Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 22 de junio de 2018 | Publicado a las: 16:39
Si la audiencia se escandalizó con un procedimiento policial denominado eufemísticamente como incidente con el conductor de Uber y Carabineros que lo controló y utilizó como legítima defensa su arma, ¿qué pasará cuando ante una quema de camiones o ataque a un fundo “X”, se opere a la ‘colombiana’, blindando y peinando una zona amagada con medios antiterroristas, donde se confunden rápidamente ciudadanos inocentes y terroristas, que viven cerca? En Colombia, o se está de un lado o de otro, amigo o enemigo, sin agregar a las fuerzas paramilitares que aquí en Chile, aun no actúan.
Prof. Jorge Aguirre Hrepic, Mayor ® de Carabineros, Consultor Internacional en Inseguridad
La capacitación, el perfeccionamiento y la especialización en toda profesión son altamente necesarios.
Sin embargo, siempre debe tenerse muy claro los objetivos de los estudios para que la meta sea alcanzable.
En este sentido, la orientación correcta debiera ser la búsqueda de las “competencias profesionales”, que se quieren obtener, y que son necesarias para satisfacer las necesidades del mercado, en este caso específico, el “Mercado de la Inseguridad”, donde la demanda ciudadana por seguridad a todo nivel es superior a la oferta en seguridad que aporta el Estado a través de diversas Instituciones.
La formación de las Fuerzas de Orden y Seguridad en Chile, no es mala, pero está orientada a un tipo de delincuencia, a un tipo de ciudadanos, a un tipo de autoridades y a un sistema.
El fundamento de que no es mala, radica en que vienen de a los menos 108 países a estudiar a las aulas de Carabineros de Chile y de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI).
Sin embargo, existen problemas estructurales en la gestión de mando, donde igual que el intestino humano, se tuercen y confunden las áreas operativas, con las administrativas, financieras, judiciales y políticas, es decir dependiendo de la sensación térmica es como viene la mano y se reacciona ante una contingencia, y se produce la “Obstrucción intestinal”.
En materias de seguridad, el paciente llamado Chile, está en la UTI (Unidad de Tratamiento Intensivo), pero uno de sus órganos, que denominaremos “Araucanía” o Macro zona como llaman algunos, requiere un tratamiento en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), es decir tenemos un paciente crítico.
Hace mucho tiempo, este autor, indicó que basta de prácticos en primeros auxilios, para tratar un “cáncer”, denominado terrorismo, había que llamar a cirujanos”, para enfrentar este fenómeno, adecuadamente, y que el remedio no saliera más oneroso que la enfermedad.
También, había que recurrir a epidemiólogos en terrorismo para estudiar esta enfermedad y sus manifestaciones, pero hoy por hoy, cualquiera sabe de seguridad, terrorismo, inteligencia y delincuencia, si, cualquiera.
No está de más recordar que se confunden habitualmente conceptos y definiciones, pasajes históricos y leyendas, mitos y realidades alusivos al tema.
Es decir, no sirve de nada la experiencia chilena en materia de subversión rural o incipiente guerrilla, como lo ocurrido en Neltume en la década de 1980, donde en base a la “Operación Machete”, se desarticulo una célula terrorista entrenada en Cuba en base a la experiencia vietnamita de los años 1960.
Es decir, quienes planificaron las acciones en forma teórica, no pensaron que los “miristas” operativos se enfrentarían a un escenario diferente, totalmente adverso, donde el general clima seria implacable, el coronel transporte y comunicaciones inexistentes, el comandante operaciones inubicable y la divina suerte, no estaba invitada. Pero lo intentaron.
Esta empresa subversiva, si sirvió para el terrorismo, ya que luego el FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), actuó de otra forma en el ataque al Retén de Carabineros “Los Queñes” y en el atentado al “General Pinochet”.
La pregunta vital, es ¿qué aprendió el Estado chileno? No mucho parece, ya que una vez más se confunde Terrorismo con Guerrilla, se confunden Teatros de Operaciones, es decir la geografía no importa, pero todo se puede adaptar, eso sí.
No es secreto que quienes tienen experiencia en terrorismo en Chile, están todos retirados de las instituciones y no se puede recurrir a ellos, o porque hay problemas de derechos humanos o porque sería mal visto, o no sería políticamente correcto.
Dejemos esto de lado, que se hace entonces, fácil, muy fácil.
Como hay antecedentes de que algunos miembros de la “CAM” (Coordinadora Arauco Malleco), habrían recurrido vía Ecuador a estudiar a Colombia, donde sus supuestos instructores, las FARC (Fuerzas Armadas y Revolucionarias de Colombia), los habrían preparados en operaciones terroristas, ergo, hay que enviar a las Fuerzas de Orden y Seguridad chilenas, a estudiar a Colombia.
¡Así de simple!
Surge una pregunta bizantina, irían los demócratas cristianos a estudiar filosofía a la Universidad Patricio Lumumba y los comunistas irían a estudiar a la universidad de Lovaina, con la finalidad de cumplir ciertos objetivos, tal vez sí, pero cuál sería la meta.
Nadie discute la experiencia cincuentenaria de la policía colombiana en la lucha antisubversiva, terrorista y anti guerrilla, pero son realidades de todo tipo diferentes, lo viví presencialmente en la década de los 90.
Adicionalmente, la ciudadanía debe saber que Carabineros de Chile formó la especialidad de los carabineros colombianos en la década del 1960, de ahí su disciplina, sin embargo, los colombianos por razones obvias llevan la delantera en el uso y manipulación de armas de fuego y armas no convencionales.
Reitero la realidad es diferente, y si la audiencia se escandalizó con un procedimiento policial denominado eufemísticamente como incidente con el conductor de Uber y Carabineros que lo controló y utilizó como legítima defensa su arma, que pasará cuando ante una quema de camiones o ataque a un fundo “X”, se opere a la “colombiana”, blindando y peinando una zona amagada con medios antiterroristas, donde se confunden rápidamente ciudadanos inocentes y terroristas, que viven cerca. En Colombia, o se está de un lado o de otro, amigo o enemigo, sin agregar a las fuerzas paramilitares que aquí en Chile, aun no actúan.
Las fuerzas colombianas no requieren órdenes judiciales en materia antiterroristas o antiguerrillas y en ese sentido operan con las fuerzas armadas, en conjunto, su legislación lo permite, es decir hay flagrancia permanente, ahora con los acuerdos de paz, esto está cambiando.
En términos prácticos, un enclave como “Temucuicui”, conforme a la naturaleza de lo que dice que representa, en Colombia, no sería así.
Seamos optimistas ¿qué aprenderán nuestros carabineros en 30 días, como son los efectivos “Opes” (Especialistas en operaciones policiales especiales)?. Muy poco, pero adquirirán experiencia en “jungla”, soportar harta lluvia con calor, comer animales exóticos que aquí no hay, utilizar repelentes de todo tipo, navegar en ríos caudalosos y extensos, caminar entre bosques tupidos no intervenidos por forestales ni menos reforestados por el hombre, seguir rastros, huellas y señales, en tierras disímiles a las nuestras. ¿Tiro de precisión? sin duda excitante, pero ¿quién autoriza en Chile el uso de un tirador experto sobre un blanco humano vivo?
Sobrevivir en la jungla no es lo mismo que sobrevivir en la cordillera o pre cordillera, son terrenos diferentes, pero sin duda será una experiencia única, para únicos.
Lo triste, es que queda la impresión colectiva, de que nuestras fuerzas policiales no están preparadas para enfrentar este fenómeno delictivo y eso créanme no es cierto, se tiene el conocimiento, los insumos, la técnica y la experiencia, a mi juicio falta voluntad e interés.
La doctrina policial no ha variado un ápice, aunque el estímulo de la motivación profesional, creo se ha visto afectado, por diversos factores exógenos y endógenos, que deben ser superados, la ciudadanía, lo demanda.
Adicionalmente, hay que considerar en su conjunto las capacitaciones con instituciones de otros países con vasta experiencia en actuaciones terroristas, principalmente donde se formaron los principales terroristas, donde se generan las teorías, las técnicas y tácticas.
También se debe estudiar las pautas culturales, sociales, históricas y políticas donde se operará, la pregunta es quién capacitará a las unidades antiterroristas sobre estos tópicos.
Finalmente, hay que multiplicar y no dividir, hay que ser positivo y tener confianza, pensar que nuestras autoridades quieren lo mejor, no importa que sea con tozudez y que no les importe el costo, yo habría preferido una solución más a la chilena, aunque no de maestro chasquilla. Habría hecho una mesa de trabajo con los que algo saben al respecto, habría potenciado a las juntas de vigilancia y desarrollo, que me consta no existen en Colombia. Habría integrado a las fuerzas vivas de la comunidad, gremios, empresarios y vendedoras de pan amasado en la zona rural, que si conocen de chicos a algunos malos y detectan sin problema a los afuerinos.
Como dijo Deng Xiaoping, no importa el color del gato, lo importante es que cace ratones.