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Sebastián Jans, gran maestro de la Gran Logia de Chile: “Creo que nadie está dispuesto a negarse al diálogo»

Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 26 de marzo de 2022 | Publicado a las: 11:26

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“Toda instancia de debate de carácter institucional -y la Convención lo es- genera ideas, miradas distintas, propuestas, algunas de ellas que pueden aparecer con cierta audacia. Lo importante es que estas deben pasa por un tamiz que son las votaciones y cuando no son aprobadas pasan a otra instancia y se corrige”.

…hay que destacar la buena intención del Gobierno de mandar a un grupo de ministros encabezados por la ministra del Interior, pero creo que hay complejidades que, dado que un Gobierno se está iniciando, probablemente no se consideraron adecuadamente”.

Ha habido momentos de convergencia y que por alguna razón se pierden en el tiempo. Entonces, lo que se debe hacer, a mi modo de ver, es recuperar esos esfuerzos y reincorporar a aquellos actores a un diálogo. Y yo creo que nadie está dispuesto a negarse, salvo que su pretensión no sea solucionar los problemas”.

es conveniente hoy día que todos los actores del Estado que tengan que ver con La Araucanía confluyan, conversen y se coordinen, porque esto necesita una política de Estado y es clave que la autoridad central así lo entienda”.

A propósito de los distintos acontecimientos ocurridos a nivel nacional, la Gran Logia de Chile ha elaborado un cuadernillo con la Declaración de los Derechos Humanos en español, aymara, rapa nui y mapudungun, para ser entregado en los establecimientos educacionales del país y cuya distribución se inició en el Liceo Pablo Neruda de Temuco con la presencia de gran maestro de la masonería: Sebastián Jans.

Para una sociedad como la nuestra y los niveles culturales que hoy existen, aún resulta incomprensible la cantidad de mitos que han tenido que enfrentar los 13 mil miembros de la masonería chilena, incluida la logia femenina.

No es fácil encontrar a un amigo, pariente o conocido, que reconozca aun en el plano familiar, que es masón, pero más allá de las odiosas barreras sociales, políticas y religiosas, salta la pregunta: ¿Qué une a los masones, donde hay desde militares conservadores hasta políticos de izquierda y comunistas?

A eso respondió Sebastián Jans, cuando Ex – Ante le hizo esa pregunta: “El ideal de que la fraternidad marque la convivencia humana. La tolerancia. Una bien entendida caridad y la libertad de conciencia. Esos son los factores que nos unen”.

Nació en Temuco en 1953, casado, dos hijos y masón desde los 33 años. Los que lo conocen dice que es liberal en las ideas y muy conservador ante cualquier atisbo o intento por ventilar asuntos internos de la masonería.

El 28 de julio de 2021 asumió como gran maestro de los masones chilenos. Reconoce que tuvo cercanía con el Partido Socialista y el PPD, pero que dejó la militancia política para concentrarse en la masonería, mantener su carácter de librepensador y disponer del tiempo suficiente para escribir sus columnas en las emblemáticas revistas opositoras a la dictadura y en los diarios La Época y La Nación.

En su visita, la autoridad masónica se refirió a la contingencia nacional y en especial a los últimos acontecimientos ocurridos en la Región de La Araucanía.

“Hay complejidades”

¿Cuál es su opinión con respecto a lo ocurrido recientemente a la ministra del Interior en su visita a La Araucanía?

-Mi opinión es que hay que destacar la buena intención del Gobierno de mandar a un grupo de ministros encabezados por la ministra del Interior, pero creo que hay complejidades que, dado que un Gobierno se está iniciando, probablemente no se consideraron adecuadamente y en ese sentido hay instancias que tienen que coordinarse un poco más. Conversaba con el señor gobernador y hay una instancia donde se reúnen los alcalde de las 31 comunas para abordar como enfrentar el problema, sobre todo los graves necesidades que tienen las comunidades indígenas, principalmente porque esta es una región afectada muy fuertemente por la pobreza;  por lo tanto, es conveniente hoy día que todos los actores del Estado que tengan que ver con La Araucanía confluyan, conversen y se coordinen, porque esto necesita una política de Estado y es clave que la autoridad central así lo entienda.

El Presidente Boric ha dicho que hay que dialogar con todos, pero hay algunos que no lo quieren hacer ¿qué se hace al respecto?

Aquí hay una historia de esfuerzos que se han hecho en el tiempo. Recuerdo que se formó una comisión durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet, (Comisión Asesora Presidencial de La Araucanía) que la presidió el obispo Héctor Vargas, por ejemplo. Ha habido momentos de convergencia y que por alguna razón se pierden en el tiempo. Entonces, lo que se debe hacer, a mi modo de ver, es recuperar esos esfuerzos y reincorporar a aquellos actores a un diálogo. Y yo creo que nadie está dispuesto a negarse, salvo que su pretensión no sea solucionar los problemas.

En ese sentido, todo aquel que tenga la disposición a contribuir, hay que incorporarlo e identificar claramente cuáles son aquellos actores que pueden estarse resistiendo.

Sumar, reunir y convocar

¿Ese mismo ámbito cuál cree usted que podría ser el aporte de masonería en este dialogo?

-El año pasado, Masonería sacó en Temuco una declaración pública llamando al Reconocimiento Constitucional de los Pueblos Originarios, y en la que señalamos nuestra disposición al diálogo. Desde luego, nosotros no somos actores políticos, somos una institución de carácter ético, pero que representa de alguna manera una mirada, con ciertos valores, que pueden contribuir a buscar soluciones.

Yo creo que aquí hay un actor fundamental que es el Estado y éste es quien debe convocar a distintos actores a través de los que significa su representación en los distintos ámbitos de la comunidad de La Araucanía y especialmente, a las comunidades mapuches. Pero se tiene que sumar, reunir y convocar a los que estén dispuestos al diálogo, los que están actuando en función de él, y con ellos desarrollar una política de Estado coherente con la que se pueda llegar precisamente a los que están en una posición más equidistante a esos esfuerzos.

Por lo tanto, es muy importante considerar a los actores políticos, a los alcaldes y evaluar también el Plan Araucanía, que señalaba en su momento el ex ministro Rafael Moreno, porque más allá de las identidades políticas, importa el esfuerzo y ciertamente, si no hay esa voluntad, no hay esa disposición, es muy difícil. El gobierno central debe coordinarse, con las autoridades comunales y generar un plan común que permita enfrentar esta situación. Sin duda habrá dificultades, pero el Estado estará actuando en una misma línea, ya que ese es el problema hoy, hay a una diferencia importante, hay esfuerzos disgregados.

No se puede llegar con una solución desde el Gobierno central, aunque este muy bien inspirado, ya que son las personas que viven acá los que tienen las posibilidades de enfrentar, de reflexionar y determinar cuál es lo más coherente para enfrentar la problemática que está viviendo la región.

Violencia y rol del Estado

A su opinión ¿se debe continuar con el estado de emergencia?

-Yo creo que hay que mirar con más de detención en el término del estado de emergencia, ya que hay condiciones que, sobre todo en sectores campesinos, ha permitido garantizar cierto nivel de normalidad y también la posibilidad de conectividad de los caminos. El Estado no puede seguir retirándose de un escenario que está en una condición de violencia.  Y como implementar una política es un proceso que requiere algún tiempo, tal vez la permanencia de la gestión militar ayude a mantener el control del Estado en lugares complejos.

El Estado tiene que imponer también la ley, porque en ese sentido hay un riesgo potencial de que los territorios que están sometidos a condiciones de violencia, a la acción de los grupos violentistas, terminen siendo un problema mucho mayor.

La Araucanía es una región con altos índices de pobrezas y bajos niveles de educación, ¿cuál cree usted que deben ser las medidas del gobierno?

-Sin duda las urgencias acá son muchas y una de ellas la educación, pero hay otros problemas que están relacionados, como la pobreza o los caminos, que deben ser resueltos para que los niños accedan a la educación.  Esto hay que tomarlo desde luego como un tema de prioridad nacional y con un nivel de gasto importante, porque muchos de los problemas de las reivindicaciones, que son absolutamente legítima e históricas, tienen que ver con la pobreza.  También existen comunidades que no tienen acceso al agua, con toda la trascendencia que ello tiene. ¿Cómo se va desarrollar una política de cultivo cuando las comunidades no tienen acceso al agua? O ¿cuál es el aporte del Estado en vivienda rural?, ¿hay políticas adecuadas para ello? Son temas de distinta complejidad. 

Por cierto, el aislamiento, la condición de pobreza, la carencia de conectividad, etcétera, van creando los espacios para que el Estado vaya apareciendo ausente y genere estos territorios, que pasan a depender de la producción de los narcos o del robo de madera.  Porque hay espacios donde la Estado nos está llegando y fundamentalmente, porque se ha olvidado un poquito en el tiempo del desarrollo necesario que deben tener esos territorios.

Si una persona está en la condición de pobreza va a buscar caminos que a veces son ilegales para poder enfrentarla las condiciones básicas de existencia. Las personas no están teniendo solución al problema, que son fundamentales.

Freno a la corrupción

En el 2008, el país conoció contactos y negocios en el registro Civil, donde actores de ello fueron miembros de la Masonería; luego, vino la crisis en tribunales de Rancagua, donde también participaron jueces y ministros miembros de su orden. De vez en cuando conocemos cuestionamientos cuando se nombran nuevas autoridades, por la elección de preferencia de masones. ¿Cómo ha enfrentado la Gran Logia de Chile estas críticas?

-Los miembros de nuestra orden, que han sido actores de situaciones de corrupción, han sido expulsados. Nosotros somos una institución ética y quien no responda a las exigencias éticas, tienen que abandonar nuestras filas y, en ese sentido, nuestros procedimientos son bastantes categóricos. Por lo tanto, yo diría que las distintas situaciones que se han producido han sido resueltas de la manera que estipula nuestra normativa. Si alguien se aparta de las normativas, no puede pertenecer.

¿Qué relación tiene la Gran Logia con la Logia Femenina?

-Cuando asumimos nuestra gestión firmamos un acta de relación y cooperación con la Gran Logia Femenina de Chile, lo que ha permitido un trabajo conjunto en distintos aspectos de carácter social y en acciones que hemos realizado en conjunto.  Hay una cooperación cada vez más importante de nuestras logias. Lo más importante que tenemos que resaltar allí es que es un trato entre iguales. Ambas grandes logias mantienen un conjunto de actividades, reuniones, que van en la comprensión común que tenemos frente a los desafíos que implica la sociedad de nuestro tiempo.

 ¿Cómo ve usted la masonería del futuro?

-Yo la veo coherente con lo que son los tiempos que le toca vivir a la institución. La masonería en general en Chile, ha hecho un aporte al desarrollo de los grandes avances sociales, en términos legislativos y de lo que significa asegurar la condición humana y en ese sentido, lo que depare el futuro, no va a ser distinto. . Por lo tanto, la masonería tiene que ser muy coherente con los procesos que va a vivir nuestro país y que ya está viviendo, como por ejemplo, la regionalización o los avances de los derechos de las personas. Nuestra institución está preparada para enfrentar los desafíos que vendrán.

¿Cómo se materializa el ser coherente con la regionalización?

-Nosotros tenemos que abrir un debate institucional. En el caso de la Gran Logia de Chile, vamos a convocar en el segundo semestre una gran Convención Nacional que llamamos Convento, con el propósito de abordar la mirada de regionalización, pero también hay otros temas, como la preocupación de nuestros miembros frente a cómo está evolucionando el país. Nuestra institución es esencialmente tradicional en su método de trabajo, pero desde luego está muy conectada a lo que es el tiempo secular y en ese sentido la capacidad de adaptación que tiene la masonería dice relación con que los masones en sí son los que contribuyen a la promoción de muchos cambios dentro de nuestro país.

CC y “ciertas audacias”

¿Cuál es su opinión sobre la Convención Constituyente y las discusiones que en ella se han dado?

-Es un órgano del Estado que está llamado a entregarnos un texto constitucional que la ciudadanía tendrá que refrendar si es coherente con lo que espera. Toda instancia de debate de carácter institucional -y la Convención lo es- genera ideas, miradas distintas, propuestas, algunas de ellas que pueden aparecer con cierta audacia. Lo importante es que estas deben pasa por un tamiz que son las votaciones y cuando no son aprobadas pasan a otra instancia y se corrige. Es parte del procedimiento fijado y me parece natural que genere expectativas y debate. Es bueno que la gente opine si le parecen bien o no tales cosas, porque de eso se trata una democracia. Ellos no están en un limbo, ellos son parte de una sociedad que está debatiendo y que aspira a las soluciones, y en ese sentido hay que mirar con respeto ese debate. Y lo que importa es el resultado final.

Ante este país, que a opinión de muchos está muy polarizado, ¿cuál cree que sería el aporte hace masonería para humanizar la sociedad?

-Nosotros estamos aportando siempre desde el punto de vista de la opinión, hemos estado haciendo declaraciones desde hace tiempo sobre las situaciones que advertimos complejas, nuestros miembros, en distintas instancias siempre transmiten la idea del diálogo, la idea de que tenemos que mejorar la forma como discutimos. Pero yo creo que aquí la responsabilidad mayor está en la clase dirigente que tiene que cambiar la forma en que se discuten los problemas. La descalificación, la tipificación de los adversarios, son enseñanzas que entrega la clase política, la clase dirigente, las clases económicas; por lo tanto, son ellos los que tienen la principal responsabilidad para para que los debates sean elevados desde el punto de vista de los conceptos.

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