Publicado por: Claudio Nuñez | miércoles 28 de octubre de 2020 | Publicado a las: 16:10
Por Marco Antonio Vásquez, Ingeniero Comercial-Contador Público y Auditor
Era un día viernes, de esos que sabes que no va a ser afortunado. A finales de la década de los 70° y comienzo de los 80° para un niño de 10 a 12 años no era muy bueno que te dieran la orden de acompañar a tu mamá a la Feria Pinto de Temuco. A la levantada temprano suma la búsqueda de las mallas y pilguas para traer las verduras y salir rápidamente de la casa a tomar la micro 3.
La llegada a la Feria Pinto de Temuco era de otro mundo. Muchas personas circulando por las calles, vendedores ofreciendo sus productos, un hombre medio ciego tocando el acordeón, otro vendiendo avellanas y el golpe de los colores de las verduras y frutas de la estación. Los aromas parece que nos guiaban a donde nuestras caseritas para comprar, con la poca plata, los alimentos de las próximas semanas.
El caminar entre tanta gente me ponía nervioso e intranquilo. Pasar por la sección de la carnicería era como más ordenado o tenia mejor iluminación, eso me tranquilizaba. Seguía a eso mi seguridad por estar cerca del retén de carabineros instalado en la feria. En muchas ocasiones ayudó a familias de hijos pajaritos como nosotros, a re encontrase con sus padres.
Que diferencia los bandejones en pleno apogeo a medio día de ese viernes, en comparación con las ocasiones que debimos levantarnos a las 5:00 AM, en verano, para ir a tomar el bus que nos trasladaría a Mehuín por la cuesta Lastarrias. Una vez comprado todo lo necesario, había que ser genio para soportar el peso de las mallas y pilguas. Un pañuelo de la mamá ayudaba a que los dedos no quedaran morados y adoloridos.
El futuro siempre es prometedor. Es cosa que acudan hoy a la feria Pinto de Temuco y descubrirán algunas cosas que se mantienen y otras que han ido cambiando. Para José Saramago, premio Nobel de literatura 1998, “Es una estupidez perder el presente solo por el miedo de no llegar a ganar el futuro”. Como personas vivimos siempre preocupados del futuro, de lo que vendrá, de lo desconocido, de lo que no tenemos dominado. El futuro es nuestra oportunidad de poder cambiar las cosas y re escribir nuestro destino.
Ante un nuevo proceso constituyente, una nueva forma de ver Chile y mi ciudad, les invito a prepararnos ahora para enfrentar el futuro que, si o si, llegará. La gran diferencia será que esta vez le esperaremos preparados, con nuestras herramientas listas para la construcción de una sociedad mejor, ahí donde todos y todas ejerzamos el derecho de ser felices. Contemplaremos con placer los nuevos colores y aromas del Futuro.
Víctor Hugo, novelista francés nos dice “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es inalcanzable. Para los temerosos es lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”. ¿Cuál es tu posición? Ven seremos más.