La cárcel de Rancagua fue escenario de una manifestación encabezada por los gendarmes del penal, quienes encendieron barricadas en la entrada del recinto como forma de protesta por las condiciones laborales y los bajos salarios que atraviesan.

Con la quema de neumáticos y la exhibición de pancartas, los gendarmes exigieron una mejora urgente en sus condiciones de trabajo, que se han visto deterioradas durante los últimos años. Esta protesta es parte de un movimiento más amplio que involucra a distintas cárceles del país, donde los funcionarios han llamado a un paro nacional, buscando que sus demandas sean escuchadas por las autoridades.

El foco de la protesta se centra en la insuficiencia de recursos para enfrentar el creciente número de reclusos y la falta de personal capacitado, lo que genera un clima de inseguridad y sobrecarga laboral para los gendarmes.

Mientras tanto, el caso de Manuel Monsalve, exsubsecretario del Interior y actual recluso en Rancagua por acusaciones de abuso sexual, también ha generado controversia. Los sindicatos han expresado su preocupación por la seguridad de Monsalve, pero el ministro de Justicia, Jaime Gajardo, tranquilizó a la opinión pública al afirmar que el módulo donde se encuentra no representa ningún riesgo para su integridad, pues es una unidad destinada a internos de bajo perfil.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades por minimizar los riesgos, la situación sigue siendo tensa. La manifestación de este jueves ha elevado la presión sobre el gobierno, que se enfrenta a una doble crisis: por un lado, las demandas de los gendarmes por mejoras laborales, y por otro, la tensión generada por los incidentes en los recintos penitenciarios.