energética, entre otros. Tal como he visto interesantes ejemplos en ciudades europeas que llevan la delantera en la combinar patrimonio arquitectónico y tecnología constructiva segura.