Cuando se acercan las elecciones municipales, las ceremonias parecen ser el mejor lugar para hacer campañas de manera gratuita y generar más de alguna fotografía mostrando el trabajo del Gobierno o de los municipios, aunque el aporte sea nulo.

Es el lugar privilegiado también para el «Festival de los codazos», todos quieren sentarse adelante para que los nombren en el libreto o bien instalarse atrás de una autoridad más imponente para mostrar su rostro tras las cámaras, o bien hacer hasta preguntas como verdaderos periodistas cosa que así muestren que están en la palestra y que merecen ser los ganadores.

Hoy en la mañana la situación eso sí fue casi descarada, en medio de la firma del llamado a licitación para la construcción del hospital de Padre Las Casas, hasta donde llegaron autoridades de la vecina comuna, cada uno de los presentes quería figurar más y más contar de llevarse el premio mayor.

La concejala y precandidata del PPD, Ana María Soto, fue quien más molestia generó entre los presentes. Ella misma se acercó con sus asesores hasta donde la encargada del protocolo y, aprovechando la ausencia del alcalde Juan Eduardo Delgado, se autodesignó con el título de «representante del alcalde protocolar», cuestión que generó la incomodidad especialmente en el actual administrador municipal de Padre Las Casas, Oscar Gutiérrez, quien sí estaba en el lugar subrogando al alcalde, como dicta un decreto, quien no pudo asistir por reuniones en Santiago.

Si bien es cierto que la concejala representa «protocolarmente» al alcalde y puede citar al concejo, la ley orgánica 18.695 es clara y asegura que en caso de «ausencia o impedimento no superior a cuarenta y cinco días, será subrogado en sus funciones por el funcionario en ejercicio que le siga en orden de jerarquía dentro de la municipalidad, con exclusión del juez de policía local».

Aunque más abajo asegura que el concejal más votado es quien reemplaza al alcalde en situaciones protocolares también la ley es clara que «la presidencia del concejo sólo podrá ejercerla un concejal que no estuviere repostulando a dicho cargo o postulando al cargo de alcalde».

Por lo tanto sonó más a intervencionismo que a un error conceptual y protocolar.

Pero eso no fue todo, pues otro de los precandidatos a alcaldes, Miguel Angel Cortés, no sólo se metió en cada fotografías sino que además tomó el lugar de los periodistas y sin ningún tipo de invitación comenzó a preguntarle al intendente por temas de salud, cuestión que ya habían preguntado los colegas.

Si bien no son situaciones de gravedad a meses de las elecciones, ¿no será importante antes de que empiecen las campañas, que este año se caracterizarán por no contar con tanta propaganda pública, limitar las intervenciones en las ceremonias?.

¿No será importante que Contraloría ponga ya los límites y se reúnan con los periodistas y relacionadores públicos institucionales para saber qué se puede o no hacer en estos casos?.

Está bien, todos quieren ganar y la política no es para llorar, pero otra cosa distinta es querer aprovecharse del sistema, querer aparecer como polillas ante las cámaras y simular ser gestores de los proyectos que nada tienen que ver con su área o con su intervención.

La ciudadanía es la que decide, pero cuidado que el festival de los codazos se viene con todo y podría llegarle a usted uno también.