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Editorial: Temuco, Angol, Gorbea y Lebu

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 16 de febrero de 2020 | Publicado a las: 10:54

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Así, nos quedamos con el ejemplo de estas tres comunas, Angol, Gorbea y la araucana Lebu, que con mucho esfuerzo, trabajo y escaso presupuesto, ponen sus festivales de folclor, teatro y cine en lo más alto de la actividad cultural nacional e incluso, más allá de nuestras fronteras.

 Mientras, Temuco está en la palestra nacional por prácticas corruptas, donde los recursos de todos los chilenos son dirigidos por malabaristas inescrupulosos. Es tanto el adormecimiento de nuestra gente, que elige a esos mismos como sus representantes políticos. Claro, no tenemos una cultura que nos permita reflexionar y comprender quienes nos meten el dedo en la boca.

Temuco  es una gran ciudad y por ello es considerada como una de las cinco más grandes del país. Sin duda, su principal característica ha sido transformarse en un gran centro de negocios y es en esa línea que resulta interesante, especialmente para el sur del país.

Grandes cadenas del retail, supermercados, farmacias y cualquier proyecto comercial que se abre paso en el país, considera un local en los mercados de Concepción, Temuco, si pensamos desde la capital al sur. Después, ese crecimiento se abre paso a otras ciudades, también de gran impacto.

Así como es atrayente para las grandes empresas y bancos, Temuco, la capital regional de La Araucanía, tiene una gran deuda o quizás mejor dicho, adolece y no tiene mayor interés en la cultura. No hay grandes espectáculos para sus ciudadanos o una actividad que concentre interés de artistas, escritores, pensadores que tengan en sus agendas anotaciones que digan que en los meses de verano deben participar en alguna actividad de esa índole en nuestra ciudad.

Para ser sinceros, a veces encontramos que,incluso, quienes debieran liderar ello, miran hacia otros lados. Parece que todo aquello que no sea contar dinero, no vale la pena interesarse o gastar energías. Las neuronas -si –s que quedan- no se ocupan en el diseño de expresiones artísticas o culturales de renombre para alimentar los espíritus de nuestra gente que, como en todo el país, mantiene los ánimos inundados por la violencia.

Para algunos, basta y sobra diseñar espectáculos que contengan abundante espacios para la parrilla y las cervezas.

Pero en estén tema, es otra violencia, de imágenes con nuevas expresiones sociales, escenarios, fuerzas, potencialidades. Si agregamos la droga, la corrupción y todo tipo de adicciones o alienaciones, desde pequeños se crece en una sociedad culturalmente violenta. Y en esta particularidad, como ciudad y región no hacemos esfuerzos para identificarla. Por eso estamos en la noticia nacional con materias de estas expresiones violentas y nos estancamos en ello, sin interesarnos por asuntos que nos lleven a reflexionar por asuntos menos alienantes.

En este sentido nos queremos detener los esfuerzos de otras comunas, como Angol y su extraordinario Festival Folclórico Brotes de Chile. En Temuco nada de ello. Y tenemos otro ejemplo: el festival de Teatro de Gorbea.

En los últimos días de enero se efectuó la diecinueve edición del Festival Internacional del Teatro y las Artes en la ciudad de Gorbea, con compañías nacionales e internacionales, que concurren a promover la cultura en su máxima expresión, gracias a la diligencia de un gran artista y agente cultural, como es el actor Luis Figueroa.

Más de 20 compañías dieron vida al Fitar este año 2020, destacando en su noche inaugural, al actor y comediante Sergio Domínguez, conocido como Panqueque, quien participó en el Club de la Comedia y los Improvisadores.

También está el ejemplo de una ciudad que pertenece a otra región, pero también identificada culturalmente con La Araucanía, como es Lebu, capital de la provincia de Arauco, porque junto a su ciudad hermana de Cañete, se realizó la vigésima versión del Festival Internacional de Cine de Lebu, que durante toda la semana pasada ha tenido actividades gratuitas en la capital de la provincia de Arauco y tuvo su clausura en Concepción. Hasta allá llegó el impacto de este festival de cine, con la participación de actores y directores como Luis Alarcón, Teresita Reyes o Jorge Olguín.

Además de premiar a 20 mujeres destacadas del ámbito de la cultura, en esa provincia –tan pobre o más que las nuestras- se han exhibido cortometrajes producidos en un taller para mujeres de Lebu, junto con actividades en la cárcel de Chillán o en la comuna de Los Álamos. También se realizó un homenaje a Cecilia, cantante que viajó al sur de Chile para mostrar también un adelanto de la serie basada en su propia vida.

Temuco, con una decena de universidades y otras tantas sedes de estudios superiores, con una municipalidad que tiene un presupuesto mayor incluso al Consejo Regional, 160 mil millones, o una secretaria regional de la Cultura y Las Artes, que como organismo dependiente de un ministerio centralizado, se ocupa de proyectar lo que desde Santiago se le instruye, pero que no cuenta con espacios ni presupuesto para promover el arte y la cultura con mayor ambición.

Así, nos quedamos con el ejemplo de estas tres comunas, Angol, Gorbea y la araucana Lebu, que con mucho esfuerzo, trabajo y escaso presupuesto, ponen sus festivales de folclor, teatro y cine en lo más alto de la actividad cultural nacional e incluso, más allá de nuestras límites nacionales.

¿Cómo? Gracias A un trabajo constante en su territorio, con un enorme respeto y dedicación para tener un público más informado e interesado en sus propias propuestas, porque comprenden que sus actividades surgieron en sus propias cunas, sin imposiciones y con ello encausan su interés en participar y disfrutar de estas manifestaciones artístico-culturales.

Mientras, Temuco está en la palestra nacional por prácticas corruptas, donde los recursos de todos los chilenos son dirigidos por malabaristas inescrupulosos. Es tanto el adormecimiento de nuestra gente, que elige a esos mismos como sus representantes políticos. Claro, no tenemos una cultura que nos permita reflexionar y comprender quienes nos meten el dedo en la boca.

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