El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello presentó la Encuesta Nacional de Salud 2024, que se realiza anualmente desde 2010. Este estudio, en colaboración con la empresa de investigación IPSOS, se ha consolidado como una de las fuentes más completas y continuas sobre la evaluación de los sistemas de salud en Chile.

El propósito de esta encuesta es medir la percepción de los usuarios sobre el sistema de salud actual, así como su opinión respecto a diversas políticas sociales relacionadas. También analiza la experiencia de calidad en las atenciones recibidas y las expectativas sobre el acceso a servicios de salud en el futuro.

Este sondeo anual, que cumple su 15ª edición, evidenció una caída en el índice de percepción de calidad respecto al año anterior, pero manteniéndose por encima del promedio histórico.

Principales resultados

El estudio presenta un panorama mixto, destacando tanto avances como desafíos:

• Evaluación promedio del sistema de salud: Con una nota de 4,5 (en una escala de 1 a 7), esta es la cifra más alta alcanzada en la historia de la encuesta. Sin embargo, un 43% califica al sistema con notas entre 1 y 4, mientras que solo un 25% otorga notas 6 y 7.
• Índice de percepción de calidad: Este indicador, que mide cómo las personas perciben el sistema en términos generales, disminuyó dos puntos respecto a 2023, ubicándose en 28 puntos.
• Problemas de acceso: Un 74% considera “muy demoroso” acceder a cirugías, mientras que un 71% reporta lo mismo sobre hospitalizaciones.
• Evaluaciones positivas lideradas por mayores de 60 años: Este grupo registra entre 15 y 17 puntos más en el índice de experiencia de calidad que el resto de las edades.

Avances y retrocesos en el sistema de salud

La Encuesta Nacional de Salud 2023 había marcado un hito al registrar niveles de percepción comparables con los de 2011. Sin embargo, en 2024, la disminución del índice de percepción refleja un aumento en la insatisfacción, especialmente en aspectos relacionados con el acceso y la oportunidad en la atención.

“Los resultados muestran que a pesar del esfuerzo que ha hecho el país incrementando el presupuesto sectorial en un 86% en términos reales en los últimos 10 años ,  persisten barreras que ya son estructurales en el sector tales  como,  los tiempos de espera y la falta de equidad en la cobertura, a pesar de los avances en algunos indicadores clave como la experiencia de atención”, señaló Héctor Sánchez, director del ISP UNAB.

El índice de expectativa de calidad, que mide la percepción futura sobre el sistema, se mantuvo estable en 33 puntos, en línea con los últimos ocho años. No obstante, los encuestados expresaron descontento respecto a la protección financiera: un 82% considera que los planes de salud no protegen adecuadamente a la población.

Desafíos persistentes

La encuesta también revela que los mayores desafíos se concentran en el acceso a prestaciones médicas y en la percepción de que los costos asociados a la salud siguen en aumento. Un 62% de los participantes indicó que su gasto personal en salud incrementó en el último año, y un 70% cree que este gasto seguirá aumentando.

“Hay una sensación generalizada de que, por un lado, existe una gran insatisfacción debido a los prolongados tiempos de espera y, por otro, una clara conciencia de que los costos asociados a la salud siguen subiendo. Además, se prevé que estos serán aún mayores el próximo año, una tendencia que se ha repetido en los últimos años. Esto está relacionado principalmente con el gasto de bolsillo de las personas, explicado en gran medida por el gasto en medicamentos ambulatorios, uno de los grandes desafíos de nuestro sistema de salud”, concluyó Sánchez.