Por: Carlos Inostroza Carrasco

Periodista Patrimonial

Cuando se habla de historia muchas son las voces que se levantan , opiniones y versiones que tenemos, en este caso con la construcción de la Escuela Francia ex Escuela Alemana, pasa algo muy similar.

Según algunos escritos y publicaciones,  la construcción que hoy conocemos data del año 1917, pero sus inicios como Escuela Alemana  la encontramos en 1888, cuando solo era una básica estructura de madera que albergaba algunos niños, principalmente hijos de colonos que llegaron a poblar y colonizar la ciudad.

Según consta en los archivos del Colegio Alemán, esta primera escuela funcionaba en una improvisada sala de una casa particular, pese a carecer  de las comodidades mínimas y los elementos  más indispensables. Inclusive se manifiesta que como pizarrón utilizaban el piso de greda y para escribir en ella, el profesor se las ingeniaba con una sustancia cremosa parecida a la tiza.

Con el correr de los años, el número de alumnos fue creciendo y con ello la necesidad de construir alago definitivo, situación que ocurrió en 1917. Después de un par de décadas establecida, finalmente deja su ubicación inicial y se traslada hasta las calles Hoschtetter y Holandesa, dejando paso en 1959 a lo que hoy conocemos como Escuela Francia.

Esta edificación se ubica en calle Andrés Bello esquina Aldunate de Temuco y se destaca por su arquitectura neoclásica con influencias germánicas, propias de la época. Otro aspecto importante de su composición, es la cúpula con que remata la esquina del edificio, construida íntegramente en madera  y con un pináculo de hierro que no pasa desapercibido por nadie que transite por el lugar. Su materialidad es de hormigón en muros y estructura, para dejar en madera  las cubiertas y detalles ornamentales.

Al respecto, el arquitecto y director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Mayor, Gonzalo Verdugo manifiesta que este edificio es uno de los pocos vestigios que quedan de la arquitectura educacional de los colonos alemanes que llegaron a Temuco. “Es una obra emblemática de su época por su marcadas características que la diferencian de su entorno, como lo es el volumen circular que demarca la esquina, el cual es coronado por una cúpula que es rematada en su parte superior por un pararrayos, elemento característico de la arquitectura patrimonial de la colonia Alemana en la ciudad. De hecho su acceso principal, por calle Bello es también acentuado por un Porch cubierto que también se corona con un pararrayos. Esta edificación de un piso tiene una organización en forma de L, en donde el volumen circular de la esquina le da una elegancia e impronta que la hacen verse mucho más alta de lo que realmente es, a su vez también colaboran en su imagen señorial las molduras, aparejos de fachadas con basamentos, dinteles y cornisas previas a los aleros, todos los cuales se proporcionan correctamente al tamaño de puertas y ventanas”.

Sin duda que esta construcción, ha marcado un hito en la ciudad, ya que en sus orígenes marcaba el fin del  trazado urbano y el comienzo de lo rural, lo que con el paso del tiempo la llevó a situarse de lleno en el corazón de la ciudad, lugar donde quedan muy pocos inmuebles con estas características germanas.