Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 13 de agosto de 2023 | Publicado a las: 11:40
El brutal y cobarde asesinato del candidato a la presidencia de Ecuador Fernando Villavicencio abrió no sólo el debate de cuánto está en riesgo la democracia, y más que eso, la seguridad a nivel internacional. En América Latina, pocas veces se ha visto esto durante este siglo. Sin ir más lejos, en los 80’ y 90’ estas situaciones ocurrían en Colombia, ejemplos sobran: el asesinato de Bernardo Jaramillo (1990) y Luis Carlos Galán (1987), candidatos a la presidencia del país. Chile también lo tuvo cuando el FPMR intentó matar sin éxito a Pinochet el 86’, pero en 1991 asesinó a Jaime Guzmán. México es otra triste referencia, de alcaldes y gobernadores asesinados; hoy es Ecuador, que, por cierto, bajo el gobierno del presidente Guillermo Lasso (derecha), se encuentra dicho país en un Estado de Excepción porque la seguridad está sobrepasada. En nuestra realidad, La Araucanía va a cumplir casi dos años con una medida que, pareciera no funcionar, ya que cada semana, hay un atentado, ya sea por ejemplo hacia un colegio rural, quema de camiones, una posta rural o una capilla y sin dar con responsables. La seguridad, insistimos, no sólo en nuestra región está sobrepasada, y más que eso, es intentar realizar y reformular políticas públicas de seguridad que entreguen un alivio a la ciudadanía, porque en pedir más fuerza y otros conceptos afines, sólo va a entregar una espiral de violencia sin retorno. Y América Latina en general, debe trabajarlo porque ya estamos entrando en esta espiral sin retorno.
Durante la tarde del miércoles el mundo se enteraba del asesinato cobarde de un candidato a la presidencia de Ecuador, Fernando Villavicencio, ultimado a tiros por un sujeto que fue detenido, pero, que murió en plena comisaría mientras estaba custodiado al norte de Quito.
A muchos les llamó la atención no sólo por el oscuro momento que vive el país quiteño, sino que, más allá de esta desgraciada situación, es que se encuentran en un Estado de Excepción porque la seguridad está en punto crítico. Bandas criminales tomándose puertos, haciéndolos campos de batalla, motines en las cárceles por estas mismas bandas que se enfrentan a muerte.
Fue el día jueves en ADN Deportes cuando el periodista de Medio Mundo Deportivo, Tarcisio Romero, comentó la situación en su país, “ya en ningún sitio está seguro, en ningún sitio uno ya no puede decir que aquí no pasa nada, o a un centro comercial no pasa nada, sí hay sectores que son más complicados, pero hoy lamentablemente, ya no hay seguridad en ningún sitio, uno no está a salvo en ningún sitio” donde también explicó que el atentado hacia Villavicencio ocurrió cercano al centro de Quito, que es sector concurrido y se “concentran diversas actividades”.
Lo que el periodista cuenta es una realidad que se ajusta no sólo en Ecuador, sino que también sobrepasa lo que ocurre en Colombia, Argentina, también Brasil y por supuesto Chile, pero todos estos países que mencionamos acá tienen diversos matices, componentes distintos de los cuales uno puede ir viendo en la agenda noticiosa, incluso algunos coinciden que son las bandas criminales y sus disputas de poder y territorio.
En estas páginas hemos comentado en innumerables ocasiones los pros y contras del llamado Estado de Excepción. Ecuador lo tiene a nivel país y el resultado está a la vista con lo ocurrido el miércoles. Chile también lo tiene y lo aplica en la Macrozona Sur, pero tiene, como decimos, un matiz, los militares no están en las grandes urbes de la región, porque del orden público se encarga Carabineros, como Temuco por dar un ejemplo, sino que se encuentran en zonas donde el conflicto sigue latente como zonas rurales de la región, además de las rutas con el fin de hacer controles carreteros, lo que ha permitido realizar diversas detenciones, pero la medida al fin y al cabo no ha permitido impedir ataques incendiarios y dar con los responsables. Sin ir más lejos la quema de una escuela, una posta, una ambulancia en un sector rural de la región no se ha podido dar con los sujetos responsables del ataque. Si bien es una herramienta que el Ejecutivo tiene para poner el orden en un sector conflictivo, lo que mostramos en esta editorial, y en muchas otras editoriales lo hemos explicado hasta el cansancio, en base a estos ejemplos, es que es una función de corto plazo.
La seguridad, insistimos, no sólo en nuestra región está sobrepasada, y más que eso, es intentar realizar y reformular políticas públicas de seguridad que entreguen un alivio a la ciudadanía, porque en pedir más fuerza y otros conceptos afines, sólo va a entregar una espiral de violencia sin retorno. Se vivió en los 80’ y 90’ con los conocidos asesinatos en Colombia de Luis Carlos Galán y Bernardo Jaramillo, candidatos presidenciales, hoy fue Villavicencio. El llamado de atención a las autoridades de los países de América Latina en general, es que se debe trabajar en lo que decimos, reformular y rediseñar políticas públicas de seguridad, porque ya estamos entrando en esta espiral sin retorno, porque después será tarde y salir será complejo.