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Millaray Curilem, candidata a la rectoría de la Ufro: «La defensa de la Universidad Estatal está en el corazón de nuestra campaña»

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 29 de mayo de 2022 | Publicado a las: 12:09

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«La defensa de la universidad estatal está en el corazón de nuestra campaña. Si una universidad estatal se rige por los lineamientos, prioridades, estrategias que el estado chileno define para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. En ese sentido, las universidades estatales regionales tienen que replicar esos principios dentro de la región.

«La Universidad tiene que avanzar en interculturalidad por cierto, para mostrar que eso es posible, que enriquece y que eso es posible es realmente una necesidad para toda la región».

«Nuestra principal tesis es que tenemos que generar un proyecto que nos vincule de una manera más pertinente con la región. La Universidad de La Frontera es una gran Universidad. Los últimos años hemos pasado de una Universidad que difunde conocimiento, a una Universidad a una Universidad que genera conocimiento».

«La triestamentalidad se logrará una vez que se aprueben los nuevos estatutos de la Universidad en un órgano superior –que se llama parlamento- donde van a tener derecho a voto tres funcionarios administrativos y tres estudiantes. A nosotros nos parece poco, pero de todas maneras es un gran avance».

«En el borrador de la Convención Constituyente, aparece la educación como un derecho universal y eso nos parece muy pertinente dado que estamos ad portas de la cuarta revolución industrial. Vamos a necesitar personas que estén muy preparadas para hacer frente a la automatización, no solo de tareas básicas sino en algunos casos de tareas bastantes avanzadas»

Por Héctor Cárcamo Millar

Es doctora en ingeniería eléctrica, profesora de los cursos Procesamiento Digital de Señales e Introducción a la Inteligencia Artificial en la Universidad de la Frontera, en Temuco. Hoy investiga y trabaja en la automatización de una de las etapas del monitoreo de volcanes, una herramienta que podría ayudar a que las máquinas puedan tomar decisiones autónomas a partir del reconocimiento de señales que emiten los volcanes.

Hoy, esta Flor de Oro (traducción al español de Millaray, del mapuzungun), es candidata a la rectoría de la Universidad de La Frontera y gracias a los 30 años de permanencia en esta casa universitaria, ha logrado destacarse más allá de sus grados académicos, sino por tener opinión sobre materias culturales, filosóficas, políticas y especialmente, en la búsqueda de la necesaria dignidad para la educación pública universitaria.

Luego del asesinato de Camilo Catrillanca, ese fatídico 14 de noviembre de 2018, en la Ufro se creó Txokiñche donde la triestamentalidad –funcionarios, estudiantes y académicos mapuches- se convocan para estudiar y discutir políticas interculturales y orgánicas por los derechos de las mujeres. Allí estuvo y participó semana a semana Millaray Curilem Saldías.

¿Cómo llegó a ser ingeniera en inteligencia Artificial? Confidenció que fue en Francia, cuando su familia salió al exilio y su padre, el periodista Francisco Curilem Fincheira, no pudo ejercer por problemas con el idioma y decidió hacer un curso en computadores. Allí nació su interés por conocer cómo funcionaban esos equipos. Después en Argelia y Cuba estudió esa carrera que la llevó a seguir estudiando. Realizó su doctorado en Ingeniería Eléctrica con mención en Sistemas de Información en Brasil (Universidad Federal de Santa Catarina). Siguió con dos posdoctorados (Dpto. de Ingeniería Informática – USACh y Dpto. de Ciencias de la Computación de Universidade Federal de Bahía) uno en Chile y otro en Brasil.

Así tiene que haber sido. Porque su padre, cuando llegó a El Diario Austral, en algún momento de 1989 nos habló que todos –en algunos años más- íbamos a tener una casilla electrónica, para comunicarnos con cualquier persona en el mundo en forma casi instantánea, que también tuviera una casilla. Pero para eso, debía llegar Internet y cambiar los computadores 485 que teníamos en la Redacción. Mientras, debíamos seguir con la grabadora y la libreta de apuntes. Nos preocupó. ¿Era el fin del reporteo en la calle?

“Desde pequeña siempre sentí un orgullo de ser mapuche, pero fue por una referencia ancestral, nuestra vida no fue mapuche. Al desempeñarme como docente, el permanente conflicto y las muertes de jóvenes mapuche me hicieron preguntarme qué ocurría. Me habían hablado de la deuda histórica y me costó entenderla, pero lo hice. Además, tengo una tía abuela que escribió sus memorias y ahí recordaba a mi bisabuelo como el primer hombre que llegó con su comunidad a Panguipulli y relataba cómo le iban quitando sus tierras”, escribió El Mostrador.

Queda claro que la interculturalidad no es un tema de ahora. Sucede que esta sociedad chilena, conservadora, recién está comprendiendo este tema. Otros aún no.

Equidad de género

Promover la democracia, equidad de género, triestamentalidad y la interculturalidad han sido ejes de asociaciones dentro de la Universidad, principios que hoy son ley, dice usted. Pero ¿aún no están integrados estos conceptos a lo que algunos llaman el “alma mater” de la Universidad?

-La verdad es que aún no. La verdad es que la ley nos impone que esto sí se haga en la Universidad, pero todavía falta mucho para que se logre. La triestamentalidad se logrará una vez que se aprueben los nuevos estatutos de la Universidad en un órgano superior –que se llama parlamento- donde van a tener derecho a voto tres funcionarios administrativos y tres estudiantes. A nosotros nos parece poco, pero de todas maneras es un gran avance. La equidad de género todavía no se logra, hay muchas brechas de género dentro de la Universidad y prácticamente dentro de todas las universidades del país. La interculturalidad, por ejemplo, no se ha iniciado, hay que hacer un diagnóstico, una política. Entonces, estos principios, que son tan importantes y dados por la ley, todavía no son realidad en la Universidad porque esa realidad implica que estos principios tengan que transversalizarse en todas las actividades de la Universidad, llámese en formación, llámese investigación, llámese vinculación con el medio, así como en toda la parte administrativa y estudiantil.

Necesidad de debate, nuevos estatutos y la defensa de la Universidad estatal, son sus desafíos y núcleos de discusión en su campaña. En un video, usted dijo que la defensa de la Universidad estatal constituye el corazón de esta candidatura. ¿Cuáles son las grandes debilidades que enfrenta su Universidad frente a las privadas?

-La defensa de la universidad estatal está en el corazón de nuestra campaña. Si una universidad estatal se rige por los lineamientos, prioridades, estrategias que el estado chileno define para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. En ese sentido, las universidades estatales regionales tienen que replicar esos principios dentro de la región. Esto no es obligatorio en las universidades privadas, que pueden tener –además de este- otro tipo de roles o de intereses sobre todo cuando pensamos que algunas universidades privadas pertenecen a consorcios internacionales que, por cierto, y legítimamente, pueden tener otras orientaciones. Pero nosotros somos la Universidad del Estado, la de alguna manera debe generar dentro de la región, los mecanismos que el Estado considere pertinente para mejorar los niveles de los ciudadanos, del medioambiente y del país. Entonces ¿cuáles son las grandes debilidades? Nosotros tenemos un sistema administrativo regido por una Contraloría que hace –de alguna manera- más lento los procesos. Son procesos que pasan por cierto, mecanismos de probidad, etcétera, que está muy bien, pero son procesos relativamente lentos. Así también las adquisiciones, compras- Todo se hace lento dentro de la Universidad. Por otra parte, las universidades no han tenido el apoyo económico para una estabilidad, sustentabilidad. Entonces, hemos tenido que competir –a mi juicio- de una manera desleal porque los indicadores de competencia son los mismos para todas las universidades, pero la realidad de las universidades son todas diferentes. . Entonces, hemos tenido que competir entre nosotros para ganarnos los escuálidos recursos que nos entrega, fundamentalmente, el Estado. Esas son algunas debilidades, porque consideramos que el Estado tiene que hacerse cargo de sus Universidades justamente para llevar a cabo mejoras.

Una gran universidad

En ese mismo documento, usted ha señalado el gran desgaste que sufren por conseguir los recursos estatales y manifestó la necesidad de hacer un gran proyecto para fortalecer el vínculo, pertinente para la región. ¿Cómo debe ser ese gran proyecto?

-Nuestra principal tesis es que tenemos que generar un proyecto que nos vincule de una manera más pertinente con la región. La Universidad de La Frontera es una gran Universidad. Los últimos años hemos pasado de una Universidad que difunde conocimiento, a una Universidad a una Universidad que genera conocimiento, con una valoración nacional e internacional por nuestro trabajo, por lo tanto, somos una gran Universidad. Pero la región nos puede demandar más ya, pero para que nosotros podamos retribuir con nuestros conocimientos, es necesario coordinar muchas cosas. Coordinar el Estado para que nos apoye en la parte financiamiento para cumplir ese rol; coordinar las voluntades políticas dentro de la Universidad, la voluntad de las personas y de la comunidad universitaria; coordinarnos con las personas que toman decisiones en nuestro territorio de nuestra región, así como las comunidades, empresas y todos los que pudieran requerir nuestro apoyo, por lo tanto, sentimos que la vinculación con el medio debiera ser algo que prioricemos en los próximos años. Para eso, hay que partir de un buen diagnóstico de quienes somos; un buen diagnóstico de las problemáticas que somos capaces de abordar en esta región y coordinar todos los esfuerzos para que realmente podamos responder y que la región sienta que su Universidad estatal está contribuyendo a la mejoría de los indicadores que –en términos generales- bajos respecto al país.

A propósito de la misma pregunta. En la región se comenta que nada le debe a la Universidad de La Frontera y que ésta vive en una cúpula, para “guardar y generar el conocimiento”. ¿Reconoce usted que también la Universidad no rompe sus murallas para tener mayor cercanía con la región?

-Entonces el gran proyecto es incentivar a nuestras y nuestros investigadores realicen investigación en problemáticas, pero obviamente con una visión global. Porque las problemáticas que tiene La Araucanía en contaminación, la escasez de agua, los conflictos interculturales, son problemáticas que existen en otros países, en otros continentes. Entonces, cualquier aporte que podamos hacer, van a ser aportes que pueden significar avances a nivel local y global.

Universidades estatales 

Nuestro país está involucrado en cambios sociales y políticos profundos, entre otros, un nuevo gobierno, una convención constituyente. ¿Qué espera de la futura Constitución en la educación y en las Universidades públicas?

-Sí. En el borrador de la Convención Constituyente, aparece la educación como un derecho universal y eso nos parece muy pertinente dado que estamos ad portas de la cuarta revolución industrial. Vamos a necesitar personas que estén muy preparadas para hacer frente a la automatización, no solo de tareas básicas sino en algunos casos de tareas bastantes avanzadas. Las máquinas con capacidad de aprender y tomar decisiones están que se están adquiriendo hoy, van a reemplazar no solo a personas de enseñanza básica y media sino también de algunas profesiones. Entonces tenemos que tener la capacidad de buscar que la educación sea democrática, que los conocimientos se democraticen. En ese sentido, tenemos muchas esperanzas que tantos esos elementos que están en el borrador de la nueva constitución, como también de revelar la importancia de las regiones, constituyan ejes de impulso de nuestra región para las Universidades en general, pero en particular para las universidades estatales y de esta manera cumplir con ese rol.

Los grados de violencia que estamos enfrentando, especialmente en el sector joven, sorprenden y preocupan. ¿de quién es la responsabilidad?

-Pienso que aquí hay una responsabilidad multifactorial. Son muchos los factores que influyen en esto, pero obviamente, la inequidad y la falta de oportunidades, están en la base de esta conflictividad. Es una sensación de injusticia, que algunos pueden y otros no pueden por más que lo intente. Por lo tanto, nuestra Universidad juega un papel muy importante en la movilidad social. Estamos dentro de las 10 Universidades que más promueven la movilidad social en nuestra región hay mucho que avanzar en eso. Ofrecer oportunidades a los estudiantes no solo de estudiar, sino que luego poder desarrollar sus competencias generando empresas, industrias o fuentes laborales que le hagan sentido. Con estos nuevos valores que se están propiciando hoy, como la equidad de género, la participación democrática, la interculturalidad y otros elementos que se están poniendo en valor. Pensamos que hay múltiples factores, pero pensamos que la Universidad puede jugar en algunos de esos factores, un rol decisivo, fundamentalmente en lo que se refiere a la formación integral de sus estudiantes, una formación humanizante, que no solo les permita tener formación en sus especialidades, sino, además, tener una visión global que son los desafíos sociales, medioambientales y en todos los desafíos que tenemos en el planeta hoy. Hacerlos sentir partícipes en estas resoluciones y corresponsables de estos problemas, por lo menos, intentar, proponer soluciones, parece una respuesta bastante interesante para nuestra juventud.

En nuestra educación, existe la tendencia de preocuparse más de los jóvenes y las mujeres, hoy con el mismo acceso, pero con dificultades para desarrollarse profesionalmente. Usted que estudió en tres países ¿es común estas brechas de género?

-Sí, las brechas de género están en todas partes, en realidad. Sorprende, sin embargo, en Chile, la importante brecha, más que en otras partes, es en los trabajos en stem –ciencias, tecnología, matemáticas e ingeniería-. Ahí efectivamente falta la visión de las mujeres y participación de las muejres, que, por cierto, conlleva a mirar estos dominios del conocimiento de otra forma. Sí en Chile hay una falta muy particular en esos aspectos. Pero, en términos generales, el mundo completo está en deuda respecto a la equidad de género. Y hablo de mujeres y también lo extiendo a diferencias sexuales, por cierto, obviamente. Ese es un desafío muy importante porque la universidad, en su rol de modelo de la sociedad, de basarse en conocimientos para ofrecer alternativas, tiene que jugar y ser muy responsable respecto cómo sociabiliza en la formación de sus estudiantes, pero también a la sociedad de esta necesidad de equidad de género.

Otra historia

Doctora, en más de alguna oportunidad ha señalado su orgullo por su identidad indígena y ha señalado que existe una deuda histórica con su pueblo. ¿Qué está dispuesta a hacer o ha hecho desde lo social, académico y político, para ofrecer mayor justicia a los pueblos originarios?

-Nosotros tenemos dentro de la Universidad, muchos estudios, personas que incluso han ganado premios nacionales de historia. Nuestro Premio Nacional de Historia, el doctor Jorge Pinto que, además, muchos otros investigadores y estudiantes que se formaron, historiadores mapuches que se formaron en nuestra Universidad, tienen la posibilidad de releer la historia oficial. Escriben la historia que no es la historia que se difunde normalmente en los colegios y que genera mucha ignorancia de lo que ha sido en esta región. Pienso que, desde esa perspectiva, la incorporación de la interculturalidad, la incorporación de otras culturas como válidas dentro del proceso de búsqueda de la verdad, que es uno de los procesos más importantes de la Universidad. Pienso que eso puede impactar en nuestra sociedad positivamente, para que dejen de ver estas polarizaciones tan terribles que existen y que nos abra un poco más no solamente a espacios de diálogo –que ha habido muchos- sino también a espacios done realmente se puede llegar a acuerdos equitativos, equilibrados, entre el Estado y los pueblos originarios.

Usted ha invitado a la comunidad universitaria “a superar las incertidumbres del contexto”, a pensar –que buen desafío- en una Universidad pública relevante para la región y que la inteligencia colectiva les dará “respuestas aún mejores”. Usted puso una meta al respecto: ¿cómo ve a su Universidad de aquí a 10 años?

-Como decía al principio, la Universidad se ha desarrollado en investigación en forma excepcional diría yo, con todas las dificultades que hemos tenido. Hemos llegado a un sitial muy alto dentro de las Universidades chilenas en este aspecto. Me gustaría que en 10 años más llegáramos a un sitial significativo respecto a nuestro aporte a este territorio, que el propio territorio, la región se sienta parte de esta Universidad, se sienta orgullosa de esta Universidad; que todo el esfuerzo que hemos desarrollado internamente para consolidar nuestras actividades de formación, investigación, se traduzca en una vinculación con el medio interactiva, donde la comunidad también sienta que también tiene incidencia dentro de la Universidad, para que nuestra acción sea absolutamente pertinentes. Espero que en 10 años más, nuestra región esté orgullosa de nosotros. Que podamos haber establecido los convenios, acuerdos, vinculaciones las relaciones de manera que podamos establecer esta sinergia, esta inteligencia colectiva que nos permita enfrentar estos grandes desafíos que tiene nuestro país y también vienen de desde este mundo.


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