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Opinión: «UC Temuco piensa su futuro y el de La Araucanía»

Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 25 de junio de 2020 | Publicado a las: 20:35

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Por Aliro Bórquez, Rector UCT

Durante el presente año, la Universidad Católica de Temuco cierra su Plan de Desarrollo estratégico Institucional (PDI 2010-2020) con un balance muy positivo en la implementación de los 6 objetivos estratégicos que definió hace una década atrás, los cuales orientaron su trabajo institucional para alcanzar los resultados que puede exhibir hoy. En este periodo ha fortalecido su identidad y misión como Universidad Católica; profundizó fuertemente su interlocución con La Araucanía, manteniendo una vinculación bidireccional que también ha enriquecido su quehacer; aumentó significativamente su oferta de programas académicos a nivel técnico, pregrado y posgrado con un modelo educativo que profundiza el foco en el estudiante, alcanzando hoy una población que supera los 11.000 estudiantes; modernizó y creció en infraestructura física, con una gestión financiera sólida. Todo los anterior ha sido ratificado por el último proceso de acreditación institucional, obteniendo una certificación de cinco años en las áreas de docencia, gestión, vinculación e investigación.

Hoy, nuevamente su comunidad se dispone a pensar y reflexionar en el futuro de la universidad para el periodo 2020-2030. Sin duda el contexto que vivimos hoy, es muy distinto a lo que ocurría hace 10 años atrás, lo que afecta las opciones de desarrollo de una universidad, pues ésta nunca se piensa a sí misma desarraigada de la realidad, sino que en función de lo que le demanda el país, su territorio en particular y los signos de los tiempos.

Dos hechos muy importantes atraviesan el Chile de hoy: el primero, el reciente estallido social de octubre del 2019, en que quedaron en evidencias las fallas estructurales de inequidad que vive nuestro país y, en segundo lugar, la pandemia mundial del Covid 19, que nuevamente acentúa nuestra precariedad, a pesar de las cifras macroeconómicas sostenidas durante los últimos 20 años. En este contexto tan complejo, tanto a nivel nacional como global, deberemos pensar en un Plan de Desarrollo Institucional que sintonice muy estrechamente con esta realidad, más aún con las condiciones  que se proyectan para nuestra región, en que la inequidad puede ser tres a cuatro veces superior a la nacional, perpetuando rezagos históricos.

Es justamente en este contexto tan difícil, en que las universidades deben constituirse en el faro que oriente la navegación en estos tiempos tormentosos. El acervo intelectual y cultural de su comunidad debe expresarse al máximo, pero también debe ser fermento para propiciar diálogos y encuentros entre los distintos actores de la sociedad regional para buscar soluciones conjuntas que promuevan y proyecten el bien común.

Igualmente, no puede quedar fuera del análisis, el hecho que vivimos en un mundo interconectado, compartido y sin fronteras para el conocimiento; que existen muchas y nuevas tecnologías que nos permiten aprender durante toda la vida y desde cualquier lugar. Estamos viviendo la era digital, la de simulaciones y del internet de las cosas. Si la crisis es una constante, también debe ser una constante la innovación, la creatividad y la adaptación. Ante este cambio disruptivo de nuestro entorno, tenemos que seguir los términos que la propia naturaleza nos impone, las especies que no se adaptan, no logran evolucionar.

Por lo tanto, hoy nuestra reflexión para un nuevo proyecto estratégico, no es sólo pensar en la Universidad que anhelamos, sino que en la Universidad que se merece La Araucanía para responder a los grandes desafíos que se ciernen hoy en nuestro territorio. Nuestra vocación pública nos exige estar a la altura de los desafíos de nuestro destino común y solidario como sociedad regional.

La Universidad Católica de Temuco será una gran Universidad si todos comprendemos y adherimos a los principios que nos guían y al propósito que nos impulsa, es decir, nuestra identidad y misión. A partir de esa esencia y los logros del pasado debemos mirar nuestro futuro de cara al 2030.

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