Publicado por: Claudio Nuñez | martes 27 de noviembre de 2018 | Publicado a las: 12:03
Con el relato de algunos de los integrantes del Lof Kumikir de Curarrehue acerca del desarrollo del proyecto y una degustación de preparaciones elaboradas en base a productos nativos como brotes de coligue, changle y nalca, se desarrolló este lunes el cierre del proyecto “Encadenamiento productivo y asociativo saludable y sustentable Mawiza Newén”.
La idea que surgió en el 2009 con un viaje de Edith Kumikir Martínez a Guatemala, donde junto a otras personas de Curarrehue pudo conocer la cultura Nahuatl, contó para su implementación con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA y se desarrolló desde 2016 a la fecha.
La iniciativa que consistió en elaborar una barra energética a partir de frutos silvestres de la zona cordillerana como el piñón y la avellana se sustenta en 4 pilares fundamentales: impulsar la asociatividad, crear trabajo en la zona y así evitar la migración, fomentar el cuidado y conservación de la naturaleza y generar innovación.
En palabras de Edith Kumikir, la matriarca de la organización, estos pilares se grafican en que “Primero que nada, vimos que era relevante dar trabajo a los jóvenes en Curarrehue, pensamos que era bueno como forma de detener la migración, el tener un trabajo estable con los frutos silvestres, luego pensamos que también era importante asociarnos pues todos tenemos nuestra propia expertiz, están los recolectores, los procesadores, los comercializadores y quienes producen la barrita. También pensamos que es importante proteger los recursos naturales y para eso hicimos unas capacitaciones sobre las buenas prácticas en la recolección de productos del bosque no maderables y, además, la innovación que fue muy bien mirada por el FIA que nos apoyó y dio los recursos para llevar adelante este proyecto que duró casi dos años”.
Con respecto a la comercialización del producto, Edith Kumikir sostuvo que “no queremos estar esclavizados para vender a supermercados en grandes cantidades, sino que la idea es participar en Ferias y vender por pedidos, pues sabemos que ya hay público interesado, por lo tanto vamos a estar produciendo para tener esa posibilidad de no esclavizarnos”. Así mismo, agrega que si bien en un momento se les propuso utilizar algún grado de optimización, su respuesta fue negativa, “Nos dijeron podrían hacer la barra de tal forma, hay maquinaria, pero la idea es que no, es que si queremos que nuestros hijos, nietos, sobrinos puedan mantenerse acá es precisamente para que tengan un trabajo, no para que aprieten un botón”.
Lof Kumikir
Barra energética Mawiza Newén, que se suma al trabajo del Lof Kumikir, organización que entre otros aportes en la zona incluye, según indica su presidente Ulises Caamaño Kumikir, mostrar la naturaleza y cultura de Curarrehue, “Tenemos los juegos mapuche, la gastronomía mapuche y los senderos interpretativos en medio del bosque nativo”.
Para el segmento de juegos mapuche se fomentan las costumbres ancestrales a través del juego al aire libre con el palín o el linao y de mesa con los tableros, tradiciones que según Ulises Caamaño hoy son cada vez más valoradas, “Hubo un tiempo en el cual, todo lo que estaba relacionado con la cultura mapuche fue mirado en desmedro, pero como ahora estamos en una nueva oleada de juventud con más ansias de tener mayor identidad es que estamos fomentando esto de los juegos, mi hermano William Caamaño Kumikir es quien está encargado de esto y quien ha hecho un esfuerzo y trabajo investigativo de años”.
En la arista gastronómica el joven destaca no sólo el trabajo de su madre, sino también el de otros integrantes de su familia, “La otra área es la de la gastronomía que, principalmente, es el tema de mi mamá y de mis tías, obviamente, pues siempre estamos asociados. Por nombrar algunos frutos del bosque utilizamos el piñón, la avellana, el changle, los dihueñes, y ahora con el tema de la barra energética, que es darle valor agregado a estos productos”, sostiene Caamaño.
Así mismo, Ulises enfatiza que el tercer eje se basa en su área, “Yo soy guía de profesión y cuando empecé hace muchos años, me di cuenta que la gente desconocía mucho el bosque nativo”. Frente a eso se creó un sendero en el cerro Pulomo por el que se recorre un bosque nativo de renoval hasta llegar a un salto de agua que no se ve desde el pueblo.
Según Ulises Caamaño hay una época del año en que el agua del salto se agota, “El sendero se realiza viendo el bosque nativo, y se llega al salto, pero en verano, enero – febrero el salto no existe, el agua se desaparece y hay mucha gente que no entiende el sendero y dice cómo vas a hacer un sendero si no hay salto, y yo digo, el concepto del sendero no es llegar al salto, sino que entender y conocer las especies nativas del bosque. Cuando la gente llega y ve que no hay salto empieza a interiorizar el problema del cambio climático, que no es un calentamiento global sino que un desorden y desequilibrio dentro del ecosistema. Antiguamente el salto nunca se secaba, a partir de tres años se empezó a secar completamente y para mi es importante que la gente lo conozca porque ver el salto en junio con gran fuerza y verlo en enero – febrero cuando no es nada, eso es para la consciencia de todos nosotros, de que el cambio es real y que es responsabilidad de cada uno que esto no siga ocurriendo”, finaliza.
Para mayor información acerca del Lof Kumikir puede visitar sus fan page Turismo Kir y Mawisa Newén.