Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 30 de marzo de 2018 | Publicado a las: 13:47
Dirigentes de los sectores ribereños de Labranza se reunieron con la consejera regional Ana María Soto, para alertar sobre el grave riesgo que implica el mal estado del puente Pfeifer, el que a juicio de los pobladores, se encuentra en serio peligro de desplome debido a sus malas condiciones y a que dentro de algunos meses se convertirá en el único paso peatonal y vehicular para acceder al amplio sector ribereño de la localidad.
Representantes de las juntas de vecinos de los sectores Leonardo Da Vinci, Los Diamantes, El Rodeo, Los Sembradores y San Cristóbal, expresaron que en el área donde se ubica el puente, residen aproximadamente 10 mil familias y a eso se suma que se encuentran en marcha nuevos proyectos habitacionales, tanto del Estado como de empresas privadas, por lo que año a año aumenta la población del lugar, ubicado entre el estero Botrolhue y el río Cautín.
Los pobladores manifestaron que en los próximos meses será demolido el puente zanahoria, uno de los dos únicos viaductos por los que actualmente se accede al sector, debido a que la antigua estructura de madera será reconstruida con materiales más sólidos y con vía en ambos sentidos, lo que obligará a que durante largo tiempo, todo el tránsito peatonal y también de buses, camiones y automóviles se concentre exclusivamente por el puente Pfeifer, ubicado a unos 200 metros más al oriente, el que resultó severamente dañado con los temporales de 2017, oportunidad en que uno de sus pilares fue retirado, lo que aumentó su fragilidad y riesgo de colapso .
Tras efectuar un recorrido por el estero Botrolhue en compañía de los pobladores, la consejera Ana María Soto constató lo denunciado por los dirigentes, destacando que actualmente, el pequeño puente Pfeifer posee un letrero que indica que el peso máximo permitido es de solo dos toneladas, pero que bastan pocos minutos en el lugar para percatarse que esta prohibición no es respetada, observado personalmente el paso de camiones con leña y vehículos con cargas de alto tonelaje, cuyos conductores hacen caso omiso de la señalización.
Ana María Soto advirtió que los vecinos ribereños de Labranza mantienen una fundada preocupación para cuando comiencen las obras del nuevo puente Zanahoria, ya que son cientos las veces que buses y taxibuses repletos de pasajeros cruzan ambos puentes cada día, lo que evidentemente podría terminar en una tragedia en caso que se desplomara el puente Pfeifer, que es utilizado para cruzar el estero Botrolhue, el que aumenta su caudal durante el invierno.
LIMPIEZA DEL CAUCE
Asimismo, constató la denuncia vecinal de que a la fecha no se han realizado obras de contención para prevenir nuevos desbordes del Botrolhue, el que todos los años amenaza con inundar las villas ribereñas, a lo que se suma que varios tramos de su cauce se encuentran obstruidos por vegetación y basura de todo tipo, incluyendo colchones y artefactos de línea blanca que son desechados por inescrupulosos en el agua y las orillas.
La consejera regional recordó que en el invierno del año pasado, un vecino que residía a metros del puente Pfeifer falleció producto de una emergencia derivada de los desbordes del estero Botrolhue, por lo que formuló un urgente llamado al Gobierno Regional a disponer de recursos para la mantención del estero en forma preventiva y no esperar que se produzca una nueva emergencia para tomar medidas.
“Este puente tiene una clara necesidad de ser reforzado, vemos una gran cantidad de vehículos y peatones que lo cruzan y si esta circulación aumenta, tenemos un riesgo de derrumbe y a eso hay que sumar que por este puente pasan tubos del agua potable que alimentan a las viviendas, por lo que no solo tenemos un riesgo de un accidente por desplome del puente, como también de inundaciones a las casas, sino también de que un problema en el puente genere daños en el abastecimiento de agua potable”, explicó.
Finalmente Ana María Soto recalcó que los vecinos, pese a lo grave de la situación, hasta el momento se han abstenido de realizar manifestaciones que causen problemas al resto de la población, como interrumpir el tránsito de la ruta a Temuco o de practicar cualquier tipo de desorden público, por lo que a su parecer, esta actitud pacífica debiera ser mayor razón para que las autoridades tomen en cuenta sus demandas.
“El año pasado, hubo una víctima fatal a pasos del estero y como consejera regional, mi deber es presentar este requerimiento de más de 10 mil familias ribereñas para que el Gobierno Regional disponga recursos para el reforzamiento del puente y la limpieza del estero Botrolhue”, puntualizó.
“ATRAVIESOS”
Osvaldo Castillo, presidente de la Junta de Vecinos Leonardo Da Vinci, comentó que los únicos dos puentes que conectan el sector ribereño con el centro de Labranza y la carretera hacia Temuco y la costa, en estricto rigor no son puentes, sino que los calificó como simples “atraviesos” por lo precario de su construcción y su sentido unidireccional, que obliga a que los conductores se turnen para cruzar, ya que estos dos viaductos no permiten el paso simultáneo en ambos sentidos, tampoco poseen accesos pavimentados y solo están preparados para soportar el paso de vehículos menores, pese a que son varias las líneas de microbuses y los camiones que los utilizan a diario.