Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 9 de abril de 2023 | Publicado a las: 11:18
Escribe: Daniela Quintana, Secretaria Académica Facultad de Arquitectura UA
Mas allá de algunas causas como el explosivo crecimiento del parque automotriz, el regreso a clases, evitar el COVID, o los infaltables “trabajos en la vía”, las filas interminables en las horas peak declaran que la capital regional no aprobó marzo.
Como un reloj de Dalí rumbo a cualquier parte, encerrados en cubículos metálicos o en los buses saturados, vemos como el precioso tiempo se va diluyendo lentamente, retrasando la ciudad y su necesaria productividad. Basta con mirar el Waze en busca de una ruta más rápida, para ver que todas las “arterias” de la ciudad están saturadas, a un ritmo de verdadero paro cardiaco con los temidos tacos.
Si todos los caminos llegan a Roma… ¿Cómo salimos de Roma? La solución no se trata de seguir abriendo caminos que pronto estarán reventados, si no en pensar soluciones que puedan ser abordadas a corto, mediano y largo plazo.
¿Es muy difícil lograr acuerdos que permitan implementar sistemas de locomoción colectiva más efectivas y con recorridos que conecten de mejor forma los distintos sectores de la ciudad?
Esto puede llevar a disminuir otros costos colaterales que complican a miles de usuarios, como los transbordos de dos o más conexiones que deben realizar para llegar a su destino, ayudando a disminuir la contaminación ambiental y acústica que generan los vehículos en la ciudad.
Hoy como en muchas urbes de Chile y el mundo, debemos avanzar hacia un transporte más amigable con el medio ambiente, con buses eléctricos que bajan la emisión de gases y la contaminación que nos mata lentamente. Además, se debe considerar un sistema subsidiado de transporte que invite a las personas a usarlo y dejar el auto en casa.
En Europa y algunos países vecinos la gente se informa por el celular la hora de llegada de los buses a los distintos paraderos, los cuales son respetados por los usuarios con un tiempo de detención fijos, evitando que los autos particulares generen atochamientos en lugares no permitidos.
La gestión de la Unidad Operativa de Control de Tránsito de Temuco puede y debe mejorar la conectividad de distintas arterias de la ciudad con la implementación de cruces en distintos niveles, evitando tacos en esquinas que llegan a las vías principales, con semáforos de última generación que permitan mayor coordinación y que de verdad, permitan avanzar sin atochamientos con más seguridad y rapidez en las horas punta.
Una correcta y oportuna mantención de las vías públicas puede ahorrar millones en proyectos que una y otra vez contemplamos en los mismos puntos de la ciudad, tapar baches ya no es una alternativa definitiva.
Si bien en invierno tienen ciertas limitantes las ciclovías llegaron para quedarse, hace dos años Temuco contaba con más de 54 km que conectaban la ciudad, y sigue expandiéndose como una forma de transporte de bajo costo, segura, y asequible que debería llegar a más puntos neurálgicos.
Todo esto es importante considerarlo en una planificación vial urbana efectiva pensada por y para las personas, con las miradas tanto del sector público, privado, la academia y la participación ciudadana, que nos permita en conjunto tener una mirada amplia de las necesidades de los usuarios, considerando como meta llegar al año 2050 con una ciudad amigable, inclusiva y conectada.