Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 20 de septiembre de 2021 | Publicado a las: 11:20
Que hermoso saber que hay alguien que dio su vida por salvarnos y ese alguien es Dios. Cristo te ama y te quiere salvar.
Cierta casa de una viuda muy rica se incendió. La señora murió en el fuego. Mientras los bomberos trataban de controlar las llamas, se dieron cuenta del que el hijito de la señora, de 5 años de edad, estaba dentro de la casa.
No había forma de llegar a él. Las escaleras ya se habían caído. El edificio no tenía ascensor y no sabían cómo llegar al niño. Solo un hombre que pasaba por el lugar, vio la escena. Observó un tubo al lado de las llamas que llegaba a la ventana donde se había asomado el niño. Nadie podía tocar el tubo por lo mucho que se había calentado. Pero aquel hombre, valientemente, se deslizo por el tubo (Quemándose las manos) hasta donde estaba el niño, salvándole la vida.
Un año y medio más tarde, se ventilaba en la corte quien calificaba para adoptar al niño (siendo administrador de toda la riqueza). Muchos solicitaron, demostraron lo que creían era necesario para calificar: Trayectoria, Negocios, Solidez, Riquezas, Etc. Pero a ninguno el niño aprobó, y esta era una condición sumamente necesaria.
El juez volvió a llamar a quienes habían asistido para ver quienes calificaban para adoptar al niño, o si este les aprobaba, entró a la sala un hombre desconocido. Caminó lentamente hacia adelante con las manos en los bolsillos.
El juez le preguntó por sus credenciales, a lo que respondió: «Señoría, no tengo riquezas ni negocios que me hagan competir contra todos los que aspiran a adoptar al niño». El juez le dijo: «¿Pues qué hace usted aquí? alguna razón debe mostrar por la que quiera ser adoptador del niño». El señor dijo: «Solo tengo estas muestras de amor abnegado» (al decir esto mostró sus manos. Estaban blancas, quemadas, desechas). El niño al verlo reconoció al hombre que le había salvado la vida y con lágrimas en sus ojos le abrazó y el señor fue quien le adoptó.
Hermanos: Cristo Jesús pagó por ti un precio incalculable. Entregó su vida para salvar la tuya, y también te lleva esculpido en las palmas de sus manos. Él quiere adoptarte como su hijo, no por que quiera tomar tu riqueza sino para cambiar tu desdicha y enfermedad por su alegría, riqueza y vida eterna. ¿Aceptarás su adopción?