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Pinto-Hagan: diferencias y  misterios de dos crímenes que estremecen a la región

Publicado por: DiarioTiempo21 | jueves 14 de abril de 2016 | Publicado a las: 22:43

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Habla el abogado defensor del padre de Erika Hagan

Gaspar Calderón, abogado de Chris Hagan, padre de la  asesinada sicóloga en el Colegio Bautista,  inició acciones civiles, aclarando que no está contratado para iniciar una investigación penal, pero que se le pidió ordenar todo respecto al juicio que absolvió al único imputado, Domingo Cofré.

 

Dice que puede asegurar que este fue un crimen que no fue preparado. “Quién llega a esa habitación, llega por otras razones, no para matar. Lo segundo, es que vemos una cantidad de ira y reacción emocional que es característica de cierto tipo de homicidas”.

 

“El caso Hagan tiene dos facetas: una, la forma como se desarrollo una investigación sistemática de errores que, en mi concepto, como suceden dejan de ser errores. En este caso, la teoría del error sobre el error nos están puestos en una sucesión sistemática en donde pareciera puntualizarse en qué lugares se cometieran iban a producir mayor distorsión en la investigación”, dijo el abogado Gaspar Calderón, quien representa al padre de la asesinada joven Erika Hagan, estudiante que murió al interior de su departamento en el complejo del recinto del colegio Bautista.

El abogado señala que de acuerdo a su experiencia, cuando estos errores son sistemáticos, dejan de ser errores “porque estos errores están sistemáticos para establecer una separación de deducciones y que en las investigaciones las deducciones son la base principal para investigar y donde se establecen las pruebas definitivas, no las iniciales sino las que terminan probando la participación de alguien”.

 

Agregó que en este caso abundan las pruebas, testimonios y las especies que van señalando cosas distintas, “absolutamente contradictorias y esto lo dice el fallo, que hay una especie de anulación entre las pruebas”.

Agrega que existe un ejemplo clásico, como es el famoso atizador, que tiene la huella de un presunto homicida en el mango, pero en la parte del cuerpo del artefacto no hay rastros o huellas de la víctima, de pelos, sangre, células, nada. Entonces es difícil de entender si es que esa fue el arma homicida”.

Al respecto, añade que tampoco el atizador fue el arma homicida porque “hay una serie de antecedentes que señalan que la muerte se produce por una especie de aplastamiento de un objeto contundente, que fueron detectadas pero que no fueron la causa del deceso”.

Acerca de la inocencia de quien fuera puesto por el Ministerio Público como el autor del homicidio, señala que “por lo general, no me refiero en la inocencia o no culpabilidad de nadie mientras no tenga las pruebas y aquí, pese a los múltiples indicios, hay un abanico muy importante. Particularmente, pienso que acerca de la participación del único inculpado, no puede definirse como una participación directa; hay una cercanía, que a mí me hace pensar que sabe, conoce o vio y que después no lo dijo”.

Para Calderón, una persona que es imputada de su participación en un delito de esta trascendencia y gravedad, no guarda silencio. Si mantiene su inocencia sobre la base de una declaración coherente,  limpia y explicable, el silencio muchas veces suena en contra de quien la mantiene. Eso es lo que creo que ocurrió en este caso. Agrega que el silencio en este caso con dos o tres palabras, no se explica.

 

Base de silencio

 

En relación a la fase dos de este caso, dice que en los hechos criminales, “es común que la policía pueda abrir ciertos espacios donde pueda encontrar las pruebas y dirigir las investigación o concentrarlas. Pero aquí el hecho se produce dentro de un establecimiento, del área de influencia,  de las personas que están vinculadas a una congregación que mantiene, sostiene o es la dueña de este colegio. Lo curioso es que si lo vemos con precisión, nadie en Temuco podría siquiera sugerir que este es un homicidio de un tercero absolutamente ajeno a este medio.

Esta variante le pone una tremenda complicación a lo que se llama la base de silencio, una plataforma donde toda una cantidad de relaciones –que pueden ser varias-  permiten desentenderse a desvincularse de este epicentro. “Aquí lo quiero decir con absoluta responsabilidad: se ha hablado de pastores, masonería, profesores, guardias, de recinto, pero todo está vinculado a ese espacio físico que ocupa el colegio donde la asesinaron”.

 

Por lo tanto, no se puede pensar en un origen exógeno, desde fuera. Es más: creo que aquí hay una base inicial un poco perniciosa porque si se hiciera una votación en Temuco para saber quien fue el homicida o quienes participaron en ocultar la identidad de estas personas, claramente sabríamos quien o quienes serían los elegidos. Todos tienen una idea global donde se podría encontrar a quien la mató o quienes intervinieron, pero esto no se puede decidir por votaciones.

Además, hay una cantidad de rumores infundados que circulan desde cosas locas a otras más coherentes, pero no puede ser la base para iniciar una investigación una investigación o reabrirla.

 

1992: Caso Pinto

 

Consultado acerca de  este asesinato si tiene un parangón en el caso Pinto, Gaspar Calderón señala que este homicidio es muy diferente, porque este es mucho más grave, porque tiene el crimen del constructor civil tiene rasgos de verosimilitud que eran muy certeros, no todo porque faltó descubrir o llegar al asesino.

En el caso Hagan tenemos algo totalmente diferente, vemos cuatro sobreseimientos que en el caso Pinto no ocurrió. En este último caso casi todas las pruebas eran unívocas; en el caso Hagan todas las pruebas son equívocas porque están ordenadas de tal manera que apunten en direcciones opuestas.

Profundiza que las investigaciones tienen que ir caminando sobre certezas y en el caso Hagan en la medida que avanzaba la investigación fueron menos las certezas.

El llamado Caso Pinto, remeció a Temuco y el país, cuando a las 16.30 horas del 25 de abril de 1992, fue encontrado sobre una cama de un motel que desapareció con la construcción del by pass de Padre Las Casas.

Se trataba del constructor civil y dirigente de la rama de básquetbol San José, Patricio Pinto Cáceres.

El hallazgo se produjo cuando uno de los encargados del motel llamó reiteradamente por teléfono a la habitación, sin obtener respuesta. Por ello, se dirigió a la habitación y como no se le respondió, ingresó a la cabaña, donde halló el cuerpo desnudo y cubierto de sangre del destacado profesional, habitual de círculos sociales muy conocidos en la ciudad y la región.

De acuerdo al sistema judicial de la época, el encargado de la investigación fue el juez del Primer Juzgado del Crimen, Daniel Mondaca, quien fue duramente criticado porque solo seis días después del hallazgo, se hizo presente en el sitio del suceso, perdiéndose valiosa información para esclarecer el crimen.

El peritaje de rigor fue realizado por el doctor Wolfgang Reuter, destacado especialista nacional, cuyos conocimientos de medicina legal era reconocido internacionalmente.

En su informe, Reuter señaló que «la causa precisa y necesaria de la muerte del occiso fue el shock y anemia aguda ocasionadas por las múltiples heridas y erosiones lineales que comprometieron tejidos y en parte los planos musculares del cuello; una herida cortopunzante torácica superior izquierda; herida y erosiones múltiples en la pared abdominal anterior y múltiples erosiones y algunas heridas cortantes en los cuatro miembros que debieron ocasionar un abundante sangramiento externo».

En uno de los párrafos de su pericia, expresa que «el conjunto de las lesiones corporales observadas pone de manifiesto una agresión de terceras personas, existiendo ligeras erosiones en las manos como signo de defensa.

No obstante la autopsia y el informe por el médico especialista, después de las pericias realizadas  en el Laboratorio de Criminalística de Investigaciones en Santiago, puntualiza que tanro la sangre y pelos encontrados en el lugar corresponden a Patricio Pinto, y que carecían de elementos probatorios para señalar la intervención de terceros. Luego se comenzó a hablar de suicidio. De eso se cumplirán 24 años.

 

Dudas al Tribunal

Acerca de la responsabilidad del Ministerio Público que responsable de dirigir la investigación, Calderón señala que “no puedo opinar acerca de la calidad de la investigación del Ministerio Público y de la policía tampoco. Sin embargo, dice que con todas las piezas que ya hay, los resultados debieron ser bastantes mejores de lo que se obtuvo. “En el fondo, cuando la policía y la fiscalía presentan el juicio ante el tribunal Oral en Lo Penal, la verdad es que no estaban poniendo ante el estrado una investigación resuelta, estaba poniendo solo dudas y le encarga al tribunal que las resuelva lo que me parece inconcebible. Creo que ese es un error reprochable, en el sentido que no hay una dirección decidida respecto a lo que se quiere proponer al juez. Tanto así que llegó un momento que en la mitad del juicio, la fiscalía decide retirar partes importantísimas de sus pruebas, un 30% o más y eso a mí me demuestra que no había un grado de interés en resolver las dudas que van planteadas dentro de la acusación.

Explica que antes del juicio, por iniciativa de la Fiscalía, cosa que jamás había visto en mi vida, dejar fuera de la investigación a varias personas, las que sean, porque eso significa cortarse las manos y cerciorarse de toda posibilidad de seguir investigando o descubrir definitivamente qué pasó, sobre todo de imputados que están muy cerca del hecho. Antes de acusar se deja fuera a varias personas, pero curiosamente antes del fallo de los jueces, los vuelven a entrar.

La sentencia dice que una de las dudas más importantes es por qué se lleva al acusado en circunstancias que hay otras personas que tenían mejores y mayores razones para ser investigados y lo dice con nombres y apellidos, que se abonan al desorden de la investigación que legó al juicio  no solo incompleta sino con un una propuesta que llevaba el germen dentro de las mismas pruebas que el culpable no solo podía ser el que era presentado sino también otros.

 

Mezcla ininteligible

En su análisis, Gaspar Calderón dice que no fue una investigación bien hecha, donde el atropellamiento y la falta de decisión en ciertas pistas que debieron seguirse significaron que todo se revolviera, en una mezcla casi ininteligible pero con muchos antecedentes. “Todo es contradicho, modificado, desviado y algunos desaparecidos como el reloj, en donde  uno no entiende cuál era el orden”.

Descartó solicitar ayuda a organismos policiales y de investigación criminal a otros países, aclarando que “no estoy contratado para hacer una investigación porque no soy investigador y tampoco soy una institución que tenga facultades para investigar y que sus primeras acciones son civiles. Pero se nos pidió sistematizar lo que había respecto a este juicio y eventualmente, poner en movimiento los mecanismos para revisar esta investigación, en lo que pudiese hacer y eso puede llevar mucho tiempo. De hecho mi primera función no es encontrar el o los culpables, mi primera función es obtener una indemnización del tremendo daño que sufre el padre de una chica que viene a Chile y muere en estas condiciones, en un crimen si resolver”.

Pero, agregó que en el área penal “ha recibido significativa información que nos ha llegado que habría que procesar pero eso significa contar con la colaboración de personas que ha sido muy difícil convencer que nos aporte de lo que tienen y que sirven para reordenar este cuadro. Tengo docenas de personas que podría aportar información, que sin saber lo que pasó, modifican, rectifican, aclaran o enderezan todos esos datos que quedaron desparramados en la investigación, que fueron las dudas que los jueces tuvieron en vista para absolver al único inculpado.

 

“Se está manipulando”

Señaló que su cliente, Chris Hagan, siente mucho dolor porque presiente que hay un círculo donde el caso “se está manipulando, siendo extranjero siente que es inconcebible que nadie preste la colaboración sincera, rápida, oportuna y concreta para llegar a un resultado”.

En este asunto, dijo que la experiencia de todo el proceso nos indica que la colaboración del Colegio Bautista va a ser nula o sencillamente se va a denegar “la mejor prueba de eso es que tenemos un querellante que representa al Colegio y que se hace presente en el juicio, ´presenta una querella y cuando llega el momento de acusar no acusa y abandona la acción, Para mí eso es una manifestación grave y contundente que no hay ninguna intención de conseguir la verdad y aclarar las cosas”.

 

Cierto tipo de homicidas

No tiene seguridad acerca del conocimiento que podría tener el o los asesinos del recinto del colegio escenario del crimen. “No lo puedo asegurar, es una posibilidad muy alta y latente en el juicio. Lo que sí se puede asegurar que este fue un crimen que no fue preparado. Quién llega a esa habitación, llega por otras razones, no para matar. Lo segundo, es que vemos una cantidad de ira y reacción emocional que es característica de cierto tipo de homicidios, incluso de cierto tipo de homicidas. Esto lo podemos casi afirmar porque todos los antecedentes de la causa señalan que la chica fue atacada en un lugar, seguida a otro espacio, llevada al dormitorio, devuelta al comedor y después lanzada a la tina, por lo tanto, esto tiene que haber durado varios minutos, no pocos, es el desarrollo de una pasión, ira, enojo, celos, múltiples”.

Sin embargo, dice que tampoco ha sido posible encontrar el móvil y eso es determinante. Cuando no se tiene el móvil, todas las investigaciones se expanden a distintitas direcciones. Cuando lo hay, se pueden aglutinar las pruebas en torno a esa idea.

 

Una aberración policial

Descartó que la pérdida del reloj de la víctima sea un elemento distractor para sugerir el robo como móvil del asesinato. “La pérdida del reloj la señalamos como una de las complicaciones más graves de la investigación, porque el reloj pudo haber entregado pistas claras respecto al atacante porque situada en el brazo, la defensa de la víctima o el ataque del agresor pudo haber dejados huellas importantísimas. Hay una alta probabilidad que el reloj contenga una cantidad importante de ADN, huellas o fracturas en el material para entender o la hora incluso de la muerte, o la hora de haber sido sumergida en la tina”.

Respecto al extravío de este elemento personal de Erika hagan, señala que no solo es lamentable desde el punto de vista forense sino que es una aberración de la acción policial, “a lo que tengo que añadir que después, cuando se investiga, en el sumario, alguien dice que se lo entregó a otro, este lo enjtregó a un tercero, que lo vio pero que no estaba, toda una explicación pero que en el sumario no se logró determinar pero que njo importaba, porque es una cosa frecuente que se pierdan las especies. Eso es otra aberración. Pero el reloj estaba, fue fijado fotográficamente. Pero aquí no hay piezas claves, hay sobreabundancia de piezas que están muy mal organizadas”.

 

 

 

 

 

 

 

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