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Opinión: ¿Quién paga la cuenta?

Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 1 de noviembre de 2019 | Publicado a las: 08:32

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“El daño a las expectativas que genera la incertidumbre tanto para consumidores y empresas es negativo porque frena la actividad económica, la inversión y finalmente el empleo. La Araucanía registra hasta ahora un débil año en materia económica y de creación de empleos, esta contingencia anticipa un escenario más negativo de lo esperado”.

 

 

Patricio Ramírez R., coordinador Observatorio Económico y Social Universidad de La Frontera.

 

Más allá de las legítimas demandas de la ciudadanía en la contingencia social, es un hecho que el saldo negativo tiene a su haber cientos de locales comerciales que han sido afectados por saqueos, daños estructurales o incendios producto de los actos vandálicos de los últimos días, principalmente supermercados, farmacias, multitiendas, centros comerciales, minimarkets, locales de barrio y almacenes, entre otros.  Los costos serían de cientos de millones de dólares según cálculos preliminares.

La paralización y el funcionamiento parcial de gran parte del comercio y actividad productiva, sin duda tiene y tendrá efectos significativos en la actividad económica nacional y regional de corto y mediano plazo, y sus efectos se extienden a gran parte de los sectores económicos.

La rama del Comercio (mayorista y minorista) es uno de los grandes afectados, locales destruidos y saqueados, así como las menores ventas en estos días donde han debido abrir a jornadas parciales y con menor flujo de personas comprando afectará significativamente la situación financiera de estas empresas, especialmente las micro y pequeñas que dependen de las ventas diarias para mantener liquidez y poder hacer frente a sus compromisos de pagos como proveedores y sueldos (en La Araucanía más del 99% de las empresas son mipymes).

Las grandes empresas tienen más respaldo financiero para situaciones de emergencia, las mipymes no, ellas serán las grandes afectadas.  El comercio en la región ya venía a la baja y esto es una muy mala noticia para el sector, en especial para los pequeños comerciantes. Esto, en algunos casos aumentará la probabilidad de despidos de personal por el escenario de menores ventas y de incertidumbre.

En los sectores de comercio y servicios existe mucho empleo independiente (cuenta propia), personas que si no trabajan no tienen ingresos, ellos se han visto fuertemente perjudicados estos días de escasa actividad.  La rama de servicios de alimentación y restaurantes ha sufrido también de manera importante estos días en sus ventas, ya que ha debido cerrar temprano y la menor afluencia de público en el día producto de menor actividad laboral y escolar.

El turismo se está viendo muy afectado por menor actividad en los establecimientos de alojamiento, muchos pasajeros ya cancelaron sus reservas (caídas de más del 80% según Cámara de Turismo de Pucón) y mientras siga la incertidumbre la situación no cambiará para el sector. El transporte disminuye su actividad también por importante baja de usuarios cuyos establecimientos laborales y educativos han suspendido actividades.

El sector financiero regional ha funcionado de manera parcial con sucursales cerradas que disminuirán las operaciones financieras de colocaciones y captaciones, afectando al consumo e inversión.

Hay efectos de corto plazo sobre la economía regional que repercutirán en menores ingresos, menores márgenes, un menor crecimiento, y como parte importante del empleo está relacionado a la actividad económica, el empleo cíclico también se verá afectado y en las siguientes mediciones de empleo debiéramos ver caídas de ocupados, las que pudieran aumentar en el mediano plazo si continua el escenario de incertidumbre y estrechez financiera de las mipymes.

Pero también hay efectos indirectos de mediano plazo, que tienen que ver con las expectativas y las decisiones de inversión. Esta situación volverá más cautelosos a empresas y consumidores, que seguramente restringirán su presupuesto como medida preventiva a lo que pueda suceder, es una reacción natural ante la incertidumbre, y eso significa postergar inversiones, contrataciones por parte de las empresas y disminuir consumo por parte de las personas, ambas cosas frenan la economía y terminan perjudicando al final del día al empleo.

El Banco Central en su última reunión de política monetaria, acordó reducir la tasa de interés en 25 puntos base para dejarla finalmente en un 1,75% aumentando el estímulo monetario en un intento por seguir empujando a la desacelerada economía chilena. En su comunicado, el instituto emisor señala “los complejos eventos que han ocurrido en nuestro país durante los últimos días tendrán efectos en la evolución de la economía. En el corto plazo, la actividad se verá afectada por la paralización parcial del país y el daño a la infraestructura. Hacia el mediano plazo será importante la magnitud y velocidad de la reconstrucción, el impacto sobre las expectativas y los efectos de las medidas anunciadas por el gobierno”.

Uno de los importantes clasificadores internacionales de riesgo, el banco JP Morgan castigó recientemente a Chile recomendando a los inversionistas vender las acciones nacionales ante las protestas. La inestabilidad sociopolítica es un factor de riesgo para la inversión.

El daño a las expectativas que genera la incertidumbre tanto para consumidores y empresas es negativo porque frena la actividad económica, la inversión y finalmente el empleo. La Araucanía registra hasta ahora un débil año en materia económica y de creación de empleos, esta contingencia anticipa un escenario más negativo de lo esperado.

 

 

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