Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 27 de diciembre de 2021 | Publicado a las: 17:05
Talentosos, dignos de ejemplo y sencillos son los hermanos Paula y Jaime Mansilla, los raquetbolistas de Padre Las Casas que representaron con éxito a Chile en la versión número 32 del Mundial Junior de esta disciplina realizado en Guatamala, en la que obtuvieron medalla de bronce y un quinto lugar.
En el Mundial, Jaime Mansilla, estudiante de Construcción Civil, de 18 años, obtuvo medalla de bronce en la categoría dobles masculino junto a su compañero de equipo Diego Gatica; y su hermana Paula, de 15 años y estudiante de la Escuela Artística Armando Dufey, obtuvo el quinto puesto en individuales.
Una vez de regreso, quisieron volver donde Mario González, alcalde de Padre Las Casas, a contar personalmente sus logros, ya que para el Mundial los deportistas tuvieron apoyo de la Municipalidad de Padre Las Casas, que se tradujo en implementación deportiva y el pago de sus pasaportes para el viaje, tras el fortalecimiento del deporte en la comuna en distintas disciplinas.
“Qué motivo de orgullo y felicidad el poder recibir a Jaime y Paula Mansilla, quienes participaron en este Mundial de Ráquetbol, es un honor, primero, por la calidad de personas que son y luego, porque han dejado en alto el nombre de Padre Las Casas en un mundial, que es importantísimo, con un tercer y quinto lugar y que podría generar que más niños quieran practicar este deporte u otros, porque ven en ellos un reflejo”, enfatizó al alcalde de Padre Las Casas, Mario González.
Jaime Mansilla, medallista de bronce comentó que la distinción significa mucho, “porque fueron dos años de entrenamiento duro, sólo en las mañanas durante la pandemia, sólo a principios de año pudimos obtener el permiso para entrar a las canchas, por lo que este lugar es relevante para mí, mi equipo, mi entrenador, al centro de kinesiología que me apoya y a la Municipalidad de Padre Las Casas, que nos dio un apoyo gigantesco, en lentes, guantes, raquetas”, dijo.
Jaime confidenció que en plena competencia tuvo una caída que lo lesionó, pero decidió seguir en competencia. “Tuve una caída más o menos fea, el primer día aguanté, pero tuve que ir al médico y me dijo que no siga jugando y que me ponga un cabestrillo, pero me vendé y decidí seguir jugando porque fueron dos años de entrenamiento y no me iba a rendir en ese momento. Cuando regresé a Chile, el médico le preguntó cómo había jugado aso, porque tenía un esguince con un fuerte dolor, que me tiene aún con licencia”, precisó.
Para Paula Mansilla, de 17 años, este Mundial de Guatemala significó mucho, “es un gran logro al esfuerzo, constancia de este año de pandemia y feliz de obtener esta posición. Mi idea es seguir representando a Chile y mi gran objetivo son la Panamericanos de 2023”, aclaró.
Ella como todo deportista, combina sus clases del colegio con un riguroso entrenamiento. “ Cuesta levantarse temprano para estudiar o quedarse a tarde leyendo o repasando contenidos: me conecto a las clases desde bien temprano hasta las 15.30 a 16 horas y a las 17 me voy a entrenar hasta las 20 horas y luego a tomar once, un baño y luego a estudiar de nuevo. Mi rutina previa Mundial fue con kinesiólogo, con entrenamientos un poco más suaves, algo de relajación y partidos”, detalló.
Y la madre de los deportistas, María Cid, destacó que detrás de estas medallas y reconocimientos, “hay un gran esfuerzo, 90% de ellos como adolescentes que dejan muchas cosas de lado, amistades y el resto, nosotros como familia apoyándolos en un 1000 por ciento, haciendo sacrificios para que ellos hagan deporte y así lo he dicho, prefiero pagar en el deporte que a un sicólogo sacándolos de un vicio”, subrayó.
María recordó que llegaron a esta disciplina porque a Jaime le habían ofrecido irse a jugar fútbol a la Universidad de Chile a Santiago con sólo 10 años, pero era muy chico. “Acá con Paula, lo esperábamos a la orilla de la cancha mientras entrenaba y ella se aburría, pasaba frío, así que empezamos a buscar algo que pudiesen practicar los dos y bajo techo, pensando en tenis, pero cuando sintieron el rebote en la pared y conocieron la cancha y de qué se trataba e ráquetbol, no soltaron nunca más la raqueta y hasta terminamos con el asma bronquial. Por eso invito a todo el mundo que juegue esto, es un deporte que quema hasta a 2000 calorías en un partido, están las canchas disponibles y espero que tengamos una también en Padre Las Casas, porque es un deporte bien completo, potencia la habilidad, destreza, desarrollo los reflejos, es muy rápido el juego”, argumentó.