El domingo amaneció frío. El centro de Caracas fue cercado con barreras de seguridad alrededor del Palacio de Miraflores para que el presidente Nicolás Maduro hiciera su demostración de fuerza con un baño de multitud en la calle, mientras la Asamblea Nacional le aprobaba los poderes especiales con la denominada “Ley Habilitante Antiimperialista”.
La ley de los poderes especiales, formada por cuatro artículos, fue aprobada por la mayoría oficialista en el Parlamento, y rechazada por la minoría de la oposición, para que Maduro legisle por decreto durante más de 9 meses, hasta el 31 de diciembre de este año, para “enfrentar a los EE.UU.” tras las sanciones decretadas por Barack Obama contra siete funcionarios venezolanos.
El contenido de la Ley Habilitante contempla: la garantía de la soberanía, la protección del pueblo y el Estado frente a actuaciones de naciones extranjeras dirigidas a afectar el sistema económico, comercial, la defensa de la Constitución y el fortalecimiento de alianzas estratégicas de Venezuela con países de América Latina y el Caribe; además da potestad para dictar normas a fin de fortalecer el sistema de responsabilidades civiles, administrativas y penales.
Decenas de miles de autobuses se alinearon en la avenida Urdaneta para acarrear unos 80.000 soldados y 20.000 civiles para los ejercicios militares y de paso apoyar al mandatario, según dijo el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López al condenar al gobierno de EEUU mientras defendía que los rusos participarán en las maniobras conjuntas defensivas que se prolongarán por 10 días más en diferentes zonas del país.
“Le vamos a dar duro a los gringos, no van a poder con nosotros”, comentaron a Clarín varios de los activistas chavistas, como si se prepararan para enfrentar la hipotética amenaza de intervención militar de los EEUU, según ha advertido el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Y es que el escenario bélico con la presencia de los técnicos militares rusos entre la sede del Legislativo y el Ejecutivo parecía reproducir la atmósfera de la Guerra Fría o la crisis de los misiles rusos en La Habana de los años 60.
Esta es la segunda vez que Maduro gobierna con poderes especiales en casi dos años que lleva en la Presidencia. En la primera habilitación aprobó 56 leyes-decretos, casi una semana antes de su vencimiento.
En su pronunciamiento, la opositora Mesa de la Unidad Democrática, MUD, recalcó que Venezuela no representa ninguna amenaza para ningún país.
“Son las políticas del actual gobierno venezolano las que amenazan y coartan el derecho de nuestros ciudadanos a vivir y progresa en paz”, dijeron.
Hay que “distinguir entre sanciones a un país y sanciones a unas personas”, pidió la MUD y calificó de “inmoral” esconderse “detrás de la bandera para proteger una cuenta bancaria con fondos de la corrupción” o para “pretender impunidad a violaciones de derechos humanos”.
Los opositores temen que con los superpoderes Maduro aumente la represión contra las protestas. El diputado Hiram Gaviria sostuvo que “no hace falta que se otorgue una Ley Habilitante al Poder Ejecutivo para defender la soberanía nacional, como tampoco para combatir los flagelos de la escasez, la inseguridad, el alto costo de la vida y el deterioro de la salud en el país”.