Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 31 de julio de 2022 | Publicado a las: 12:08
“Desde siempre hemos estado sujetos a escuchar la palabra “control”, sin reparar en el múltiple significado y aplicación que tiene”.
Escribe: Jorge A. Aguirre Hrepic, Profesor de Estado, consultor en Inseguridad, Criminalista- Criminólogo.
Lo primero que se viene a la mente desde la más tierna infancia es la sensación de que alguien nos impedía hacer cosas, tales como no abrir la puerta a desconocidos ni recibir dulces de ellos. A no soltar la mano de nuestros mayores cuando caminábamos por la calle, a cuidar nuestros útiles escolares, a comerse toda la comida, a la lavarse los dientes, y un largo etcétera.
Luego, en la escuela o colegio y liceo, aprendimos a conocer otra variante de esta palabra, pasando por la supervisión de profesores, inspectores y para docentes, cumplimiento de horarios, no estar afuera de la sala de clases cuando no estábamos en recreo, hasta los CUIC (Control de ultima clase) y por supuesto el control de disciplina, formación de los días lunes, revisión de hábitos, estudio controlado y otras tareas más.
Como adolescentes el control fue cambiando dependiendo de muchas cosas, régimen de estudio como en internado, lejos de casa, pololeo, estudios superiores y de otra forma, se manifestó más la medida individual por sobre la colectiva.
Seguidamente, como adultos cuando se supone hay menos control, surge una nueva dinámica que es la laboral, sea como dependiente o independiente, en definitiva, todos, siempre hemos estado sujetos a una o más formas de control.
Entonces, ¿qué es el control?
Esta palabra, deriva del idioma francés “controle”, que se trataba de llevar un registro en duplicado.
En términos simples, control puede ser el dominio sobre algo o alguien, una manera de fiscalización, un mecanismo para regular algo manual o sistémicamente, también un examen para probar los conocimientos de los alumnos sobre alguna materia.
En materia de administración, control es un mecanismo del proceso administrativo creado para verificar que los protocolos y objetivos de una empresa, departamento o producto cumplen con las normas y las reglas fijadas.
El control tiene como objetivo evitar irregularidades y corregir aquello que frena la productividad y eficiencia del sistema como, por ejemplo, los mecanismos de control de calidad.
Desde la perspectiva más lúdica y épica en la actualidad, existe la lucha por el Control remoto, como aparato electrónico sirve para tele comandar o comandar a distancia otro dispositivo electrónico.
Como sea, la palabra control, también esta demasiado asociada a la gestión represora de las autoridades, del Estado y de la jefatura, como si no existiera el control inverso, el control mediático y el control popular.
En este mismo sentido incluso a las antiguas unidades de Fuerzas especiales de Carabineros de Chile, después del 18 de octubre de 2019, al gobierno de turno no les gustó este nombre así que lo cambiaron por el de COP (Control del orden público). Este cambio solo fue maquillaje ya que la función es la misma.
Como sea, la sola enunciación de la palabra control causa escozor para algunos y tranquilidad para otros, siempre dependiendo de las ideologías, creencias, gustos e intereses de las personas.
Entonces surge una segunda interrogante, ¿Quién tiene el control?
La respuesta es disímil dependiendo de las miradas, verdades, post verdades, mentiras y manipulaciones, ya que siendo una pregunta objetiva puede tener respuestas subjetivas, para justificar atenuantes y agravantes de la pérdida del control o cuando no se sabe quién realmente lo tiene.
En este sentido y para los fines que nos interesa, conforme a los acontecimientos graves que afectan al país en materia de criminalidad, donde el aumento exponencial de acciones delictivas rompió todos los récords.
Quienes ayer hacían descarnados análisis y críticas al respecto, hoy les corresponde enfrentarlos y solucionarlos, pero nada ocurre al efecto, ni siquiera con la promulgación de las 33 medidas de seguridad pública del actual gobierno, que, si se estudian incluso bien intencionadamente, no se visualiza la solución por ningún lado.
Conforme a lo anterior, es secreto a voces, que las actuaciones terroristas, de violencia rural, asaltos, muertes en todas las modalidades, quemas de todo tipo de maquinarias y vehículos, toma de predios, ataque a las policías y varios delitos, se salieron de “control”.
Retiramos, siendo grave y serio el problema, La guinda de la torta vino de la mano del subsecretario del interior Manuel Monsalve, quien hace pocos días señalo literalmente; “Las organizaciones criminales tienen el CONTROL de más territorios en el país”.
Lo expresado por esta autoridad nacional, en cualquier país serio, es causal de cualquier tipo de medidas, desde acusaciones constitucionales, reproches de diversa intensidad y renuncia voluntaria. El notable abandono de deberes es flagrante, con difusión y escándalo incluido.
Sin embargo, conforme a la moda mediática, pasó sin pena ni gloria, todos se hicieron los tontos y las victimas continúan en aumento.
El panorama no es claro ya que las señales equivocas invitan a que la violencia aumente, sea de origen nacional o de autores extranjeros, total el ambiente de descontrol es transversal y afecta a muchos por parejo, donde la violación de la ley si distingue.
Que exista sensación de impunidad, ya nadie se alarma; que continúen los ataques y aumenten los delitos, muchas personas se ponen incomodas; que los delincuentes se jacten de tener el control molesta pero la gente aún confía en que las cosas cambien, pero lo que deja atónito, aunque no lo reconozcan, es que la segunda autoridad del país en materia de seguridad, señale que las organizaciones criminales, tienen el control de mas territorios en el país, eso precisamente, es reconocer no tener siquiera el “control remoto” del televisor donde exhiben una novela llamada Chile, cuyo capítulo final aún no se escribe.