Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 17 de abril de 2023 | Publicado a las: 16:35
Escribe: Pablo Müller, Profesor Asistente, Facultad de Administración y Negocios UA
Como es costumbre, una vez más apreciamos la constante sobre los colegios estatales (liceos y escuelas) los cuales tienen un resultado notoriamente inferior al de los colegios particulares en las pruebas estandarizadas, siendo la última muestra la PAES 2022.
El problema de nuestra educación, dirán algunos, es de cuna, ya que el bagaje cultural y educativo se acumula en el tiempo y hace que los hijos de niveles más educados tengan mayor éxito en detrimento de los menos educados. Hace un par de días escuché esto de una de las mentes más grandes en este tema (a quien no mencionaré para no generar controversia), lo que me llevó a darle una vuelta al asunto.
¿Es cierto lo que plantea el aludido? Sí, pero también no. Puede sonar contradictorio, pero en general la educación nos plantea estos desafíos en que la situación tiene más de una causa. Claramente hay un problema de “arrastre” en el tiempo, en que personas con un bajo nivel educativo se les dificulta transferir ese nivel a su descendencia.
Para desarrollar ese punto, podemos referirnos solamente a las instituciones estatales y compararlas entre sí. Pensemos en una comparación simple entre liceos comunes, liceos emblemáticos y liceos bicentenarios que atienden estudiantes lo suficientemente similares para ello.
Los primeros han mantenido un nivel relativamente estable los últimos 30 años en cuanto a su rendimiento en las pruebas estandarizadas, los emblemáticos han visto desaparecer su presencia como formadores de los 100 primeros, incluso, llegando a niveles insólitos de vacantes no llenas (los 5 emblemáticos de la comuna de Santiago generaron más de 2.000 vacantes sin ocupar), pero ¿Y los bicentenarios? Pues estos son relativamente jóvenes, ya que fueron creados en 2012, pero en estos 10 años han visto mejorar sus indicadores año a año.
Entonces ¿Es el bagaje de formación académica el único indicador? Claramente no. Una explicación está en la educación no formal, referida al hogar propiamente tal, hogares en que la educación es parte de la visión del futuro y tienden a fomentar el aprendizaje. No quiero estigmatizar a nadie, por favor, pues se entienden las distintas circunstancias a las que no podemos referirnos por espacio.
Como corolario quisiera comentar que efectivamente esta “falta de visión” se arrastra en el tiempo y está dada por muchos factores más allá de “la cuna”, aunque esta evidentemente es la mayor condicionante. Nuestras autoridades tienen una gran posibilidad de influir en esto, sobre todo cuando el equipo de gobierno hizo su carrera en base a protestas referidas a la educación, claro que esas apuntaban al final de línea, no al principio.
Para finalizar, me gustaría hacer hincapié en que no solo se necesita más dinero, sino que partir por mejorar la asignación de los recursos existentes. Esto lo demostró la reforma para costear la educación universitaria (me resisto a llamarlo gratuidad), en que el 50% se fue a burocracia.