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Opinión

Editorial: Y después de las elecciones ¿qué…?

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 19 de diciembre de 2021 | Publicado a las: 10:20

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La Araucanía, la de los peores indicadores económicos, sociales y culturales del país, históricamente gana la derecha. En la primera vuelta, región del sur del país, el Partido Republicano, obtuvo más de un 42,16%.

El ex candidato de la Lista del Pueblo Diego Ancalao, escribe que la razón está en el síndrome de Estocolmo, donde “los pobres, marginados y discriminados, idolatren, defiendan y voten por los mismos que los han esquilmado, reprimido, estigmatizado y empobrecido para que estos los sigan tratando como dependientes”.

El alcalde de Victoria, el PPD Javier Jaramillo, ejemplifica con su comuna, donde Kast arrasó, con el 57,62% de las preferencias. “Es el reflejo del cansancio de la región. La ciudadanía al final decide así porque siente que esa persona es la que va a solucionar los problemas que tenemos”.

La Novena fue la única región donde un candidato superó el 40% de las preferencias. El ex UDI José Antonio Kast marcó un 42,16% de los votos, lo que implica 165.991 preferencias, casi el triple que las 65.294 (16,58%) de Gabriel Boric, quien lo siguió en los resultados.

Para Kast esto implicó más que triplicar la cantidad de votos obtenidos entre una primera vuelta y otra, toda vez que en la de 2017 solo 46.355 votaron por él en la zona, un 12,67% de las preferencias. Aquella vez obtuvo el tercer lugar en La Araucanía, detrás de Sebastián Piñera (41,53%) y Alejandro Guillier (20,88%) y apenas superando a Beatriz Sánchez (12,54%).

La región se torna así en todo un fenómeno en favor de Kast, quien de todos los candidatos ha sostenido el discurso más duro en torno al conflicto mapuche. No ha dudado en solicitar la participación de las Fuerzas Armadas en la zona, además de limitar la entrega de tierras o beneficios a quien haya participado de algún acto violento o ilegal.

Para Claudio Pérez, director ejecutivo del Centro de Estudios del Desarrollo y académico de la Universidad de la Frontera de Temuco, expuso en latercera.com, el fenómeno podría explicarse por “el error de la izquierda en cuanto a condenar el conflicto en materia de seguridad pública, que es distinto a la reivindicación legítima del pueblo mapuche”. Eso, agrega el experto, por el contrario, lo lee y hace “muy bien” la candidatura de Kast, que a su juicio “hace una rotunda condena a los hechos de violencia”.

En la suma, expone Pérez, si lo anterior se mezcla además con pobreza, inseguridad y “esa izquierda que no es capaz de condenar los hechos de violencia y una candidatura sí lo hace, produce la lectura en la ciudadanía que ve que un candidato que sí está preocupado”. Además, recuerda, en La Araucanía históricamente ha ganado la derecha.

Christopher Martínez, cientista político de la UC de Temuco, también en el mismo medio, da sus razones: “El 80-20 del plebiscito no representaba una división entre izquierda versus derecha; en el 80% que votó Apruebo había también gente de derecha y centro”, dice, primeramente. Segundo, añade, “si bien en la ciudadanía había un deseo profundo de cambios para terminar con las desigualdades que históricamente han afectado al país, luego de la incertidumbre que comienza a desarrollarse desde el estallido social y después agravada por la pandemia, en el país comenzó a consolidarse también una necesidad por mayor estabilidad”. Esa estabilidad, dice el experto, ha sabido ser apelada por Kast en parte del electorado.

Desde el ala del candidato también entregan sus razones. “José Antonio viene visibilizando desde 2017 el terrorismo en La Araucanía, fue el primero en utilizar el término y en estos cuatro años siguió visitando la región, fue cercano a la gente y las víctimas”. Así comienza la entrega de argumentos Alejandro Martini, presidente regional del Partido Republicano en La Araucanía, al ser consultado por los motivos que llevaron a JAK a imponerse con tanta holgura en la zona. Y agrega: “El resultado es un voto de auxilio, de confianza que él es la única persona en que la gente ve esperanza de volver a vivir en paz”.

Cualquiera sea el análisis, los números dicen que en las 32 comunas de La Araucanía se impuso la carta de Republicanos. En el municipio de Saavedra fue donde “peores” resultados obtuvo, con un 31,47% de las preferencias, mientras que Lumaco fue la mejor, con un 58,88% de los electores votando por él.

Incluso la comparativa de Kast 2021 versus Kast 2017 es sorprendente. Hace cuatro años, el candidato apenas superó el 15% de las preferencias en tres comunas de la región y en algunas, como la ya mencionada Lumaco, apenas obtuvo votos (4,15% esa vez).

En estos cuatro años, como mínimo, dobló sus porcentajes de preferencias y números totales de votos en todos los municipios, llegando a cuadruplicar en varios de ellos, pero también existiendo casos decidores como Lonquimay, en que pasó del 4,21% en 2017, al 47,04% en 2021. En Temuco, la gran urbe de la región, pasó del 15,9% al 39,28%.

“José Antonio Kast tiene un discurso efectivo, no hay que tapar el sol con un dedo. Y la ciudadanía está cansada de la situación de nuestra región, del conflicto, que no haya solución de parte del Estado, que pasan los gobiernos y no se cumplen las promesas. Él planteó un punto de vista directo, con el que podemos estar o no de acuerdo, pero planteó temas que a la izquierda y centro izquierda les cuesta hablar”, señala Roberto Neira (PPD), alcalde de Temuco.

El edil ejemplifica con Victoria, con un alcalde también PPD (Javier Jaramillo), pero donde Kast arrasó, con el 57,62% de las preferencias. “Es el reflejo del cansancio de la región. La ciudadanía al final decide así porque siente que esa persona es la que va a solucionar los problemas que tenemos”.

Eso último, cree, es “la gran tarea” que va a tener Gabriel Boric. “Tiene que tener la capacidad de sacarse los tabúes y hablar de los problemas que le importan a La Araucanía, cuando uno gobierna tiene que tratar todos los temas y hablar de cosas que no gustan”.

En La Araucanía, este 2021 Kast fue el Sebastián Piñera de 2017. Y Sichel, el Kast de hace cuatro años. En otros términos, el Partido Republicano le arrebató la región a Chile Vamos. Los porcentajes se invirtieron casi en espejo: JAK sacó un 12,67% la primera vuelta pasada y Piñera un 41,53%, mientras que ahora el ex UDI marcó un 42,16% y Sichel un 10,4%.

“Creo que el discurso que él tiene, el tema de la seguridad, de la libertad, claramente atrae a mucha gente que se ha visto envuelta en el conflicto, que se siente con inseguridad y eso se manifiesta fuertemente en esta región”, aporta Ricardo Sanhueza (PPD), alcalde Traiguén.

Y añade: “En general la izquierda le hace un poco el quite al tema de la seguridad, piensa que esto le puede restar ciertas cosas, lo toma con un poco de miedo”.

El ex precandidato y que, por su polémica lista de firmas de apoyo firmadas ante un notario fallecido, debió renunciar a su candidatura presidencial por la Lista del Pueblo, Diego Ancalao, la explicación del historial de elecciones ganadas por la derecha en La Araucanía, está en la sicología: “Este fenómeno es similar al síndrome de Estocolmo, un trastorno psicólogo por el que las personas secuestradas se identifican progresivamente con sus secuestradores; los rehenes terminan amando a sus secuestradores. En La Araucanía el síndrome de Estocolmo a lo mapuche “permite que los pobres, marginados y discriminados idolatren, defiendan y voten por los mismos que los han esquilmado, reprimido, estigmatizado y empobrecido para que estos los sigan tratando como dependientes, casi menores de edad sin responsabilidad, y puedan mantener sus privilegios a costa de mantener a esta región como la más pobre de Chile”.

Sea cual sea el resultado, las próximas semanas serán trascendentales para la región, porque la presencia militar para detener -en parte- la violencia rural que amenaza extenderse a la población urbana, no será una solución eterna. En algún momento las fuerzas militares deberán volver a sus cuarteles y dejar la solución en manos de las cúpulas políticas, que deberán trabajar intensamente para que sea ese el camino para llevar paz a la región, pero no con asistencialismo, sino con decisiones territoriales, multiculturales y conciencia pluricultural para conversar en un plano de igualdad con las comunidades. La amenaza eterna de represión armada que gustan a los partidarios mas recalcitrantes de Kast, no tiene posibilidades para nuestro destino regional.

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