Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 17 de abril de 2021 | Publicado a las: 23:33
Algunos sostienen que la espiral violentista que acosa a nuestro país, está siendo observada y debidamente respaldada con información de grupos, integrantes, domicilios, lugares de reunión, documentos y mucho material de inteligencia, para actuar en algún momento determinado. Eso sí que es grave si llega a co0nstituirse en realidad.
El 22 de marzo, el presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Diego Paulsen (RN), acusó que Carabinero y militares «no se atrevieron a actuar» ante ataque incendiario que afectó a predio de su hermano, Cristóbal Paulsen, en Galvarino -región de la Araucanía- durante la tarde del jueves 18 de marzo.
“Estaban los individuos prendiendo fuego, cortando árboles para poder cortar los caminos y no permitir que lleguen a salvar o cuidar personas”, indicó el parlamentario en conversación con Radio Agricultura.
“Estando ahí carabineros y los militares, a menos de 500 metros de los individuos que cometían estos hechos, no fueron capaces de tomarlos detenidos. Entonces aquí tiene que haber voluntad de todos. Se llamaba a un fiscal y no permitía que esto ocurriera, nosotros les decíamos que era innecesario que el fiscal tuviera que dar autorización porque era un delito flagrante”, detalló Paulsen ante el citado medio.
“Carabineros y militares no se atrevieron a actuar frente a los hechos de violencia que estaba ocurriendo a menos de 1 kilómetro a vista y paciencia de todos. No actuaron, a mí me encantaría saber por qué no actuaron”, insistió.
El legislador criticó la «inacción» en todo el arco político, al no concretar acuerdos respecto a la situación de La Araucanía, y se refirió al no actuar de las policías «que ante cualquier hecho de violencia que ocurra y se vean involucrados, quizás, pierden su puesto de trabajo o los dan de baja» explica El Mostrador.
Recordemos que ante el hecho que afecto al hermano del presidente de la Cámara Baja, la carta presidencial de Renovación Nacional y el PRI, Mario Desbordes, solicitó Estado de Sitio para la región.
La acusación no es la primera contra la falta de acción de policías, fiscales y jueces y ahora la de militares por los años en que grupos de desconocidos armados pero que se escudan en la conflictividad indígena, para provocar y dejar sin capacidad de reacción a las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública.
Frente a esta inacción, solo quedan dos conjeturas: por un lado, han sorprendido con su capacidad de movilización, buscar el armamento con que enfrentar a civiles y uniformados en zonas rurales y urbanas en especial, de La Araucanía, hasta tal punto que los han dejado inmovilizados.
Este argumento muchos no la creen y otros –muy preocupados- sostienen que esta situación violenta está siendo observada y debidamente respaldada con información de grupos, integrantes, domicilios, lugares de reunión y mucho material de inteligencia, para actuar en algún momento determinado.
Y eso sí que resulta tan preocupante como los encapuchados que se mueven con entera libertad para amenazar a forestales, agricultores y trabajadores, técnicos y profesionales en especial del sector rural. Esta constituye una amenaza a la democracia y a las libertades individuales, que resulta el único camino para aquellos que admiran y sienten devoción por la dictadura que sufrió dolorosamente nuestro país.
FOTO: Contexto