Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 28 de septiembre de 2019 | Publicado a las: 13:20
“Nunca imaginé que a mis 80 años iba a hacer esto, ni en sueño. Hoy me siento mucho mejor, mi cuerpo más liviano, yo ya ni caminaba. Cuánto le agradezco a esto jovencitos que fueron de la universidad a buscarme a la casa, estoy más que feliz. Me voy a ir a la muerte con una alegría grande porque cumplí y me subí a un trapecio”.
Con estas palabras María Molina graficó lo que significó para ella participar durante ocho semanas en el proyecto “Acrobamás”, una iniciativa creada por las carreras de Terapia Ocupacional y Pedagogía en Educación Física de la Universidad Autónoma de Chile a través de los Fondos Concursables de Vinculación con el Medio que tiene la institución.
“Acrobamás” permitió a los integrantes del programa Más Adultos Mayores Autovalentes del Cesfam Conunhueno de Padre Las Casas atreverse a realizar actividades vinculadas al circo, con la finalidad de fortalecer su masa muscular y generar mayor estabilidad funcional, por ejemplo, al caminar.
Según explicó Tamara Miranda, directora de la carrera de Terapia Ocupacional, “este proyecto surge de las prácticas profesionales que realizan los estudiantes, donde se detectó la necesidad que los adultos mayores tuvieran mejores y mayores oportunidades de participar socialmente en una actividad que sea significativa. En ese sentido surgió el circo como herramienta terapéutica y los resultados fueron extraordinarios”.
En estas semanas de trabajo 37 adultos mayores dejaron atrás el miedo y se atrevieron a subir a un trapecio, colgar de telas y realizar trucos de malabarismo con seguridad y confianza, trabajo que mostraron a sus familias y amigos en una presentación en el Coliseo de la Autónoma.
A Sonia Medina, una de las participantes de la iniciativa, le “gustó mucho lo que hacen por el adulto mayor, porque hace un año y me quebré el tobillo y comencé a hacer gimnasia. Luego me trajeron al proyecto y jamás pensé que nos iba a salir tan bien colgarnos de una cinta”.
Constanza Oliveros fue una de las estudiantes de Educación Física que acompañó a los participantes en este proceso. La futura profesora declaró que, si bien “fue un proceso bastante largo, estuvo lleno de motivación por parte de las personas que trabajaron con nosotros. Han tenido muchos cambios, pueden hacer muchas más cosas de las que hacían al principio lo cual es muy positivo para su calidad de vida”.