Con el objetivo de analizar las políticas aplicadas en Chile para establecer un gobierno electrónico, como la Ley de Transformación Digital del Estado 21.180 y la Agenda Digital, además de la importancia del uso de internet, la digitalización y la implementación en el territorio, Valentina Aravena, estudiante de Administración Pública y practicante del Centro de Políticas Públicas UCT (CPP UCT), efectuó un estudio general que invita a abrir una discusión en esta materia.

Al respecto, Aravena manifestó que, en un Estado moderno centrado en las personas, el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) se utilizan como una herramienta al servicio de una mayor inclusión, de avanzar hacia desarrollo humano integral, crecimiento económico, transparencia y democracia.

“Además son una oportunidad de reducir traslados, optimizando tiempo y podrían ayudar a mejorar la participación, la igualdad de oportunidades, el acceso a la  innovación y la educación, entre otros beneficios en un contexto de era digital, explicó en su estudio la practicante del CPP UCT.

¿Qué ocurre en La Araucanía?

En La Araucanía, argumentó Valentina Aravena, las medidas para robustecer la digitalización y acortar la brecha digital no han podido implementarse plenamente por diversos factores, especialmente, esto se observa en detalle producto de la pandemia del Covid-19, donde a pesar de que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) están presentes existen quienes no tienen acceso y aunque lo tengan, desconocen cómo utilizarlas.

“Según la VI Encuesta sobre Acceso, Usos, Usuarios de Internet en Chile del 2015 aplicada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), Temuco presenta un 12,5% de personas que no saben utilizar computador o smartphone y en Padre las Casas un 4%. Asimismo, el número de personas que no saben o no les informan cómo utilizar Internet, en la misma ciudad alcanzó un total de 23,2% y en Padre las Casas un 7,6%”, detalló la estudiante de Administración Pública UCT.

Según la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile, La Araucanía ocupa el último lugar en las tasas de acceso a Internet fijo con un 33%. Por esta razón, se han desarrollado diversos programas desde el gobierno central y a nivel local, con el fin de disminuir los niveles de desigualdad digital, lo cual aún no se logra.

Marcada brecha

Adicionalmente, detalló Aravena, si se observa el nivel de educación superior, la encuesta Casen 2020, particularmente, en la pregunta sobre si estudiantes de entre 18 y 29 años participan de las clases virtuales o presenciales, el 60,2% respondió que no. Mientras que el 27% indicó que nunca ha asistido a clases, sean virtuales o presenciales. Lo anterior es un grave problema si la gran mayoría de instituciones educativas durante ese año tuvieron sus actividades académicas de manera virtual.

“Para disminuir el problema de la conectividad, el Gobierno se comprometió a proporcionar durante el 2021 una red óptima de Internet que esté al alcance de todas las localidades en la región y esto lo hizo a través de la firma del Acuerdo Nacional por la Conectividad Para Reducir la Brecha Digital lo que debería traer una mejora de la conectividad en zonas vulnerables”, puntualizó.

Sin embargo, al respecto Valentina Aravena afirmó que, a pesar de los programas gubernamentales, la pandemia reflejó un problema que hasta ahora era invisible, pero que sufren distintos territorios más allá de la crisis sanitaria, donde La Araucanía no se encuentra ajena.

“El foco se ha concentrado en disminuir la brecha digital en el área educacional, no obstante la desigualdad digital también se experimenta en diversos segmentos, como el ámbito laboral, en la realización de trámites gubernamentales en línea, pagos, entre otros. La falta de acceso a internet que tiene la zona, especialmente, quienes son habitantes rurales, es un obstáculo que las personas deben enfrentar día a día; por ejemplo, hay quienes deben salir de sus hogares para buscar señal de conectividad, incluso para poder llamar por teléfono”, lamentó la estudiante.

Finalmente, Aravena aseveró que el desafío está no sólo en enfrentar la brecha y la alfabetización digital, sino que también está en otorgar a los gobiernos subnacionales la capacidad de gestionar programas de integración digital para todas las edades, así como fomentar la reutilización de los equipos para contribuir a la sustentabilidad.