Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 1 de septiembre de 2016 | Publicado a las: 19:30
Por Humberto Salas, docente de la Facultad de Administración y Negocios
Universidad Autónoma de Chile
Somos cuartos en el ranking nacional de crecimiento de acuerdo a la última medición. Sin duda, es positivo para nuestra región. Sin embargo, debemos analizar los aspectos relevantes que estructuran la tendencia de este indicador.
Hace varios años somos una región de servicios. Salud y educación son pilares en la generación de empleo y crecimiento. Por su parte, el comercio minorista, la actividad hotelera y restaurantes se han dinamizado principalmente por la mayor demanda extranjera de nuestros vecinos argentinos. No así el comercio mayorista, que se ha visto mermado por la menor demanda y actividad interna.
Preocupa la desaceleración del sector construcción y obras de ingeniería, donde la inversión privada se ha estancado y hoy se suma la menor cantidad de proyectos financiados con fondos públicos, impactando negativamente a uno de los motores del empleo regional. Si bien, la construcción habitacional se mantiene activa, ésta se podría afligir por condiciones más restrictivas en el mercado del crédito y el impacto en los precios de la mayor carga impositiva. La agricultura se posiciona este año como la gran generadora de empleo y crecimiento, aun cuando, la menor actividad silvícola y el sector pecuario han bajado el ritmo de su actividad.
Raya para la suma, los impactos positivos predominan por sobre los negativos, esto ha creado encadenamientos productivos y estabilidad para el sector financiero, servicios básicos conexos, transporte y comunicaciones. Sin embargo, nuestra región carece de una matriz productiva diversificada que blinde nuestra actividad económica de la coyuntura en el largo plazo. Es así, como impulsar por medio de iniciativas público-privadas un mayor uso de la tecnología en la industria manufacturera que permita generar producción con mayor valor agregado, mayor orientación al servicio en el turismo y comercio, mecanización agrícola y tecnificación de nuestra fuerza de trabajo, nos permitirá mantener este ritmo de crecimiento y, por qué no, mejorar nuestro posicionamiento.