Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 27 de septiembre de 2021 | Publicado a las: 14:51
Cifras comparadas de la violencia hacia las empresas contratistas en los dos
últimos gobiernos, muestran la consolidación del “sabotaje” a la industria
forestal en la macrozona.
“Esta información es la base de nuestro reclamo permanente a las autoridades que han hecho oídos sordos a tanta destrucción y violencia. Al día de hoy, son 47 comunas de las 107 que componen las regiones del Biobío a Los Lagos, las que han sido sometidas al fuego y a las balas terroristas, donde los trabajadores son baleados, golpeados y secuestrados. El
Estado de Derecho no existe y las instituciones que debieran proteger a sus ciudadanos no funcionan”, con estas palabras el gerente de la Asociación de Contratistas Forestales René Muñoz Klock, presenta el número de atentados, de equipos destruidos y de comunas afectadas por la violencia desde el 2014 a la fecha, en los que se evidencia el incremento
sistemático durante los años del gobierno del presidente Sebastián Piñera.
Es así como durante el mandato de Michelle Bachelet el total de atentados fue de 77 y en el de Sebastián Piñera 212; 235 equipos destruidos versus 763 respectivamente y en cuanto al territorio involucrado en estos ataques, durante el período de Bachelet fueron en promedio 9 comunas afectadas por algún atentado y durante el actual gobierno esta cifra
asciende a 23 comunas de la macrozona sur.
Al ser consultado por las razones de este aumento cercano a un 300% en las tres categorías indicadas, el dirigente gremial señala que se debe a que se ha dejado hacer a los delincuentes, “tienen el espacio abierto y las investigaciones son malas. Cuando se detiene a alguien, como las pruebas carecen de peso para formalizar y luego procesar, entramos en
un círculo vicioso en que ni siquiera son formalizados y siguen delinquiendo.
A la falta de investigación efectiva y acciones preventivas se suma el centralismo, ya que, si estos ataques ocurrieran en Santiago, lo más probable es que se hubiese solucionado o se estuviera trabajando en eso. Pero, como estamos al sur, seguimos en esta violencia irracional” y agrega, “lo más dramático de esta desgracia que ocurre en el sur, es que se ha
instalado la acción de quemar, balear y destruir como una forma de resolución de problemas y dificultades. Es común y normal. No podemos internalizarlo, como habitantes del sur no lo podemos aceptar. Alguien tiene que reaccionar y detenerlo y las autoridades de este gobierno son las primeras responsables.”
En cuanto a las menores cifras durante el gobierno de Michelle Bachelet, Muñoz señala “creo que nunca se ha hecho el trabajo, en ninguno de los dos gobiernos, lo que pasa es que los movimientos violentistas eran más chicos y recién comenzaban a establecerse como tal durante Bachelet. Si vemos las cifras de ataques durante su gobierno, estas son bien dispares y en Piñera van subiendo sistemáticamente año a año. Pero lo que impresiona son
los equipos destruidos en este gobierno, donde se ve un aumento anual sostenido. Antes no había declaraciones de guerra, en Bachelet era prueba y error y en Piñera ya hay una consolidación del discurso terrorista.”
Estas cifras comparativas se presentan luego de días complejos y violentos donde un matrimonio de la comuna de Carahue, en la región de La Araucanía, resultó con graves quemaduras debido al ataque incendiario a la vivienda en la que dormían, las quemas de cabañas en el lago Lanalhue, el ataque incendiario a un camión que transportaba combustible en Cañete, en la provincia de Arauco y la quema en la madrugada de hoy de
tres camiones en Contulmo.