Publicado por: DiarioTiempo21 | viernes 2 de febrero de 2024 | Publicado a las: 09:47
Por JORGE A. AGUIRRE HREPIC
La jactancia, es un felino que alguna vez se vuelve contra su amo o entrenador si es que vive en cautiverio o contra cualquier ser vivo que transite en el medio libre.
Para evitar las ambigüedades, necesariamente se debe considerar que el alarde, fanfarronería, engreimiento, vanidad, arrogancia, orgullo, petulancia y soberbia son enemigos naturales de la humildad, sencillez y modestia.
Todos estos elementos son características que distinguen a la persona humana en cualquier parte del mundo, más allá de ideologías, religiones y origen genético. Pudiéndose corregir a través del estudio, de la formación integral como ciudadano, de la experiencia y por supuesto del interés sano y objetivo de cualquier sujeto, con el mínimo de inteligencia emocional, al efecto.
En relación a entender la analogía con el felino, hay que reconocerlos como mamíferos sigilosos a la hora de cazar, consumidores exclusivos de carne y de preferencia de una presa viva, quienes con quirúrgica precisión usan sus garras y muerden certeramente donde corresponde.
Conforme a lo anterior, en el marco social, pululan diversos tipos de felinos, que, no siendo animales, si no humanos, escogen a sus presas más débiles, de la misma especie humana. Es decir, atacan a su propia especie.
Aunque desde siempre, ha habido casos aislados de ataques, surgiendo algún psicópata, pocas veces un psicótico y varias veces personas que cometen conductas desviadas, conforme se dan la oportunidades y ocasiones, que faciliten los medios para su ejecución.
En este sentido, el código penal chileno, para proteger a la vida humana, creó sin definición especifica, el delito de “homicidio”, asignándole penas conforme a las atenuantes y agravantes que se puedan verificar.
El tema principal, es que, a la fecha de esta edición, considerando como inicio el 1 de enero de 2024, en Chile se han cometido 107 homicidios, – si en un mes-, de los más diversos modus operandi, pero principalmente en muchos casos los homicidas han actuado como felinos en jauría, con absoluto desprecio por sus víctimas, cuales presas, son diezmadas y muchas veces ocultados sus cuerpos, engrosando las denuncias de presuntas desgracias.
Entonces, ¿quién debiera ser el domador o cazador de estas fieras?
La respuesta está clara, el domador debiera ser el control social formal, más los tribunales de justicia, fiscalía y autoridades llamadas a disponer la seguridad de los ciudadanos.
El cazador, por supuesto son las fuerzas de orden y seguridad (Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones de Chile), en tanto que el domador y cazador principal, es el presidente de la república por mandato constitucional. Así de simple.
Es aquí, donde comienza el conflicto entre la jactancia y el carácter felino de otra naturaleza, cuando pocos años atrás, el propio presidente Boric, primero como dirigente estudiantil y luego diputado, mediante alardes y arrogancia, atacaba ferozmente al orden establecido, al Estado, al gobierno, a la sociedad a las fuerzas armadas y de orden, incumplía las normas, cometía incivilidades y un sin número de etcéteras.
Apoyaba las acciones de la denominada primera línea, pasaba por debajo de torniquetes del metro, criticaba a la convocación del COSENA (Consejo de seguridad Nacional), alentaba las migraciones y otros múltiples etcéteras.
Lo expuesto, puede deberse a la inexperiencia y juventud, al idealismo, en fin, a múltiples justificaciones, y podía darse ese lujo, tenía una posición privilegiada y luego fuero, con licencia para desordenarse, total, estamos en Chile.
El punto cambia diametralmente, cuando el ciudadano Boric, postula a la presidencia y en su programa no aparece la palabra ni la gestión en materias de seguridad pública, para nada, total lo iba a cambiar todo.
La bandera de la jactancia, rápidamente de deshilachó por el viento de los acontecimientos políticos no previstos, especialmente cuando Chile, dijo Rechazo y luego En contra, a la aventura constitucional, que estaba negociada y planificada con antelación por grupos políticos. Por el bien de Chile a su entender.
Adicionalmente, como si fuera poco en dos años aumentaron los delitos de todo tipo, – aunque se interprete la estadística criminal de otra forma-, aumentó la victimización, se incrementó el fenómeno migratorio, se permearon más las fronteras, se han cometido demasiados delitos económicos (larga lista), irregularidades como nunca, licitaciones extrañas en materias de seguridad y equipamiento, llegando a tanto el drama, que se puede deducir que no es solo culpa del presidente Boric, y que hay problemas de arrastre de otros presidentes (cada uno tiene su historia), y por supuesto del “sistema” chilensis.
Lo que, si fue la guinda de esta torta, ocurrió con las pensiones de gracia, entregadas a diestra y siniestra, a solo informe del INDH (Instituto nacional de derechos humanos), sin considerar los hechos ni causas pendientes o antecedentes penales de los causantes de los beneficios y por sobre las pensiones de personas que trabajaron toda su vida honestamente.
Mas allá de lo reprochable que pudiera ser, lo que complica todo, es que, en ningún acto de irregularidad en la actualidad, se efectúan remediales, por el contrario, hay justificación para todo.
Estos acontecimientos, per se, invitan a la “inseguridad”, especialmente porque los felinos sociales observan y consideran una debilidad estructural, por lo tanto, ejecutan, mediante sus instintos, acciones delictivas, que exponencialmente crecen con aquellos advenedizos migrantes enviados a destruir a Chile y la sociedad como la conocemos.
A partir de los últimos homicidios, ataques, peleas entre comerciantes ambulantes, y otros actos, el nerviosismo político, saltó como un switch eléctrico y se les ocurrió que el problema es que no hay una ley de infraestructura critica, se deben separar las reglas del uso de la fuerza (RUF) para fuerzas armadas y policías, modificar la ley antiterrorista y crear un ministerio de seguridad pública, enviándose 31 leyes al congreso.
Seguidamente, proyectos van y vienen, aunque ahora el congreso nacional está de vacaciones y talvez al inicio de la legislatura 2024, a algunos se les ocurrirá un ministerio de seguridad del estado, muy eficaz cómo funciona en Corea del Norte.
Es aquí donde se confunde el despliegue militar con la infraestructura crítica y aumento de la delincuencia, no siendo para nada la solución. Cuan equivocados están.
Por eso, tragándose su propia jactancia, el presidente después de muchas críticas, decidió convocar al COSENA, contra todo pronóstico, siendo criticado incluso por algunos aliados, pero estos no entienden que otra cosa es con guitarra, y un gobernante debe asumir su responsabilidad extra partido por el bien común.
Seamos claros, el COSENA (Consejo de seguridad nacional), conforme a la modificación constitucional de 2005, es solo un órgano “asesor”, compuesto por 9 miembros, incluido y liderado por el presidente de la república, seguido por el presidente del senado, presidente de la cámara de diputados, presidente de la corte suprema, los tres comandantes en jefe de las FF.AA., el general director de Carabineros y el contralor general de república. Pudiéndose invitar a los ministros del interior y seguridad pública, de defensa, de relaciones exteriores, de economía y de hacienda, dependiendo de la naturaleza de la sesión.
Como sea, esta actividad “asesora”, genera alergia crónica en algunas fuerzas políticas, por el solo hecho de que la integren cuatro jefes de instituciones castrenses, y lo observan como deliberancia.
Es más, la directora del INDH, Consuelo Contreras, saltó del trampolín, arrojándose a una piscina sin agua, al señalar que estaba preocupada por esta reunión que pudiera haber restricción de derechos y de libertades para la población, como si este asesoramiento fuera a generar el mentado estado de sitio, que han pedido algunos alcaldes. Realmente, hay gente que no entiende nada.
Para alivianar la carga, hay que ver dos aspectos y considerarlos muy bien, el presidente Boric, está claro con el tema y no está jugando, solo cumpliendo un rol muy especial y veámoslo con altura de miras.
Primero, es un hecho cierto que la migración ilegal esta desatada y que lejos de quedarse en solo un problema puntual, una gran mayoría de los migrantes vinieron a delinquir a Chile, tienen suerte porque el ministerio publico les coopera bastante en algunos casos y algunos jueces también, más fundaciones, ONG, INDH, organismos pro jesuitas y organizaciones internacionales prestan la cobertura necesaria. Los antecedentes sobran.
Segundo, el presidente y sus asesores directos, en plena conciencia, entendieron que las soluciones operativas no han dado éxito, – están mal diseñadas-, que existe mucha presión y que es altamente conveniente citar a este organismo para demostrar que hay interés en escuchar diferentes y colegiados planteamientos, sin que ello lleve a una solución a corto plazo por lo menos, ya que los problemas de inseguridad y crimen organizado, están muy afiatado, no obstante que aún no se instala la delincuencia dura de verdad. Con esto demuestra y transfiere a otros, parte del problema, pero la decisión final es del presidente. Que se entienda bien.
Es muy fácil criticar, por eso desde estas páginas, recomiendo lo que sigue:
1.- Definan los escenarios por problemáticas y sean prudentes en la reasignación de fuerzas.
2.- El problema ahora no son las infraestructuras criticas como las tienen definidas, menos si no se proceden operativamente en consecuencia, solo es desprestigio de las fuerzas.
3.- Cincuenta puntos de control con 11 carabineros cada uno no soluciona el problema en algunas comunas en la región metropolitana, primero porque la jauría de felinos llegará con más de 11 fieras amaestradas, a atacar sin miedo.
4.- Creen un bloque de búsqueda de criminales dejados en libertad, fugados y sorprendidos de forma flagrante mediante una fuerza a cargo de un coronel de Carabineros operativo, con 6 escuadrones movilizados en radio patrullas, motos con dos tripulantes y un helicóptero de apoyo a lo menos que solo se dedique a intervenir en lugares donde viven o se esconden los delincuentes. Llevándoles a ellos la inseguridad a la que someten a la población en general. Hay que atacar sin temor al cáncer delictual.
5.- Autoricen la creación de la “Reserva Activa” de Carabineros, para que el personal cumplido en años de servicio no sea llamado a retiro y después recontratado o llamado al servicio, entrabando y perdiendo la gestión de recurso humano con experiencia, y de esta forma liberan a personal de labores administrativas y todos a la calle.
6.- Restablezcan la especialidad de “encargados de vehículos” (E.V.), donde se contraten conductores civiles con experiencia y buenos antecedentes, que mediante un curso corto (solo conducción, tiro policial y medidas de seguridad) se dediquen a conducir y de esta forma liberan a los de orden y seguridad de diferentes grados que están conduciendo los carros policiales, incluso conductores de jefes, con esto se suman más carabineros a la calle.
7.- No retiren a personal de zonas de estado de emergencia para enviarlos a otros lugares, ya que es una mala señal.
8.- Olvídense de las RUF, lo único que se traduce es en inhibir la función de seguridad, el código penal es claro, por lo menos en la situación que nos encontramos amerita, mayor accionar policial, después será muy tarde.
Es levemente suficiente, pero otras ideas se pueden dar por interno.
Para atacar la inseguridad y recuperar la seguridad adecuadamente, es necesario considerar lo que dijo Voltarie; “lo perfecto es enemigo de lo bueno”.
Llevamos mucho tiempo perdido en búsqueda de una excelencia que es de aula y teórica, la paciencia ciudadana se está perdiendo porque el temor los está consumiendo, solucionar este problema no es difícil, pero se visualiza que no hay voluntad para enfrentarlo adecuadamente.
JORGE A. AGUIRRE HREPIC
Profesor de Estado
Consultor en Inseguridad
CRIMINALISTA-CRIMINOLOGO