Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 17 de noviembre de 2019 | Publicado a las: 10:40
“Claramente este modelo de concentración, no solo de poder económico que lo podemos ver en un puñado de familias de nuestro país, sino también del poder político, expresado en una política centralista que asfixia a la ciudadanía de regiones y de comunas, es parte de la discusión que debemos trabajar, y desde ahí construir una estado unitario, pero descentralizado que no solo se despliegue desde el gobierno central hacia las regiones, si no que las regiones y los territorios tengas injerencias importantes en su propio desarrollo”.
Marcelo Carrasco Carrasco, Consejero Regional de La Araucanía
Las erupciones volcánicas son consecuencia del aumento de la temperatura en el magma que se encuentra en el interior del manto terrestre. Esto ocasiona una erupción volcánica en la que se expulsa lava hirviendo, esto puede generar derretimiento de hielos y glaciares, los derrumbes, los aluviones, etc.
Si lo llenamos a lo que sucede en nuestro país esto es un símil de la sociedad chilena, era un volcán dormido por muchos años, que fue acumulando de desigualdad, temperatura de abusos y varias pizcas de desesperanzas. Para nadie es un misterio que hemos logrado temas importantes como sociedad chilena, pero estamos al debe en cosas importantes como son la salud, educación y sistema de pensiones, hasta ahí nada nuevo. Pero hoy estamos nuevamente en una disyuntiva importante de país, si es ratificar el modelo existente o proponer algo distinto. En un modelo presidencialista que la mayoría de las decisiones de nuestro País, pasan por el nivel central sin mucha incidencia de los gobiernos regionales y para que decir de los gobiernos locales, que en este ultimo tiempo administran las decisiones del gobierno central.
Las personas tienen problemas cotidianos que muchas veces no pueden ser resuelto por sus gobiernos locales (municipios), no porque no tengas los recursos, si no por qué el estado central no le entrega las competencias. Para muchas de las comunas de nuestro país, el estado son las municipalidades las que se encargan de la salud, educación y servicios. Que más desea un alcalde de mejorar la vida de las personas con temas cotidianos como este, pero la ley se lo impide. Este y muchos otros temas en general son los que alimentan el volcán de la desigualdad, el estallido social no es más que la representación de que Chile, en su concepción debe pensar en hacer las cosas distintas en educación, salud, seguridad social y tantos otros temas que son relevantes para nuestra sociedad.
El desafío de hoy, de toda la clase política es escuchar y actuar en consecuencia, esta consecuencia esta en generar una rápida hoja de ruta con los ciudadanos, el ejecutivo de apoyar más bien fortalecer la iniciativa de consulta de los municipios ha acordado, dando un aspecto de llamar en no más de 120 días, a un plebiscito donde se le pregunte a los chilenos y chilenas, si desean un cambio de constitución, y si esta se tiene que desarrollar bajo qué mecanismos. Hace 30 años atrás se volvió a la democracia con un lápiz y un papel y hoy podremos reconstruir nuestra sociedad de la misma forma, escuchando y participando con la ciudadanía, no me cabe duda que la gran mayoría de los parlamentarios estarán presente en dar viabilidad política a este tipo de iniciativas, que parten de lo local a lo nacional, esto es construir un país desde abajo y con las personas.
Claramente este modelo de concentración, no solo de poder económico que lo podemos ver en un puñado de familias de nuestro país, sino también del poder político, expresado en una política centralista que asfixia a la ciudadanía de regiones y de comunas, es parte de la discusión que debemos trabajar, y desde ahí construir una estado unitario, pero descentralizado que no solo se despliegue desde el gobierno central hacia las regiones, si no que las regiones y los territorios tengas injerencias importantes en su propio desarrollo.
Los cambios estructurales que la ciudadanía propone, claramente son de fondos son sustanciales para impactar positivamente en la ciudadanía, pero estos no se darán si se mantiene la misma de estructura de gobierno central, el desafío de descentralizar el país, no solo en lo económico, sino también en la gestión del mismo, es imposible que se pueda gestionar estas demandas sociales desde el nivel central, las regiones y los gobiernos locales, deben tener flexibilidad de instalar políticas públicas, con pertinencia territorial y porque no decirlo actores activos en el desarrollo de su propio bienestar.
Hoy podrían existir colusiones éticas, tal como se coludieran las grandes farmacias para bajar los precios de los medicamentos, que son los más caros de América latina, no solo basta con subsidiar este precio, el tema está en el margen de utilidad que tienen estos fármacos, que muchas veces supera hasta en 6 a 10 veces su valor de producción.
Si no queremos que este volcán llamado Chile, tenga erupciones permanentes, debemos asegurarnos que la temperatura social baje, con medidas que realmente se han de largo plazo y desde una mirada de los territorios, desde las personas, de abajo hacia arriba. Va a costar, pero a eso estamos llamado todos, a cambiar el paradigma de nuestra relación con la ciudadanía. La unidad de los chilenos se hace imprescindible, las crisis se superan con diálogo, respecto, tolerancia, con propuestas y soluciones. La democracia implica también valores, actitudes y conductas democráticas de todos, no hacerlo no es una conducta democrática. Por un Chile unitario pero descentralizado.