Publicado por: Claudio Nuñez | martes 12 de octubre de 2021 | Publicado a las: 11:28
Riesgo y dificultades.
Tales fueron las palabras que el ministro de Energía Juan Carlos Jobet reiteró insistentemente el miércoles último para referirse al escenario que viviría el país en caso de cerrarse todas las termoeléctricas a carbón al año 2025. El titular de la cartera expuso ante la Comisión de Minería y Energía del Senado, en el marco de la discusión del proyecto que por ley establece tal plazo, en contraste con el acuerdo entre el gobierno y las empresas que ha derivado en un cronograma voluntario que concluye en 2040.
“Si nosotros retiráramos (al 2025) el 100 % del carbón, primero estaríamos muy cerca del riesgo de falla, pero lo que tendríamos que hacer para abastecer la demanda es quemar mucho más gas natural y entraría toda esta capacidad de generación negra, que es el diésel” explicó en la ocasión la autoridad de gobierno. Agregando que esto “aumentará el riesgo de operación del sistema”.
Sustentó su afirmación en que “se elevará el riesgo de abastecimiento ante escenarios probables como años secos, fallas de líneas, fallas de centrales u otros fenómenos”. También, indicó, sería un problema si se presentan dificultades de suministro de gas -que sería la fuente principal- por la limitada capacidad de almacenamiento de los terminales de gas natural licuado y las eventuales incertezas de disposición del gas argentino.
Jobet argumentó a su vez que aumentará el riesgo de falla de centrales, muchas de las cuales no están preparadas para operación continua. “Tendriamos problemas logísticos muy en suministro de petróleo diésel y desde luego tendríamos mayor riesgo en la zona norte del sistema eléctrico, sobre todo en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, donde están concentradas la mayoría de esas centrales” puntualizó.
La visión crítica del gobierno contrasta con la de otros sectores, como la sociedad civil, desde donde se ha planteado que terminar con la generación eléctrica a carbón sería posible al año 2030 sin necesidad de recurrir al gas sino simplemente con energías renovables.