Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 13 de mayo de 2021 | Publicado a las: 01:00
“…me alegro de ser testigo de un cambio gradual, con los aprendizajes necesarios; tengo esperanzas que la cercanía a los problemas y sus soluciones nos obligará a ejercitar un nuevo tipo de política; me alegro porque será bueno para mi comuna, mi región y mi país; y, finalmente, porque nunca me gustó vivir sometido y dependiente”.
Escribe: Eleazar Jaramillo, CPA, Ing. Com., MBA, Diplomado Cs. Políticas Aplicadas.
Recibí llamados telefónicos de personas que no se explicaban mi entusiasmo por la próxima elección de Gobernador Regional que se celebrará este próximo sábado y domingo. Luego insistían que no significaría mucho para la región por las condiciones en que asumiría la nueva autoridad regional. Destacaban los recursos y competencias escasas, tanto así que el Delegado Regional Presidencial se quedaría hasta con las actuales oficinas de la Intendencia.
Se comprende la inquietud. Las dudas son legítimas. Pero …
Los hitos de esta historia son muchos a través de los años, como asimismo los actores locales y nacionales, que observaron que el territorio chileno está desigualmente desarrollado y sujeto a una dominación centralista. Ellos fueron nuestros adelantados que resintieron con fuerza el ser dependientes, a esperar las instrucciones y la circular de Santiago para poder actuar, lo que opera de manera aplastante tanto para el emisor como para el receptor. Y cambiar esa situación, que tiene múltiples facetas, para encontrarnos con la plena autonomía y generar dinamismo en las regiones, no será un acto único e instantáneo.
En este traspaso gradual de competencias, partiendo de un mínimo necesario para iniciar el proceso, vamos a avanzar en el fortalecimiento de capacidades de los gobiernos regionales, aprender a gestionar sin duplicar esfuerzos (país, región, municipios), servicios públicos dependiente del gobierno regional, fortalecimiento de los medios de comunicación locales y regionales, etc. Y en este nuevo proyecto país no solamente existirá un efecto positivo para las regiones, es el país en su conjunto el que recibirá beneficios de la descentralización. Por ejemplo, la formulación e implementación de planes del nuevo gobierno regional deben dar lugar a participación más descentralizada por territorio y en esta caso el nivel municipal, quien es el más cercano a la comunidad y sus necesidades, junto con detectar las necesidades de empleo local puede avanzar en proyectos de autoconstrucción de viviendas , saneamiento ambiental, mejora de calles, de instalaciones sanitarias, de alumbrado público. La municipalidad está llamada a convertirse en un verdadero agente promotor del desarrollo local, con oficinas de apoyo técnico al sector poblacional en materias de arquitectura, urbanización, mejoramiento de viviendas, educación para la prevención y cuidado de la salud, compra de terrenos para solucionar el problema de vivienda de los campamentos, asesoría financiera, etc. Y promover la organización de corporaciones especializadas que apoyen a las cooperativas de autoayuda que creen los propios pobladores.
Cada territorio buscará con mayor precisión el proyecto concreto e indispensable, sobre la base de diálogo con las fuerzas vivas, evitando, el nuevo eje regional, actuar de manera impositiva. Lo anterior es vital para generar un conjunto de ideas creativas, movilizadoras, aglutinadoras en torno a un proyecto región que aproveche los recursos humanos existentes y muestre con claridad su contribución a la resolución de los problemas y desafíos comunales, regionales y nacionales: empleo, fuentes de trabajo, modernización, innovación, marginalidad, paz, multiculturalidad, etc.
Respondiendo a quienes me llamaron, les repito: reconozco, agradezco y aplaudo la labor de quienes se jugaron a nivel local y país hasta llegar a este momento del puntapié inicial de la Gobernanza Regional; me alegro de ser testigo de un cambio gradual, con los aprendizajes necesarios; tengo esperanzas que la cercanía a los problemas y sus soluciones nos obligará a ejercitar un nuevo tipo de política; me alegro porque será bueno para mi comuna, mi región y mi país; y, finalmente, porque nunca me gustó vivir sometido y dependiente.