Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 15 de noviembre de 2020 | Publicado a las: 12:52
Escribe: Mario A. Grandón Castro.
El viernes 6 partió al encuentro con Dios, un hombre del micrófono, Alejandro Iván Jara Concha, a quien conocí, cuando aún éramos niños, entre 15 y 16 años allá en su tierra natal, Traiguén, cuando se organizaban los festivales de la canción estudiantil y se llenaba el Teatro Municipal de esa ciudad de una bulliciosa juventud sana y buena, que nos pedía “bis” una y otra vez, a los cantantes aficionados que participábamos en dichos encuentros.
Nunca nos perdimos de vista, de vez en cuando nos encontrábamos en festivales juveniles en Angol, Purén, en Laja, en Temuco, en Victoria, en fin donde se organizaran eventos.
Pertenecíamos al grupo de los “artistas regionales”, junto a Oscar Fuica, Checho Urra, Carlos Sobarzo “Pituto”, Luchito Santander, que también partió adelantadamente, el “Popotito” Juan Hernández. Jorge Contreras, Juanito Giusti, Patricio Carteau, el Pingüino, Raúl Tiznado, Merardo y Toño Reyes, los hermanos que también nos llevan la delantera y muchos más y que dábamos vida a los encuentros musicales.
Después con Jano Jara, nos encontramos tras un micrófono, ya no solo como “cantantes”, sino como Locutores, hombres de radio, que buscábamos allí, la esencia de entregar lo mejor de nosotros a nuestros auditores, en Traiguén, en Victoria, en Angol, en Lautaro y aquí en Collipulli, donde anclé para siempre, creo.
El maldito cáncer lo llevó a la tumba, fue sepultado, prácticamente en silencio, pues la pandemia no nos dejó espacio para decirle, Jano que te vaya bien, Dios en su infinita bondad, te agregará a su staff de voces celestiales.
Fuiste un gran comunicador, con tu profunda y microfónica voz llegabas a todos los lugares de la provincia. Creador de programas que por años tuvo cientos de seguidores.
Creo, estimado Jano, que formamos parte de una época dorada para la radio y quién, por esos entonces, no recuerda lo que fue la radio para los mallequinos, con Américo Gigliucci, Luis Humberto Robles, el Negro Salinas, Guillermo Rodríguez, los hermanos Abasolo, Daniel Reyes y otros próceres de la radiodifusión.
Desde esta tribuna no te digo ni te decimos adiós, sino que hasta siempre, seguramente algún día nos volveremos a ver, allí donde seguiremos siendo parte de la radio que educa, entretiene y y aporta a la cultura.
Hasta pronto estimado amigo Jano.