Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 29 de agosto de 2021 | Publicado a las: 12:27
“…en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, las empresas forestales chilenas concentran más de 3 millones de hectáreas de monocultivos, tanto de pino como de eucaliptus, es decir, de especies exóticas. En perjuicio y contraste, la propiedad reconocida para personas mapuche no supera el millón de hectáreas”.
Escribe: Manuel Arismendi Poblete, periodista y licenciado en comunicación social, corresponsal internacional, canal HispanTV, delegado de Derechos Humanos del Colegio de Periodistas de La Araucanía
Importante que en los registros de la historia contemporánea chilena el ámbito de los derechos humanos ocupe un lugar de privilegio en la nueva Constitución. Al respecto, los distintos territorios ya aportan lo suyo, desde una óptica descentralizadora, necesaria en una democracia que se precie de ser inclusiva.
Estas son parte de las actividades desarrolladas por la Convención Constitucional, la Constituyente, tanto en la principal urbe geopolítica del país, Santiago, como en regiones; Walmapu se suma a esta lista. Incluso se prevé que las y los convencionales vayan a las comunas que no sean cabeceras regionales, hecho inédito en la lógica administrativa que rige a Chile.
Una de las comisiones que ha sesionado en la tercera semana de agosto fue la Comisión de Derechos Humanos, donde han participado connotados exponentes de los derechos humanos del Walmapu, como la abogada Karina Riquelme, Carlos Oliva Troncoso, Ana María Vera Haro, así como la Subcomisión de Derechos Humanos de la Convención Constitucional, entre otros, quienes interactuaron a propósito de distintos hechos y cronologías que han afectado a los habitantes de La Araucanía, especialmente, al pueblo mapuche, golpeado y aún a la espera de que se le restituyan derechos y garantías, pues solo se le han exigido deberes, entre ellos, someterse a una Justicia clasista y de castas, que ponen a nuestro país en entredicho en la arena internacional, y que hacen diluir el estado de derecho en la práctica.
En esta comisión, las Organizaciones Sociales y Territoriales de Walmapu, OSTW, expusieron las múltiples y preocupantes violaciones a los Derechos Humanos, las que se han podido constatar desde mucho antes del estallido social en La Araucanía, con cientos de lesionados en contextos de protesta social a manos de efectivos militares y de Carabineros de Chile, particularmente, jóvenes mapuche, que en legítima defensa, buscan que se respeten sus derechos colectivos y ambientales, entre otros, según destacó la dirigenta, Ana María Vera Haro, psicóloga de profesión.
Vera Haro expuso la situación de abandono estatal que ha caracterizado a los lesionados oculares de La Araucanía; jóvenes trabajadores, mapuche y criollos, que fueron gravemente dañados, y a la fecha, no han tenido justicia ni reparación, reveló.
Otro actor en estas exposiciones fue la Coordinadora de Organizaciones de Derechos Humanos de La Araucanía, instancia que reúne a una decena de instituciones, desde donde advirtieron que, en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, las empresas forestales chilenas concentran más de 3 millones de hectáreas de monocultivos, tanto de pino como de eucaliptus, es decir, de especies exóticas. En perjuicio y contraste, la propiedad reconocida para personas mapuche no supera el millón de hectáreas, según Hernando Silva, integrante del Observatorio Ciudadano, entidad que forma parte de la Coordinadora de Organizaciones de Derechos Humanos, quien señaló que los impactos ecológicos y destructivos para el hábitat, han escalado peligrosamente en la región, lo que produce desabastecimiento hídrico para más de 100 mil familias, quienes no tienen agua para vivir, a quienes, además, se criminaliza su protesta social.
Esperemos no llegar demasiado tarde para que otro bien, como es el agua, se consagre como un derecho nacional y popular en la nueva Carta Magna, recuperándose, de esta forma, para la población, su desarrollo y necesidades. Chile necesita socios, no dueños de sus propios recursos. Ya estamos en emergencia, pues según el estudio realizado en 2019 por el Centro Territorio Mayor, de la Universidad Mayor de Temuco, para el año 2025, Temuco, dentro de cinco años más estaremos en una dramática situación: no habrá agua por el agotamiento de las capas freáticas, el estrés hídrico y la mala calidad de las restantes, entre otras causas.
Esta tarea, si se asume con dignidad y altura de miras, es una garantía para el desarrollo del país junto a sus futuras generaciones, a las cuales se les estarán garantizando sus derechos humanos básicos, proactivamente.