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EL TREN……….  DE LA MADERA / Por Jorge A. Aguirre Hrepic

Publicado por: DiarioTiempo21 | viernes 15 de marzo de 2024 | Publicado a las: 23:08

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La naturaleza dotó en abundancia al hombre, de varios elementos para su subsistencia en la tierra.

Uno fue sindicado como el principal elemento. El “agua”, que a través de los tiempos se ha transformado en un bien escaso, por diversos motivos, llegándose a decir que en unos años más se producirá la guerra del agua.

Lo curioso es que, en zonas lluviosas, corre el agua hacia el mar y no es retenida para su uso, por lo que, en épocas de verano, se debe repartir en camiones aljibes a las diferentes comunidades y zonas afectadas, sobre todo cuando hay sequía, a un costo mayor, es inentendible lo que pasa.

Otros elementos vitales son la tierra, el fuego y aire. Aquellos esenciales para la vida humana y más importantes son el carbono, hidrogeno, oxígeno y nitrógeno.

Las diferentes culturas a través del tiempo, han coincidido  en estos y le han agregado animales, metales y maderas, donde los incipientes alquimistas, filósofos, poetas y autoridades han procurado que no falten los elementos para la vida, para lo cual han debido procesar las mejores estrategias para comercializar y gestionar, la mantención permanente de la línea de suministros de los diferentes elementos, más allá de lo que existe en los propios territorios, donde abundan o escasean los recursos, por lo tanto debieron aventurarse más allá de sus fronteras de control, para conquistar nuevos suelos y conocer nuevas especies y especias, con la finalidad de cumplir con mantener la jerarquización de las necesidades sin contratiempo.

Uno de los temas más recurrentes por años, – especialmente en La Araucanía, Bio Bio y Los Ríos -, ha sido la explotación de los recursos madereros, primero de especies endémicas, nativas y luego las plantadas con fines más industriales y de rápido crecimiento.

Desde siempre se ha necesitado la madera, con fines de construcción, muebles, ferrocarril y minería entre otros. El norte de Chile, es el principal testigo de la llegada a sus puertos del famoso “pino Oregón”, en diferentes medidas para ser utilizados en diversas funciones.

Luego, los industriales de la minería para hacer sus galerías debieron viajar al sur de chile a comprar bosques enteros para armar las galerías y túneles bajo tierra en los piques y yacimientos para extraer del vientre de la tierra, el metal escondido y proyectarlo como un producto necesario que sirvió al país. Lo mismo ocurrió con la industria del carbón.

Para que hablar de los durmientes donde se sostenían los rieles del ferrocarril donde transitaba el “Tren”, de pasajeros y de carga.

Miles de casas se construyeron con millones de pulgadas de diversas maderas para elevar las estructuras y levantar ciudades y comunas por doquier.

 

Aunque el chileno es malo para leer, como no nombrar la pasta mecánica con lignina del papel de diario con que se confeccionaban los periódicos donde se transfería la información, y luego documentos y actas con acuerdos políticos y administrativos. Seguidamente, la pasta química con blanqueantes ópticos para papeles de mejor calidad, blancos para libros y diversos documentos, incluso estudiantiles, donde todos empezamos rayando un cuaderno con lápiz grafito y luego tinta pastosa.

En este sentido, el sur de Chile, contaba con grandes bosques de origen que fueron sacrificados en aras del desarrollo, de buena forma y de mala manera, donde no se puede desconocer el uso del fuego incontrolado como ocurrió en la región de Aysén.

Chile, ha conocido de raulí, roble, lenga, coigue, mañio, tepa, eucaliptus, castaño, alerce y araucarias entre otros. Seguidamente el pino y sus diversas especies donde el “radiata” reina en gloria y majestad.

Para proteger el tema maderero se creó una institucionalidad publica y privada, regulada, discutida, vilipendiada, mal interpretada, provocadora, pero definitivamente surgió un negocio insospechado para muchos, incluso de aquellos que no plantaron una mata, y ahora querían participar de la cena a la cual no estaban invitados.

Entonces a partir de los terrenos y sus bosques independiente de la madera y su tipología, surgieron nuevos problemas, desde comerciales, de propiedades, de arriendos de predios, de compra solo de matas, de volteo, de autorizaciones de Conaf (Corporación nacional forestal), de incendios espontáneos, de guías de libre tránsito, de facturas, de ventas sin facturas, de planes de manejo, de metro ruma, de leña y de celulosa.

Sin poder negarlo nadie, la industria de la madera creció exponencialmente en todas direcciones, creciendo la dotación de ingenieros forestales con visiones académicas disimiles, dependiendo de las universidades, surgieron forestales chicas, medianas y grandes, hasta inmensas constituidas como holding y nacieron los afectados o víctimas, que sin ser dueños de los terrenos, no se conformaron solo con mirar como transitaban los camiones repletos de troncos dimensionados.

Cuando el negocio es bueno o se ve bonito y se demuestra que es mejor, aparecen los amigos de lo ajeno, los explotadores, abusadores,  especuladores y delincuentes de todo tipo, hasta llegar al propio terrorismo, buscando la veta de la justificación para sus acciones.

En este medio, Tiempo 21, hace años informamos sobre el problema que acarreaba la explotación de la madera en todas sus gamas, lo que no gustó a muchos, otros la negaron y lo menos señalaron que no era para tanto.

Algunas forestales se negaron a reconocer que sus propios guarda bosques entregaban información o estaban coludidos con lo que se conoció como la “mafia de la madera”, llegándose incluso a que las propias forestales compraran su madera robada, como mal menor.

Surgieron los equipos de motosierristas irregulares que operan en cuadrillas de marabuntas que asolan los bosques ingresando por cualquier cerco cortado para talar, conductores de furgones para trasladarlos, vigilantes de la maniobra, cobradores de peajes para cobrar por camión y carro cargado de madera que salía de un predio.

Aparecieron no pocos aserraderos móviles ilegales que en terrenos tácticamente ubicados atendían la avalancha de troncos para dimensionar la madera y luego vender hasta las tapas de las mismas. La misión, todo sirve y todo se vende.

Como el negocio creció y creció tanto como la torre de “babel”, obviamente nadie se entendía en estos diferentes idiomas, solo predominaba el recurso “palo”, y donde venderlo o donde ir a buscarlo, total el mandato era tácito.

Estos delincuentes de madera, al parecer surgieron de la idea de Carlo Collodi, el creador de “pinocho”, ya que también les crecía la nariz y a diario, algunos denunciaban el robo de madera y ellos mismos estaban involucrados, en esta temática algunos alcaldes, con empresarios y autoridades, sabían todo, pues las denuncias ante las policías y fiscalías, no eran pocas pero no pasaba nada de nada.

El Servicio de impuestos internos (SII) prefería fiscalizar los negocios poblacionales que concurrir a terreno, recuerdo que hubo un solo director regional que se atrevió y rápidamente fue trasladado a la región de Valparaíso.

Diariamente, por la caminos de estas regiones transitaban cientos de camiones cargados y en fechas de buen tiempo aumentaba el trasiego de madera, por años, en la ruta S-40 transitaban 90 camiones desde la costa hasta Temuco, y mejor no recordar cuantos lo hacían por las rutas P-72-S y S-138, durante un tiempo todo fiscalizado e informado, lugar de extracción, trayecto y zona de destino. Pero el negocio, era imparable.

De las otras vías, Loncoche, Lanco, Quitratue, Freire, Lonquimay, Curacautín, Angol, Cañete, Traiguén, Carahue, Nueva imperial, Puerto Domínguez, Tirua, Victoria, Collipulli y un largo etc. Etc. Cuales serpientes, los camiones colapsaban las rutas no exentas de accidentes, para poder llegar a tiempo y alcanzar a otra vuelta más.

El estado comenzó a fallar en todos sus sentidos, ahí surgieron algunos “especialistas” en seguridad privada que ofrecieron sus servicios, algunos en base al temor, a la desinformación y tampoco cumplieron así que fueron sustituidos por medidas de protección decretadas por las fiscalías del ministerio público, y carabineros de la calle a cuidar fundos madereros en medida de protección.

¿Por qué aumento el delito asociado al recurso madera?

La razón es muy sencilla, un laxo control de la autoridad en general, se permearon las acciones, incluso políticos entraron al negocio de la madera o tenían negocios familiares, lo de siempre.

Pero, como es un negocio muy visible e invasivo, algunas comunidades indígenas reclamaron por la destrucción de caminos y no resultó el plan de buena vecindad y grupos radicales atribuidos a la etnia mapuche, también querían su parte del pastel, pero como no estaban invitados a la fiesta, decidieron asistir disfrazados de criollos terroristas con capuchas, escopetas hechizas y de marca, pancartas y con harta bencina, para quemar camiones, maquinas skidder, tractores, Bulldozer, retroexcavadoras, camiones, camionetas, container, campamentos, y etc etc.

Agregándoles, agresiones, muertes y secuestros de personas, cortes de caminos y rutas, corte mediante explosivo de línea férrea, blanqueo de madera y dinero, robos de vehículos y un sinnúmero de vehículos dañados y robados en el nombre de la causa.

Algo hizo el estado, pero fue poco eficaz, cuando hubo detenidos y juicios la mayoría quedó en libertad así que volvieron al ruedo y muchos mas se sumaron a la causa delictual, total salía barato vivir del robo de madera.

Algunos legisladores, saltaron del palco y presentaron iniciativas legislativas que, a través del inexorable paso del tiempo, dieron sus frutos, saliendo del horno el 27 de septiembre de 2022, la Ley Nro. 21.448, que tipifica  el delito de sustracción de madera y otros relacionados. Habilitando el uso de técnicas especiales para su persecución.

Ahora, estaban las condiciones para atacar con todo, pero la industria delictiva de la madera, tenia chaleco antibalas, es decir estaba protegida en el estómago, tanto asistir a comidas donde se habla demasiado al lado de una plateada al palo, así que se hizo difícil para los buenos.

La insistencia premia, aumentaron las horas de escucha telefónica, se cercaron los grupos y de a poco empezaron a caer algunas pequeñas mafias en diferentes partes, incluso algunos empresarios forestales étnicos socios de huincas y otros están en barbecho ante los visores nocturnos de las policías y fiscales, cuando tienen las baterías cargadas.

Es decir, faltan por caer los peces mas gorditos y mejor conectados con las capitales regionales. Una para los vivos.

Por de pronto, como un candi para la galería popular, fue sentenciado a cinco años de libertad vigilada intensiva el empresario maderero Walter Araneda Parra, quien reconoció haber traficado madera con apoyo y cobertura de bandas armadas pagando una centena de millones de pesos, pudiendo ser más, hasta llegar a entregar madera a una gran empresa del rubro.

Lo inexplicable de todo esto, es que a muchos les piden la georreferenciación  de los predios a cosechar, dueños de la madera, documentos que acrediten el origen, patentes de vehículos que transportan, nombres de choferes y cargadores, taladores y de un cuanto hay, para establecer la trazabilidad de la madera.

¿Como lo hizo Araneda?

Es tarea para la casa establecer coherentemente el modus operandi de el y las mafias de la madera. Principalmente, porque no son pocos los que andan en los mismos pasos. Faltan otras sentencias.

Tanto se habla todos los días del tristemente célebre Tren de Aragua, como organización criminal de todo tipo de delitos, aunque parece que les falta el de la madera. Cuidado, si les da por expandirse   y diversificar sus productos.

En realidad, no deberíamos preocuparnos, total en el sur de Chile, tenemos armas, combatientes migrantes de la causa, criollos étnicos, municiones, drogas, buenismo, contactos, harta materia prima y lo más importante, tenemos a nuestro propio “Tren de la Madera…”

 

JORGE A. AGUIRRE HREPIC

Profesor de Estado

Consultor en Inseguridad

CRIMINALISTA-CRIMINOLOGO

 

 

 

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