Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 18 de abril de 2021 | Publicado a las: 23:03
Por Claudia Hasbún Faila, Directora Nacional ANEF y CORE Región Metropolitana
El domingo se cumplieron cinco años de la muerte de Lissette Villa, en dependencias del CREAD Galvarino del Servicio Nacional de Menores (Sename ), en Estación Central. Ella vino a darle rostro a los problemas de un sistema de protección precario, que ha sido mirado de forma aislada durante años.
Aún cuando el Estado haya respondido transformando los CREAD en residencias familiares especializadas, el problema de fondo sigue sin abordar: la infancia no ha sido un eje central, ni se ha mirado de manera integral ni con visión de futuro. Hoy día, nos preocupamos de las políticas públicas que inciden directamente en el PIB, pero no del futuro, que nuestros niños representan.
Tuvo que morir Lissette, para que abriéramos los ojos y reconociéramos que algo estaba mal. Pero nos falta mucho más que especialización o residencias familiares. La mayoría de los funcionarios del Sename son tan víctimas del sistema como los niños, pues muchos de ellos están expuestos a situaciones que también los dejan en condición de vulnerabilidad, pero no miramos el problema de forma integral.
Necesitamos ir mucho más allá, preocupándonos de instalar un sistema educativo diferenciado que nos permita reconocer la legítima diversidad de los estudiantes, para retenerlos y evitar la deserción; mejorar las condiciones sociales con un enfoque sistémico que incluya salud mental, vivienda de calidad y espacios libres de violencia; instaurar sistemas de cuidado comunitarios remunerados y organizados; y establecer las condiciones para que los niños crezcan pensando que siempre será mejor estudiar y trabajar dignamente, que ser el soldado de un narco; y sobre todo, necesitamos tener la certeza de que el Estado garantizará las condiciones para acceder a educación de calidad y gratuita para todos y todas.
A cinco años de la muerte de Lissette, la reflexión es cómo acelerar el paso para sortear más rápido los innumerables retos que arrastramos desde hace tanto tiempo. Los niños nos necesitan hoy, mañana puede ser demasiado tarde.