A 11 años de cumplirse la implementación de la Ley del Tabaco en Chile, es fundamental reconocer los logros alcanzados y abordar los desafíos pendientes. La protección de la salud pública debe seguir siendo una prioridad, y las mejoras continuas en la legislación son esenciales para adaptarse a la evolución de la industria tabacalera. Los números de la ENS indican una baja del 33,3%, y 84.8% de la población declara que no está expuesta al humo de tabaco en sus hogares. Hay avances, por ahora.

Se van a cumplir 11 años desde que Chile dio un paso significativo hacia la promoción de la salud pública al implementar la Ley del Tabaco. Desde su entrada en vigencia, esta legislación ha buscado reducir los daños asociados al consumo de tabaco y crear un entorno más saludable para la población.

La Ley del Tabaco ha logrado avances notables en la disminución del consumo de tabaco en Chile. Las restricciones en la publicidad y promoción de productos de tabaco han contribuido a cambiar la percepción social del hábito, especialmente entre los jóvenes. Los espacios libres de humo y las advertencias gráficas en los paquetes de cigarrillos han concientizado a la población sobre los peligros del tabaquismo.

Además, se ha observado una reducción en enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con el tabaco, lo que respalda la eficacia de la legislación en la protección de la salud pública. Estos logros son un testimonio de la importancia de implementar medidas rigurosas para abordar la epidemia del tabaquismo.

A pesar de los avances, aún existen desafíos que requieren atención. La presencia persistente de puntos de venta de tabaco cercanos a escuelas y centros educativos sugiere que la ley podría ser más estricta en la regulación de la ubicación de estos establecimientos. Además, la evolución de nuevos productos relacionados con el tabaco, como los dispositivos electrónicos de administración de nicotina, plantea desafíos adicionales que deben abordarse para mantener la efectividad de la legislación.

De acuerdo a las mediciones de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) de 2009-2010 (antes de entrada en vigencia la ley) y la ENS 2016-2017 (después de entrada en vigencia la ley), los resultados muestran una disminución en la prevalencia de consumo de tabaco de un 39,8% a un 33,3% en población general de 15 a 65 años y más. En hombres la baja del consumo es de 43,4% a un 37,8%; y más pronunciada en mujeres, de un 36,5% a un 29,1%.

Otro dato relevante de aquella medición es que hay menos fumadores pasivos en la ENS. Esto porque un 84.8% de la población declara que no está expuesta al humo de tabaco en sus hogares, bajando esta exposición de 31% a 15,2%. Así también en el lugar de estudio y/o trabajo la exposición al humo de tabaco ambiental bajó de 24,8% a 20,3%

Para fortalecer la ley y mejorar aún más la salud pública, se podrían considerar diversas mejoras. En primer lugar, la expansión de las áreas libres de humo a espacios al aire libre concurridos podría proteger a la población no fumadora de la exposición involuntaria al humo de segunda mano. Además, la revisión constante de las advertencias gráficas en los paquetes de cigarrillos podría garantizar que sigan siendo impactantes y pertinentes.

Otra área de mejora radica en la educación y la prevención. Reforzar las campañas educativas sobre los peligros del tabaco y aumentar los recursos destinados a programas de cesación tabáquica podrían ser pasos cruciales para ayudar a aquellos que desean dejar de fumar.

A 11 años de cumplirse la implementación de la Ley del Tabaco en Chile, es fundamental reconocer los logros alcanzados y abordar los desafíos pendientes. La protección de la salud pública debe seguir siendo una prioridad, y las mejoras continuas en la legislación son esenciales para adaptarse a la evolución de la industria tabacalera. Un compromiso renovado con la prevención, la educación y la innovación en las políticas podría allanar el camino hacia una Chile más saludable y libre del tabaco.