Publicado por: Equipo Tiempo21 | viernes 7 de febrero de 2025 | Publicado a las: 15:38
Hay momentos en la historia de un país que trascienden la política y se inscriben en la memoria colectiva como actos de justicia. La reciente aprobación de la Reforma de Pensiones en Chile es uno de ellos; no se trata solo de cifras, sino de dignidad, de reconocimiento y de la certeza de que el esfuerzo de toda una vida tendrá su justa recompensa.
Con 2,8 millones de pensionados beneficiados y un millón de mujeres que verán equilibrada la brecha en sus jubilaciones. Esta reforma no es solo un ajuste técnico, es un acto de respeto hacia quienes han dedicado su existencia al trabajo y al desarrollo del país.
Desde la perspectiva de la Secretaría Regional Ministerial (SEREMI) del Trabajo y Previsión Social de La Araucanía, esta reforma es una luz de esperanza en una región donde el empleo informal es una realidad persistente y la vulnerabilidad previsional una constante. Aquí, donde el sacrificio muchas veces no ha sido compensado, el beneficio por año cotizado se convierte en una señal clara de que cada día de esfuerzo cuenta, de que cada trabajador y trabajadora es visto y valorado.
Uno de los pilares fundamentales de esta reforma es la creación de un Seguro Social, financiado con un 4% de la nueva cotización del 7% a cargo del empleador. Esta medida no solo fortalecerá las pensiones, sino que simboliza un cambio de paradigma: la previsión ya no será un camino solitario, sino un esfuerzo compartido por la sociedad en su conjunto. Porque un país que olvida a sus mayores es un país que traiciona su propia historia, y esta reforma es un compromiso de que no lo haremos.
La equidad de género también es protagonista. Por demasiado tiempo, las mujeres han recibido menos simplemente por vivir más. Esta reforma les devuelve lo que siempre les ha correspondido: una jubilación justa, sin sesgos ni discriminaciones. En La Araucanía, donde tantas mujeres han trabajado sin reconocimiento en empleos precarios, el recibir hasta 0,25 UF por cada año cotizado no es solo una cifra, es un mensaje de equidad y respeto.
Otro acuerdo importante es la ampliación de la Pensión Garantizada Universal (PGU) a $250.000, este es un paso esencial. Para muchos adultos mayores, esta pensión es la diferencia entre la tranquilidad y la incertidumbre. La implementación gradual asegurará que este aumento sea sostenible y duradero, garantizando que cada beneficiario reciba lo que merece.
Pero es importante entender que este cambio no es instantáneo. La transformación del sistema de pensiones será paulatina, porque construir un futuro mejor requiere tiempo, planificación y compromiso. Cada fase de implementación deberá ser monitoreada y ajustada con responsabilidad, garantizando que el impacto positivo sea real y tangible.
Sin embargo, la aprobación de la reforma es solo el primer paso. Su éxito dependerá de una fiscalización rigurosa y de una gestión eficiente de los fondos. Aquí, la SEREMI del Trabajo y Previsión Social de La Araucanía jugará un papel clave, asegurando que cada trabajador comprenda sus derechos y que cada empleador cumpla con sus obligaciones. No podemos permitir que esta oportunidad se diluya en burocracia o falta de transparencia.
Esta reforma no es solo una mejora en los montos de jubilación, es una declaración de principios: en Chile, el trabajo formal y la cotización constante son reconocidos y premiados. Para La Araucanía, es una oportunidad para cerrar brechas, reducir desigualdades y construir un futuro más justo. No es solo un cambio en el sistema de pensiones, es un compromiso con la dignidad de quienes han construido y contribuirán a este país. Ahora, nuestro desafío es que esta promesa se haga realidad con responsabilidad, eficiencia y, sobre todo, con justicia.