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Reflexiones cristianas: No lo desanimes

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 27 de junio de 2021 | Publicado a las: 12:19

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«Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel» Deuteronomio 1:38.

No critiques a una persona, a menos que hayas caminado en sus zapatos” es un dicho popular para indicar que intentar desanimar a una persona no es un derecho, sino más bien un defecto que hay que evitar a toda costa. Es demasiado fácil expresar palabras desalentadoras, y hasta la persona más valiente puede caer bajo el desánimo y el desaliento. Si pudiera medirse el efecto de cada palabra antes de pronunciarla, entonces muchos hablarían considerablemente menos de lo que hablan.

Josué era un valiente capitán, no solamente en las batallas, sino en los momentos más difíciles de la travesía. Solía proferir palabras de aliento y de ánimo. Su actitud hasta se habría podido interpretar como “locura de juventud’: Lejos de ser así, sus palabras procedían de una persona que había aprendido a confiar en Dios. Por eso, no había desafío ni obstáculo lo suficientemente grande para disuadirle en sus empresas para el Señor.

Después de algunas derrotas, muchas luchas y grandes triunfos, pero siempre manteniendo la dirección de confianza y dependencia de Dios, llegó el momento decisivo y culminante de la vida de Josué. Moisés, con los de su generación que tantos problemas habían causado, quedaría excluido de la entrada a la Tierra Prometida. Josué, la nueva generación, tenía la responsabilidad de no cometer los mismos errores de sus padres.

El mensaje que se da en beneficio de Josué era “Anímale’ Era importante que no se desanimase, porque esto sería el principio de la derrota. La estrategia de Satanás es justamente causar el desánimo para luego dar la estocada final en la derrota.

“Si, en circunstancias penosas, hombres de poder espiritual, apremiados más de lo que pueden soportar, se desalientan y abaten; si a veces no ven nada deseable en la vida, esto no es cosa extraña o nueva… Es en el momento de mayor debilidad cuando Satanás asalta al alma con sus más fieras tentaciones” (PR 127, 128).

El desánimo es el arma preferida de Satanás. No permitamos que logre su propósito haciendo que causemos desánimo en los demás. Hablemos de ánimo y de victoria, recordando que nuestro Señor está al timón. (Israel Leito).

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