Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 8 de septiembre de 2016 | Publicado a las: 16:39
Por: Carlos Inostroza Carrasco
Periodista Patrimonial
Esta histórica estación, se situaba en uno de los sectores más difíciles del trazado sureño, por lo que hasta 1928 fue depósito de locomotoras remolcadoras de los trenes de carga. Según cuentan los escritos, fue construida en 1885, justo cuando se extendió el ferrocarril de San Rosendo a Renaico, cuando aún no era incorporada la Araucanía al resto del país. Eso hizo que este punto terminal, cobrara una importancia estratégica, ya que desde aquí emanó un ramal hacia la ciudad de Angol, donde existían los paraderos de Roblería y Tijeral.
Construída en la última etapa del ferrocarril bajo la concesión de Juan Slater, se caracteriza por ser un edificio definido por el espacio de espera. El anden, es una terraza que sale al encuentro del visitante y es guiado por pilares a media altura y barandas de madera que presentaba antiguamente.
“La presencia de la cubierta con una menor pendiente denota una solución arquitectónica para un clima distinto, más cercano a la zona central donde el uso de espacios exteriores es fundamental. En cuanto a su expresión hay elementos que rememoran el Art Decó, como las ventanas, cuyo coronamiento es diagonal entregándole una expresión única”, como menciona el arquitecto y magister en historia, Cristián Rodriguez.
Sin duda que la estación convoca y define el respaldo de un gran corredor urbano conformado por las viviendas de la empresa en el frente, es allí donde se permite el encuentro necesario de la espera y donde interactúa el ser social, pasando a ser el principal hito de la ciudad.
En el extremo sur existe la variante a la ciudad de Angol, donde se derivaba hacia Los Sauces y Traiguén. En su intersección existen viviendas en albañilería de los funcionarios que delimitan el espacio propio de la estación, quedando tras una ligera curva lo que corresponde a bodegas y almacenes, a diferencia de otras estaciones.
Cabe precisar que a unos metros de la estación, se encuentra el río Renaico, lugar donde existe un balneario al que asiste gran parte del pueblo y cientos de visitantes que cada verano disfrutaban de las bondades del sector, desciendo de los carros del tren proveniente de Concepción y Temuco, que llegaban hasta esta ciudad en busca de historias y relajo.