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Opinión: Apretar la goma, esa es la cuestión

Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 6 de diciembre de 2020 | Publicado a las: 10:25

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“Este dicho popular, desde hace años viene como anillo al dedo, ya que en nuestro querido país hace mucho tiempo que nadie aprieta la goma, lo que ha permitido múltiples derroches de todo, no solo de agua, donde las concesiones de este natural y vital elemento, privatizadas en pos de una mejor administración, acumulan grandes dividendos, con resultados alegres para conglomerados transnacionales”.

Escribe: Jorge A. Aguirre Hrepic, Profesor de Estado, consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminólogo.

Los dicho populares en cualquier latitud, poseen un sabor especial, pero el significado que encierran, se puede transformar en múltiples interpretaciones, usos y costumbres.

En la mayor parte del mundo, “apretar la goma”, significa utilizar un elemento, fabricado de goma, de diferentes formas, consistencia y dimensiones, que sirve para superar el estrés, ejercitar con fines terapéuticos las articulaciones de dedos y manos, y en definitiva relajarse.

En Chile, de épocas remotas, “apretar la goma”, está asociado al trabajo de plomería o gasfitería, cuando hay una filtración de agua en una llave de paso donde el líquido vital, hace lo que quiere y provoca mayores gastos de consumo o lisa y llanamente inunda otros espacios, evidenciando a través de una poza su magnitud, a veces más de la deseada.

Entonces, apretar la goma, significa ajustar, apretar, sellar y de esta forma neutralizar una fuga. 

Este dicho popular, desde hace años viene como anillo al dedo, ya que en nuestro querido país hace mucho tiempo que nadie aprieta la goma, lo que ha permitido múltiples derroches de todo, no solo de agua, donde las concesiones de este natural y vital elemento, privatizadas en pos de una mejor administración, acumulan grandes dividendos, con resultados alegres para conglomerados transnacionales.

Lejos de cualquier ironía y basado en la praxis, la omisión de apretar la goma, también ha permitido permear incluso a través de leyes, varias fuentes de recursos económicos que bien hoy podrían ayudar a paliar los gastos de emergencia provocados por esta desubicada pandemia del covid 19, sin tener que recurrir a la estrategia de retirar parte de los aportes previsionales de los ciudadanos –destinados para asegurar la vejez- de una forma abruptamente popular para algunos pocos y de insospechados efectos a futuro, para muchos.

Las fuentes afectadas por ley, son claras; tales como Ley del cobre, Ley de pesca, leyes asociadas a la explotación de otros minerales básicos, ferrosos, preciosos y radioactivos, como también el litio, hidrógeno verde, energía eléctrica, agua potable, y otros.

La privatización de empresas y recursos estatales fue una realidad y hay que asumirla, sin ahora cuestionar la razón, pero hay que separar aguas y entender que esos recursos patrimoniales, como se dice, de todos los chilenos, hoy por hoy deberían haber apoyado la contingencia.

Lo paradojal es que quienes han legislado y rasgado vestiduras de todo tipo, generando más problemas que nunca, hoy proponen soluciones en nombre de la soberanía popular, ese pueblo vejado con su propio consentimiento que hoy clama dignidad e igualdad. Pero, donde están las auditorías para verificar que se ha hecho con los recursos económicos, preferentemente naturales.

Donde están las auditorías a las entidades que guardan los aportes de los trabajadores y empleados del país, justo ahora, que la infidelidad funcionaria está de moda y cual tesorero de cualquier curso de un colegio, debe rendir cuenta y entregar un balance del mismo y devolver los aportes.

La novela del 10% más el otro 10%, de las AFP y lo que puede venir mañana, no tiene epílogo, total cada gobierno a partir de 1990, “soltó la goma” a través de leyes, normas de todo tipo y supervigiladas por gerentes de confianza que no sabían de gasfitería, ni menos pagaban la cuenta del agua, solo se limitaron a abrir la llave o ¿estaban instalados con una cañería bruja hacia otra casa?

El tema es largo y a pocos les agrada, pero donde se soltó la goma y se cambió por otra de menor medida y la filtración fue brutal, es en el tema de la “Inseguridad”, ya que la seguridad hoy no existe.

Aquí, el regimiento de irresponsables se especializó en poner cargas explosivas, independiente de las razones, a los pilares del sistema protector civil, dejando a la débil e inocente población, en manos de irreflexivos delincuentes de cualquier condición etaria, que sin juicio moral de reproche, actúan a diestra y siniestra sabiendo que nadie va a apretar la goma, es más piensan en sustraerla, para así lograr una filtración total.

Desde las leyes “Cumplido” en adelante, casi todo ha sido ganancial para la criminalidad, quienes lejos de reconocer un avance en materia de enjuiciamiento, lo han considerado una “debilidad” de la sociedad responsable de tener los delincuentes que se merece y a mucha honra.

Para que decir de la falta de apriete de goma en La Araucanía,  maternidad de procedimientos policiales complejos, donde el costo ha sido altísimo, también sin expresar razonamiento alguno.

Los hechos hablan por sí solos, los niveles de victimización suben cada día y la impunidad de cada atentado, quema y muerte de personas, son parte del impuesto adicional, que se paga por vivir sobre ese maravilloso suelo agrícola-forestal, antaño selva inexpugnable.

Años de años, ha sido el tiempo transcurrido y los magros resultados desalientan a muchos, especialmente porque hay aumento exponencial, en vez de haber reducción de delitos y el futuro no se visualiza auspicioso.

Donde sí supieron apretar la goma, fue en Perú, después de 5 años de investigación, la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) de la Policía Nacional (PNP) y la Fiscalía Peruana, hace pocas horas detuvieron a 72 personas en Lima y Guancayo, miembros del “Movadef”, Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales, brazo político de “Sendero Luminoso” y del “Ejército guerrillero popular”, insertos en la guerra prolongada, estrategia de Abimael Guzmán o presidente Gonzalo, preso hace años en la Cárcel Naval de El Callao.

En esta acción denominada “Operación Olimpo 2020”, participaron 1200 efectivos policiales y 98 Fiscales del Ministerio Público Peruano, donde abunda la evidencia fotográfica, fílmica, de audios, documentos y agentes encubiertos, lo que permitió -ajustado a derecho- proceder a las detenciones, incluso de importantes y conocidos miembros terroristas que habían actuado previamente en otros hechos, siendo liberados por la propia justicia.

Ven, no solo en Chile hay puerta giratoria ni tampoco tenemos la exclusividad, en cuanto a que nuestros terroristas, se repitan el plato. 

Felicitaciones y envidia sana provoca este procedimiento exitoso donde se saca de circulación al menos por un tiempo a un grupo numeroso de personas que con el lema “rojo y sangriento” azolaron la tierra del Rímac.

La pregunta del millón es, ¿podremos tener 10 fiscales y 100 policías (Carabineros-PDI), destinados exclusivamente por 2 años y medio a recabar material, evidencia e información para lograr algo parecido. ¿Quién tiene que apretar la goma?

De seguro habría sorpresas si se lleva a cabo un procedimiento parecido. Varios ilustres quedarían al descubierto con sus contactos terroristas, esa fue la idea de Operación Huracán, pero el gásfiter que apretaba la goma lo hacía al revés, entonces se rodó la llave. Como era protegido de la “patrona” dueña del fundo, Michelle, el costo de la mala pega lo están pagando algunos maestros chasquillas y todos los contribuyentes.

En términos generales y guardando todas las proporciones, la filtración del vital elemento se transformó en un mar licuado y resbaladizo que moja a todos.

El punto es que parece que en el segundo piso de La Moneda, tampoco hay quien apriete la goma, esperamos confiados que para las próximas elecciones, se postule un “Gásfíter”.

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