Producto de la pandemia del COVID-19 el sector turístico ha sido uno de los rubros más impactados a nivel mundial. Esto se ha manifestado en una significativa baja en la movilidad turística. En comparación con el año 2019, la llegada de turistas internacionales ha disminuido en un 30%, según la Organización Mundial Turismo, 2020. Este porcentaje podría incrementarse en función de la evolución de la crisis sanitaria mundial.

En cuanto a la actividad turística de la región de La Araucanía, ya venía a la baja desde hace unos años, situación  que se ve agravada por la pandemia del COVID-19.  Es en este contexto que el Centro de Investigaciones Territoriales (CIT) de la Facultad de Educación, Cs. Sociales y Humanidades y La Facultad de Cs. Agropecuarias y Forestales de la Universidad de La Frontera, diseñó la encuesta “Impactos del COVID-19 en la actividad turística”, con el fin de recabar información acerca de la situación del sector turístico frente a la crisis sanitaria, sus impactos y estrategias a seguir posterior a la crisis.

Pablo Martínez, Director del CIT-UFRO explica que: “La encuesta surge como respuesta a la necesidad de recabar información acerca del impacto de la crisis sanitaria en el sector turístico, rubro que es altamente sensible a los impedimentos a la movilidad de las personas, para comprender qué tipo de impactos se están generando en los territorios turísticos, cuáles son las precepciones de los actores a las estrategias de recuperación y qué oportunidades identifican post-covid19”

En la encuesta participaron de manera voluntaria más de cien personas de tres grupos distintos; emprendedoras y emprendedores turísticos urbanos y rurales (57%), profesionales vinculados a la actividad del sector público y privado (27%), así como investigadores en turismo de centros universitarios de La Araucanía (17%). Cabe destacar la participación de mujeres en el estudio, donde representan el grupo mayoritario en el segmento de Emprendimientos turísticos (52,7%) y Profesionales (57,6%), mientras que en el grupo de Investigadores representó el 40%.

Principales Resultados

Se estima que el efecto de la pandemia se verá reflejado en distintos niveles; en primera instancia a nivel de las economías locales basadas en turismo rural e indígena, en una disminución de visitaciones y pernoctaciones, la desestructuración de redes y circuitos,  pérdida de empleos y con ello una baja de ingresos económicos.

Más del 60 % de los encuestados asegura que se perderá más del 50 por ciento de empleos. 97% estima que el mayor impacto negativo será el cierre temporal de empresas y un 69% el cambio de rubro. Sobre el 70% tiene altas expectativas de que el Estado responda al sector turístico con el fortalecimiento de políticas públicas, mientras que 71% en el fortalecimiento del turismo local y un 72% privilegia las modalidades de turismo de bajo impacto.

Al respecto, el académico e investigador del CIT-UFRO, Claudio Briceño señala: “Los efectos en el sector turístico son devastadores al corto y mediano plazo, lo que se verá ampliado en los pequeños emprendimientos regionales, pero por otro lado, estos mismos emprendimientos están buscando hacer frente a la crisis con ayuda del Estado, en una alianza que les permita permanecer en este sector productivo del turismo y no tener que emigrar a otras áreas para generar sus ingresos”.

Efecto post crisis

El turismo es una de las primeras industrias en verse afectada por situaciones de crisis, pero también es una de las primeras áreas en aportar en la recuperación cuando estos fenómenos llegan a su fin. El sector turístico tiene la capacidad de crear empleo, generar asociatividades y encadenamientos productivos locales. Por eso, representa una gran oportunidad para contribuir a la sostenibilidad y al fortalecimiento de los territorios después de situaciones de crisis.

Es así como los territorios turísticos post crisis pandémica, tendrán la oportunidad de diseñar e implementar estrategias de recuperación. Su primer desafío será no mirar lo que han hecho en el pasado, sino pensar en el futuro, basado en tres principios: primero mitigar los efectos adversos de la crisis, luego estimular la sostenibilidad socio ambiental, y finalmente incorporar de manera equitativa a los diversos grupos económicos en las actividades turísticas, siguiendo el paradigma de las economías solidarias y el comercio justo.