El gol de Vicente Pizarro deja un buen sabor de boca para los albos, pero la llave está abierta y se cierra en el calor y humedad de Barranquilla.

Bravo, como todos los partidos de la Copa Libertadores, en especial de estas llaves muere-muere. Porque Colo Colo estaba tocado ya que en la previa Arturo Vidal se lesionó, y Almirón tuvo que poner un jugador que rompiera el cerco colombiano, Lucas Cepeda fue de arranque.

Con esto el Cacique salió a jugarle a Junior en el Monumental. Estreno de Isla como de Correa, jugadores parejos, movimientos rápidos, que era lo que necesitaba.

Pero Junior también tuvo lo suyo, y pese a lo poco que generó, es un equipo que por nombres, como Enamorado, que se perdió un gol solo ante el brillante achique de Cortés, o Carlos Bacca, por un error grosero de Falcón, también se perdió un gol solo y definió horrible, tiene argumentos, aunque aquí, insistimos, poco y nada.

Y el gol a los 76′ de Vicente Pizarro, le dio un aire a Colo Colo, pero los colombianos parecía que estaban un tanto conformes con el resultado. Incluso, pese a los cambios en ataque, no generaron tanto, porque la espera para ellos es el 20 de agosto, allá en su cancha, en Barranquilla.