Imagina atravesar una etapa de tu vida donde el cuerpo y la mente parecen entrar en una montaña rusa, y nadie te advirtió que llegaría. Esta es la realidad de la perimenopausia, un periodo que afecta a millones de mujeres en el mundo, pero que sigue envuelto en desconocimiento y silencio.

A sus 40 años, muchas mujeres enfrentan síntomas inesperados como sofocos, insomnio, ansiedad o cambios de humor extremos. Tal fue el caso de una mujer, quien experimentó un colapso emocional en una tienda, achacándolo al estrés, sin imaginar que la causa eran cambios hormonales. Como ella, la mayoría de las mujeres no reconocen los signos de esta transición porque, aunque la menopausia es un tema más conocido, su antesala sigue siendo un misterio.

¿Qué es la perimenopausia?

Este periodo, que puede extenderse hasta por ocho años, es una fase en la que los niveles de estrógenos y progesterona fluctúan, afectando cuerpo y mente. Aunque no es una enfermedad, los síntomas pueden ser debilitantes, y su diagnóstico sigue siendo complejo debido a la falta de herramientas médicas específicas.

Síntomas que impactan profundamente

• Físicos: Sofocos, sudores nocturnos, aumento de peso, insomnio y cansancio constante.
• Emocionales: Irritabilidad, cambios drásticos de humor, depresión o ansiedad.
• Reproductivos: Irregularidades menstruales o síntomas enmascarados por el uso de anticonceptivos.

La ignorancia como enemigo silencioso

La perimenopausia ha sido históricamente ignorada, no solo por la sociedad, sino incluso por los profesionales médicos. Muchas mujeres enfrentan esta etapa sin diagnóstico, perpetuando la idea de que deben «aguantar» sus síntomas en silencio.

Un rayo de esperanza

Hoy, el tratamiento de la perimenopausia incluye terapias hormonales, anticonceptivos de baja dosis y apoyo psicológico. Además, las generaciones más jóvenes están abriendo conversaciones sobre salud femenina, derribando tabúes y promoviendo un futuro donde las mujeres puedan navegar esta etapa con más información y apoyo.

La perimenopausia ya no tiene por qué ser una etapa silenciosa. Hablar de ella y buscar ayuda profesional es el primer paso para recuperar el control y transformar la experiencia. ¿Estás lista para entender mejor tu cuerpo y abrazar esta transición?