Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 17 de abril de 2022 | Publicado a las: 13:40
Nadie se salva de una devoción por la mascarilla. Yo he conservado todos estos años una mascarilla negra que espero colocar en un cuadro cuando la Pandemia termine; ¿tal vez pronto?
Escribe: Dr. Miguel Ángel Solar.
Interesante la conversación sobre el uso o no de tapaboca o mascarilla, o barbijo como dicen los argentinos, en los espacios públicos.
Interesante porque la gran mayoría de los contagios se produce en los domicilios, 70% según Paula Daza, donde no usamos dicha protección.
Interesante por qué el otro lugar en que se da el contagio es en los restaurantes, lugar donde comemos y donde obviamente no podemos comer con mascarilla. Tampoco la usamos en el trabajo a la hora de colación.
Interesante porque no tapa los ojos, lugar donde pueden llegar las micro gotitas contagiantes de aquellos portadores del coronavirus, tengan ellos o no síntomas.
Interesante porque mucha gente la usa en el auto, incluso viajando solos.
Interesante porque sabiendo aquello, seguimos usando mascarilla en el espacio público y no en el privado. Entonces hay que pensar qué tal vez el motivo de ello es que se ha constituido en un símbolo o Bandera de la Pandemia y por ende nos une; de las pocas cosas desde que nuestra selección no va a Qatar.
Nadie se salva de una devoción por la mascarilla. Yo he conservado todos estos años una mascarilla negra que espero colocar en un cuadro cuando la Pandemia termine; ¿tal vez pronto?
Tal vez la autoridad es tímida en autorizar el no uso de la mascarilla en los espacios públicos y la población también apoya esa decisión porque dejar atrás el símbolo puede significar olvidarnos de los muertos que todavía se están produciendo.
Tal vez tampoco queremos ‘tapar’ la incertidumbre ante una ‘Cuarta Ola’ por un virus mutante en este invierno cuando la ventilación sea poca y nuestra inmunidad merme por el estrés nuestro de cada día; a los lejos Shanghái ‘cuarentenó’ sus 26 millones de habitantes… Si esto se produce, solo nos queda reforzar nuestra vacunación y, sobre todo, cuando tengamos gripe, respetar la fiebre que estimula la inmunidad para que la gripe no se complique de neumonía grave.