Con un autogol de Vidal, Cáceres y una contra de Richard Ortiz, Paraguay le hizo precio a un Chile que pecó demasiado de soberbia y confianza empantanando la clasificación de La Roja al Mundial de Rusia.

Ya el anuncio del mal juego fue la presión de los guaraníes que derivó en los constantes errores al medio para salir de contra porque nunca se conectaron Díaz, Vidal, Aránguiz. Ni hablar de un inexistente Nicolás Castillo como delantero muy bien marcado por el veterano Paulo Da Silva.

Pero eso no es todo, Alexis Sánchez se le olvidó jugar pensando en su frustrado traspaso al Manchester City; así andaba el ánimo del tocopillano. Ofuscado, sin ganas de nada. Casi nunca llegó a jugar.

Vidal terminó siendo un villano en esta película del terror porque una falta que cometió a los 24′ y un tiro libre sin peligro y el Rey que la desvía con un cabezazo sorprendiendo a Bravo. Era el 1-0 y esto pintaba mal.

Fue peor en la segunda parte cuando Pizzi demoró en meter a Paredes y a Valdivia. Minuto maldito porque Marcelo Díaz trancó con un miedo increíble para que el rebote le quedara a Víctor Cáceres que remató al costado derecho y decretaba el 2-0.

Y si la pesadilla no terminaba, la contra a la paraguaya fue mortal porque Richard Ortiz, ante un desastre defensivo (Jara no existe desde que se cayó en el clásico) clavó la estocada final.

A la Roja se le puso muy complicada la clasificación, fue el peor partido desde la derrota ante Uruguay en el Centenario; jugadores desenfocados, y con la persistencia de buscar el juego aéreo, encerrados en sí mismos, sólo queda ganarle a como de lugar ante Bolivia en La Paz.

(FOTO: Agencia UNO)