Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 6 de septiembre de 2018 | Publicado a las: 16:51
Con un Plan Nacional de Conservación y con una serie de investigaciones nacionales e internacionales dirigidas a determinar el origen del daño foliar que afecta a la araucaria (Araucaria araucana), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) avanza para frenar el incremento del deterioro de la especie, situación que quedó reflejada en el estudio desarrollado por el consultor Mauricio Reyes, académico de la Universidad de La Frontera, al establecerse -tras un muestreo- un aumento del 5% de los árboles con algún grado de daño, en su área natural de distribución entre las regiones del Biobío y Los Ríos.
Según el trabajo de monitoreo del Dr. Reyes, la población de araucarias aquejadas por la enfermedad creció desde 93,3% conforme a la prospección realizada en la temporada 2016-2017 a 98,3% en el período 2017-2018.
Estos resultados fueron dados a conocer hoy (jueves 6 de septiembre) durante el Seminario sobre “Daño Foliar de la Araucaria araucana”, organizado por CONAF en la Universidad de La Frontera, para analizar los estados de avance de las distintas investigaciones que se encuentran en curso.
Al encuentro técnico asistieron el intendente de la Región de La Araucanía, Luis Mayol; el director ejecutivo de CONAF, José Manuel Rebolledo; el vicedecano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad de La Frontera, Adison Altamirano; y el representante del werkén del Parlamento Autónomo Mapuche, Aquiles Conejeros Meliman; más científicos, académicos, investigadores y profesionales de los servicio públicos relacionados con la especie forestal.
De acuerdo a la máxima autoridad regional, Luis Mayol, “CONAF es una institución que tiene las capacidades para poder llegar a una solución y salvar a este árbol emblemático, patrimonio de la humanidad y patrimonio cultural para el pueblo mapuche. Como gobierno, tenemos fe. Vamos a lograr determinar las causas y buscar las soluciones”.
La araucaria, especie arbórea de gran simbolismo en Chile, prospera sobre una superficie 320.436,51 hectáreas y está declarada como Monumento Natural desde marzo de 1990, por Decreto N° 43 del Ministerio de Agricultura, mediante el cual se obliga al Estado chileno a protegerla y conservarla en su ambiente natural, a fin de evitar su extinción. Además, está clasificada como Vulnerable y se encuentra en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que prohíbe totalmente su comercialización.
A más de dos años de visualizarse un daño foliar en la Araucaria araucana, múltiples son los estudios que se están realizando. A la fecha, y de acuerdo a los avances de las diferentes investigaciones, se han despejado algunas posibilidades de origen de la enfermedad, centrándose principalmente en la incidencia de algún hongo surgido por el cambio climático. Cabe señalar que durante los últimos años esta especie ha debido soportar el estrés de un decreciente nivel de nieve a la que estaba acostumbrada y a una luminosidad mayor.
En este contexto, el director ejecutivo de CONAF, José Manuel Rebolledo, comentó que “hace dos años que se está realizando un trabajo interinstitucional desde el Ministerio de Agricultura, liderado por CONAF. Aquí ha habido un enorme esfuerzo público-privado destinado a resolver lo antes posible el agente causal del daño que está afectando a la araucaria. Estas investigaciones toman su tiempo en determinar específicamente al patógeno, porque hay que descartar diversas hipótesis. Después de ello viene el tratamiento, lo que también exige un tiempo para lograr tener a una población totalmente sana”.
A estos estudios científicos, en los cuales están involucrados la Universidad de la Frontera, Bioforest de la empresa Arauco y la UC Davis de California, EE. UU., se han sumado igualmente asesorías internacionales, como la del Dr. Lawrence Kirkendall, especialista noruego en insectos de la Universidad de Bergen; el Dr. Mike Wingfield, especialista sudafricano en Patología Forestal de la Universidad de Pretoria; más una misión de expertos del US Forest Service y el apoyo de la FAO, entre otros.
Paralelamente, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) se encuentra desarrollando el Plan Nacional de Conservación de la Araucaria, con la finalidad de establecer medidas para la protección de esta especie endémica de Chile. Así lo informó el director del organismo, José Manuel Rebolledo, quien agregó que “por primera vez en una iniciativa como ésta, estamos considerando no sólo el aspecto biológico de la especie, sino también el factor cultural, porque le otorgamos gran importancia a la experiencia de las comunidades mapuche-pehuenche por el fuerte arraigo e identificación con la araucaria. Por ello, se ha considerado la realización de un proceso participativo, convocando a actores relevantes del ámbito público, privado, universidades y centros de investigación, ONG y comunidades locales e indígenas, con especial preocupación de acercar este trabajo de elaboración del plan a los territorios, de manera de contar con una participación representativa de las diferentes situaciones de la especie en su hábitat natural. Ya hemos realizado dos encuentros y esperamos desarrollar otros dos talleres, para concluir el proceso durante el primer semestre del año 2019”.
Quien también entregó su visión sobre el problema sanitario de la emblemática especie forestal fue el representante del wekén del Parlamento Autónomo Mapuche, Aquiles Conejeros Melimán, cuyo pueblo vive en estrecha unión con la araucaria. “Nuestra parrticipación como pueblo mapuche-pehuenche es muy importante, dado que para nosotros la araucaria es un árbol sagrado. Es nuestra familia, nuestro abuelo, nuestra abuela, porque a través de ella tenemos la alimentación y hay un tema de conexión. Por lo tanto, que hoy las araucarias se estén dañando, nos preocupa mucho. Nos ponemos a disposición para colaborar en lo que sea necesario”, afirmó Conejeros.
Para abordar este trabajo de detección del patógeno se conformó una mesa técnica liderada por CONAF, con la participación de organismos público-privados: Universidad de Chile, U. de Concepción, U. de La Frontera, U. Mayor, U. Austral, UC Davis, SAG, INFOR, Bioforest y la cooperación internacional.